Fentanilo mortal: los lazos entre el dueño del laboratorio HLB y Lázaro Báez, con negocios compartidos y visitas a la cárcel
| 6 de Julio de 2025 | 18:14

Ariel García Furfaro, propietario del laboratorio HLB investigado por la elaboración de fentanilo adulterado que provocó al menos 53 muertes, la mayoría de ellas en La Plata, aparece relacionado con el empresario Lázaro Báez a través de múltiples conexiones empresariales, visitas personales y operaciones millonarias.
Una de las sociedades que los vincula es Top Air, una firma dedicada al transporte aéreo privado que aún figura registrada en la histórica sede de Báez en Río Gallegos, en la calle Libertad 141. Desde allí operaba parte del imperio del empresario santacruceño, y fue uno de los puntos clave en las investigaciones por lavado de dinero.
En los registros de Top Air aparece García Furfaro, quien compartió participación con Walter Adriano Zanzot, presidente de la firma y accionista mayoritario, condenado en la causa conocida como "la Rosadita". El 49% restante pertenecía a Austral Construcciones, la nave insignia de Báez.
La relación entre García y Zanzot no es casual: ambos fueron a visitar a Báez en prisión en reiteradas ocasiones y fueron conectados por Diego Castrillón, contador de confianza del entorno Báez. Esa red de vínculos también se extiende a otras compañías, como Aviación del Atlántico Sur (Aassa), propietaria del hangar en el aeropuerto de San Fernando donde se guardaban aviones del empresario K.
En ese mismo hangar permanece uno de los jets más exclusivos del país, un Learjet 31A con matrícula LV-BFE, actualmente en manos de García Furfaro. Esta aeronave fue usada para múltiples viajes a Paraguay y fue adquirida por medio de una empresa de contenido audiovisual de su propiedad, Adan Producciones, anteriormente llamada Adancard.
La sede de varias de estas sociedades, curiosamente, coincide con el domicilio familiar de los García Furfaro, en un departamento del barrio porteño de Caballito, donde vivía su madre, Nilda, quien también figuraba en los documentos societarios de HLB Pharma y su filial en Ramallo.
En 2016, en pleno avance judicial contra Báez, Top Air intentó cambiar su domicilio de forma urgente, lo que coincidió con la detención del empresario en abril de ese año, al descender justamente de uno de sus aviones.
El vínculo entre Báez y García Furfaro también se evidencia en intentos frustrados de venta. La Justicia determinó que Top Air había intentado venderse a través de una triangulación que incluía a García y Castrillón, con el objetivo de evitar decomisos. Incluso se les transfirió un lote junto al hangar, supuestamente para expandir las operaciones de Aassa.
También se investigan conexiones con PTP Group, una empresa con actividad portuaria en la hidrovía del Paraná, cuya sede está en Ramallo, a minutos del laboratorio HLB. Esta firma, con causas abiertas por crimen organizado en Argentina, Uruguay y Paraguay, había estado en negociaciones para adquirir Top Air por US$4 millones, justo cuando García ya manejaba el laboratorio en la región.
Las conexiones cruzan fronteras: García Furfaro se reunió en noviembre de 2023 con el expresidente paraguayo Horacio Cartes, bajo cuya administración se otorgaron concesiones portuarias a empresas vinculadas al entramado de PTP, que hoy también están bajo la lupa judicial.
Por último, en medio del escándalo por el fentanilo, se informó en el Boletín Oficial una supuesta venta de HLB Pharma a Sebastián Nanini, abogado cercano al entorno de los García y exdefensor de la familia Báez. No obstante, Nanini habría retrocedido mediante una cláusula de indemnidad tras el estallido del caso. Este abogado también tenía relaciones con el municipio de José C. Paz, de donde provenían importantes compras hospitalarias.
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