El regreso de las testimoniales

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Para este turno electoral, en el oficialismo y en la oposición vuelven a explorar una estrategia que parecía alejada en la política vernácula: la de las candidaturas testimoniales. Esto es, presentarse para un cargo electivo aún sabiendo que no se asumirá ese puesto.

El paroxismo fue en 2009, en especial en el peronismo, jugada pergeñada por Néstor Kirchner. El entonces gobernador Daniel Scioli y el entonces jefe de Gabinete de Cristina, Sergio Massa, fueron al tope de la boleta de diputados nacionales del PJ de la Provincia. También estaba el propio Kirchner, quien sería el único que asumiría luego de la derrota con el novato Francisco de Narváez.

Yendo a un escenario reciente, el vocero presidencial Manuel Adorni fue el gran ganador de los comicios locales porteños realizados en mayo pasado. ¿Asumirá? Casi nadie lo imagina en la Legislatura de la Ciudad. Hasta diciembre durará el misterio. En el macrismo también hay casos: ¿Hernán Lombardi, Laura Alonso y Silvia Lospennato dejarán sus actuales cargos -en el gobierno porteño los primeros, en Diputados la segunda- para recalar en el legislativo porteño?. Dudas.

La elección desdoblada en la Provincia ocasiona que las candidaturas para la Legislatura tengan más fortaleza de lo habitual, que no se pierdan en la cuestión nacional. Así, la política advierte que podría haber candidaturas testimoniales en el marco de una estrategia necesaria, imprescindible se diría, de poner nombres fuertes en las secciones electorales.

Por ejemplo, en La Libertad Avanza-PRO se habla de que el intendente marplatense Guillermo Montenegro encabezaría la boleta violeta en la Quinta Sección electoral de la Provincia, que elige senadores. ¿Asumiría en La Plata o preferiría seguir en su municipio? ¿O iría al ministerio de Justicia de Nación, como se comenta?

El intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela -uno de los primeros en saltar del PRO a LLA- se prepara para ser el primer candidato a senador por la Primera sección, al norte del Conurbano. Ligado a Patricia Bullrich, llegado el caso reemplazaría en el Senado a Daniela Reich, su esposa.

Fuentes de la alianza libertaria sostienen que los ejecutivos municipales -como Montenegro o Valenzuela- asumirán eventualmente sus bancas en caso de ser electos, que no serán testimoniales, y mantendrán a la vez el control de sus distritos vía concejales de su entorno. “La legislatura va a tener nombres pesados y va a ser un lugar importante para proyectarse a la gobernación”, razonó un dirigente violeta como para incentivar esa idea.

En el oficialismo

En el peronismo también hay intendentes y funcionarios relevantes que se prepararían para dar batallas testimoniales. Se habla mucho de que la vicegobernadora Verónica Magario podría encabezar la boleta de la Tercera Sección electoral (sur del Conurbano), que elige diputados. No asumiría, obvio, para terminar los dos años que le faltan como compañera de fórmula del gobernador Kicillof.

Anida ahí una pelea intestina porque Máximo Kirchner, titular del PJ bonaerense, preferiría que esa postulación fuera para su amiga Mayra Mendoxa, intendenta de Quilmes. ¿Renunciaría esta a la intendencia para ir a la Legislatura? Poco probable, admiten en el novel frente Fuerza Patria.

Otros nombres que circulan, con la eventual lógica de postulaciones testimoniales, son el del intendente de Almirante Brown Mariano Cascallares, también para encabezar la nómina seccional; el de San Vicente, Nicolas Mantegazza (un nombre nuevo, dicen los peronistas), el de Ezeiza, Gastón Granados, y el de Pilar, Federico Achaval. Incluso el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, kicillofista y muy enemistado con La Cámpora, evalúa seriamente ser candidato a primer concejal en su distrito para asegurar su bastión. Lo mismo pasa en Ensenada, con Mario Secco.

Yendo a la Primera Sección, en el PJ suenan como en eventuales testimoniales los intendentes de San Fernando, Juan Andreotti (del ala Sergio Massa); de Malvinas Argentinas, Leonardo Nardini, muy cercano a Máximo Kirchner; y el ministro de Obras Públicas bonaerense y hombre fuerte de San Martín, Gabriel Katopodis, que representa a Kicillof. Este último podría asumir tranquilamente en la Legislatura pero deja trascender que prefiere quedarse en la gestión.

Un intendente de la “tercera vía“ de centro, la alianza Somos Buenos Aires (radicalismo, Facundo Manes, peronistas disidentes, el GEN, la Coalición Cívica) también podría ir como postulante testimonial a senador de ese espacio. Se trata de Julio Zamora, de Tigre.

La ley orgánica de municipios impide que los intendentes ocupen cargos en otros poderes del Estado. Sin embargo, hace tiempo que la política logró que primara la interpretación de que la norma refiere al ejercicio activo del ejecutivo municipal, una alternativa que les permite recalar en otros escalafones si piden una licencia. En otras palabras, no deberían renunciar a sus cargos para asumir en la Cámara Alta o Baja provincial. Bastaría con un simple pedido de licencia. Ya ha pasado con una docena de intendentes del PJ entre 2021 y 2023 para asegurar sus re-reelecciones.

 

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