Bajo consumo de carne vacuna: el impacto en las carnicerías platenses

A pesar de una leve mejora en el último semestre, los precios altos obligaron a cambiar la dieta de los vecinos quienes, en distintas ocasiones, ya se inclinan por comprar pollo o cerdo para cuidar el bolsillo

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El consumo de carne vacuna en Argentina, atraviesa una crisis y se mantiene entre los niveles más bajos de la historia según la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (CICCRA). A pesar de un leve repunte durante el último semestre, en las carnicerías de la Ciudad, afirman que esta tendencia se debe a los altos valores del producto y los cambios en los hábitos de compra.

“El consumo está en un nivel medio, si bien la gente no dejó de comer carne, sí no lo hace tanto como antes, es porque no le alcanza la plata. Estamos en un tiempo en que no se ahorra y si antes se llevaban 30.000 pesos en mercadería, ahora a penas se pueden llevar 10.000 pesos”, indicó Juan, un empleado de una carnicería ubicada en 7 esquina 35.

Según datos recientes, que aportó Víctor Tonelli, productor y y consultor ganadero, el consumo de carne vacuna en el último semestre cerró con un promedio de 49 kilos por habitante, un número a penas un poco más elevado que los 44 kilos del año pasado.

En este contexto, muy lejos quedaron los 82 kilos que se consumían seis décadas atrás, marcando una baja que no se observaba desde 1920. Asimismo, en febrero del corriente año, el consumo per cápita de carne vacuna alcanzó su nivel más bajo en 28 años.

“La gente vive el día a día. Además, el precio de la carne se elevó mucho en este tiempo, y si bien ahora tiene una pausa en la suba del precio, el pollo y el cerdo vienen bajando, por lo que las personas eligen productos de precio bajo. Ese es el fuerte hoy”, agregó Juan.

Otro de los datos añadidos por especialistas del sector, fue el aumento en el consumo de otras carnes por habitante, en donde el pollo y el cerdo pasaron de 12 a 65 kilos por año.

La rotación en la dieta, no solo se debe a una transformación cultural del consumo, sino a un cambio en los hábitos de compra.

“Hay variedad de precios y los clientes buscan comprar lo más económico. Cuando hay oferta de algún corte de vacuno llevan eso, sino prefieren otras variantes de carne de otros animales”, expresó Jorge, carnicero de un local en 13 entre 38 y 39. Y agregó: “Todos queremos comer carne, pero hoy está complicado comprar más de 1 kilo. Entonces lo que sucede muchas veces es que consumen de manera diaria y después de varios días vuelven para comprar otra cosa para el día”.

Con el poder de compra flaco, los consumidores además optan por aprovechar las alternativas de oferta que dan algunos bancos.

En ese marco, los comerciantes destacaron que “a pesar de que está entrando carne de otros países, como la bondiola brasileña y algunos cortes envasados, los clientes siguen prefiriendo la carne nacional”.

Uno de los carniceros consultados por este diario destacó: “Igual depende el precio, si una bondiola brasileña vale 6.000 pesos y una de Argentina 8.000 pesos ¿cuál van a preferir? . La gente busca precio, ya no se busca tanta calidad. Obvio que no es ni comparable el producto, pero lo van a pensar”.

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