Un estallido de furia y tiros, al filo de la muerte

Un jubilado (63) salió a los escopetazos para correr a un grupo de adolescentes en 35 bis entre 136 y 137. La Justicia investiga el caso

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Un nuevo episodio de violencia vecinal volvió a sacudir a La Plata y dejó un saldo preocupante: tres adolescentes heridos por disparos de escopeta, una mujer lesionada con un arma blanca y dos personas aprehendidas. Los hechos ocurrieron en la noche del último martes en 35 bis entre 136 y 137, donde una reacción desmedida por parte de un jubilado terminó por escalar una situación que, por poco, no derivó en una tragedia mayor.

Según la reconstrucción oficial, todo se inició a raíz de un reclamo que, en pocos minutos, se transformó en una escena de furia desbordada con múltiples protagonistas, entre menores de edad, familiares y efectivos policiales. De acuerdo al parte policial al que accedió EL DIA, varios adolescentes se encontraban reunidos en la calle cuando, según ellos, un menor que sería familiar del hombre armado pasó por el lugar e hizo detonaciones con algún tipo de arma. Indignados, los jóvenes se dirigieron junto a adultos a la vivienda del hombre para reclamarle por lo sucedido. Fue entonces cuando el jubilado salió con una escopeta y disparó contra ellos.

Producto de los disparos, tres adolescentes -de entre 14 y 16 años- sufrieron heridas en distintas partes del cuerpo provocadas por perdigones de posta de guerra. Uno presentó impactos en el brazo, la cabeza y la espalda; otro, en ambos brazos y el cráneo; y el tercero, en la espalda y el brazo izquierdo. Todos fueron trasladados al Hospital de Niños de La Plata, donde fueron asistidos y se encuentran fuera de peligro.

El violento accionar del vecino desencadenó una reacción inmediata: varias personas comenzaron a arrojar piedras contra su casa, mientras otros intentaban proteger a los menores heridos. La tensión fue tal que requirió la intervención de varias unidades del Comando de Patrullas y personal del Grupo Táctico Operativo.

Al llegar al lugar, los policías constataron la magnitud del conflicto y el riesgo de una escalada aún mayor. En ese contexto, la hija del jubilado intentó dialogar con los presentes pero fue agredida físicamente. Más tarde denunció que una joven le provocó una herida cortante en la zona del glúteo utilizando un cuchillo, lo que motivó una segunda aprehensión.

La tensión fue tal en la zona que, para restablecer el orden, el personal policial se vio obligado a realizar disparos disuasivos utilizando escopetas con postas de goma y cartuchos de estruendo. Recién entonces lograron dispersar a los presentes y poner bajo resguardo tanto al dueño de casa como a sus familiares, incluyendo un niño pequeño que había quedado en medio de la escena.

En el marco del operativo, el jubilado que había efectuado los disparos entregó el arma utilizada: una escopeta, con dos cartuchos intactos. También se secuestraron tres cartuchos percutados en la zona del hecho y un cuchillo de hoja larga con mango de madera, presuntamente usado por la agresora de la hija del tirador.

Ambos aprehendidos -el jubilado y la joven acusada de atacar con el cuchillo- fueron trasladados a la Subcomisaría Unión.

De esta forma voceros del caso mencionaron que el hombre de 63 años quedó imputado por tenencia ilegal de arma de guerra, abuso de armas y lesiones, mientras que la mujer -de 20- fue acusada de lesiones agravadas. La causa quedó en manos de la UFI N°6 del fiscal Juan Menucci y la UFI del Joven N°4, a cargo de la fiscal Ana Rubio.

Casi una tragedia

Según fuentes policiales, la escena del conflicto era por momentos incontrolable. Se describió un contexto “hostil” y se destacó que varios vecinos se mostraron reticentes a colaborar. Al momento de la intervención, piedras, cartuchos de escopeta y otros elementos se encontraban dispersos por el asfalto y las veredas.

Más allá del saldo físico, el hecho volvió a poner en primer plano la facilidad con la que ciertos conflictos cotidianos escalan hacia extremos de violencia. La ausencia de diálogo, la intolerancia y la tendencia a resolver todo por la vía del enfrentamiento físico conforman un escenario cada vez más frecuente en distintos puntos de la Región, donde lo que comienza como una discusión termina, en pocos minutos, convertido en una escena de extrema violencia. Esta vez por fortuna no hubo víctimas fatales, pero la línea entre el conflicto y una tragedia fue demasiado delgada.

 

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