Los clubes de la Región, indefensos ante una implacable ola de robos

En las últimas horas dos prestigiosas entidades, el club Dardo Rocha de Ringuelet y el club Villa San Carlos de Berisso, fueron víctimas de robos, en situaciones que se reiteran con inusitada frecuencia contra este tipo de instituciones de la Región, que permanecen indefensas frente a la ola delictiva.

En el caso del club Dardo Rocha, la semana pasada se registró el noveno ingreso de ladrones en lo que va del año, es decir que lleva el promedio de un robo por mes.

Hace pocas horas, de su sede ubicada en 5 bis entre 519 y 520, los maleantes, tras romper una puerta, ingresaron al salón de usos múltiples y se alzaron con un ventilador que estaba amurado en altura. Los delincuentes también se llevaron piezas de la luz psicodélica que era utilizada para reuniones sociales.

Los directivos señalaron que a pesar de las denuncias formuladas en los robos anteriores, el panorama con respecto a la seguridad en el barrio no solo no mejora sino que va en declive constante. Incluso los delincuentes parecieran moverse cada vez con más facilidades. “Acá en el club tenemos el grupo de WhatsApp con los vecinos y todos están preocupados por los robos. Es una constante que sufren todos”, señalaron.

A su vez, un panorama similar se vivió en el Club Villa San Carlos, de Berisso, con robos ocurridos en su sede de 174 entre 26 y 27 durante cuatro jornadas consecutivas de la última semana. Lo llamativo de este caso reside en que se trata de una sucesión que, aparentemente, estaría siendo llevada a cabo por la misma persona según lo testimonian las grabaciones obtenidas por las cámaras.

Allí puede verse a un sujeto desconocido cuando ingresa al predio en reiteradas oportunidades, valiéndose siempre del mismo método: saltar un paredón de 2,50 metros, violentar aberturas y recorrer con libertad sectores internos. En varias y sucesivas jornadas el ladrón se llevó una bomba sumergible, un motor de heladera, cuatro flotantes de tanque de agua y unos 350 metros de cables eléctricos tipo taller.

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Pese a las dificultades económicas que deben superar –a las que se suma la seguidilla de robos que padecen- los clubes de la Región siempre tienen previsto habilitar nuevos servicios para atender a los respectivos vecindarios. De allí que resulte irritante que sean despojados quienes con tanto esfuerzo ofrecen actividades a la comunidad.

Si bien la sociedad toda se encuentra acosada por el flagelo de la inseguridad, existen aspectos que las autoridades debieran contemplar primero de ellos, consistente en inculcar en la sociedad principios de respeto a la obra que despliegan las entidades de bien público; el segundo y tan importante como el anterior, la actividad policial preventiva, que debiera verse reflejada en un aumento de los patrullajes y en las mínimas tareas de inteligencia barrial que debiera realizar para poder identificar y detener a los autores de esta suerte de epidemia delictiva.