Los chicos más altos tendrían mayor riesgo de ser obesos

La obesidad y el sobrepeso infantil, que afecta a un tercio de los chicos argentinos y que son definidos como epidemia mundial por la Organización Mundial de la Salud, no dejan de preocupar a la comunidad científica internacional, que trata de encontrar las claves para poner freno a este flagelo. En este marco, dos nuevos estudios dados a conocer recientemente aportan nuevas claves en torno al tema y ponen en cuestión saberes hasta ahora considerados indiscutibles.

El primero de ellos realizado en base al seguimiento de más de 2.800 chicos en Estados Unidos, sugiere que los chicos relativamente altos serían más propensos a convertirse en adultos con sobrepeso. Ese concepto choca con una idea instalada entre padres y pediatras, según la cual los chicos más altos serán cada vez más altos y así compensarían los kilos de más.

El segundo trabajo fue realizado en Gran Bretaña y postula que reducir el sedentarismo es necesario en la lucha contra la obesidad, pero no suficiente. Y que las intervenciones en los hábitos de los chicos deben incorporar actividades de alta intensidad -como jugar a la pelota, andar en bicicleta o correr al aire libre- aunque todavía no existe una respuesta definitiva acerca de cuánta actividad intensa es la adecuada.

Estos estudios se dan a conocer en momentos en que la preocupación por el sobrepeso y el sedentarismo entre los chicos es creciente en todo el mundo, lo que motivó que desde 1997 la OMS haya puesto al tema bajo la lupa.

En la Argentina, según un estudio reciente del Hospital Universitario Austral, uno de cada tres chicos sufre de sobrepeso y uno de cada 10 padece obesidad.

Las razones a las que el estudio atribuye esta situación es la no incorporación de una alimentación saludable desde edades tempranas y la falta de movimiento.

El panorama en la provincia no es menos serio. Según un relevamiento realizado por el ministerio de Salud y la dirección de Escuelas, 3 de cada 10 chicos bonaerenses tienen problemas con el peso: el 14% obesidad y el 14,6%, sobrepeso.

El trabajo fue realizado estudiando a casi 200.000 alumnos de entre =2 y 20 años en los 3 niveles educativos.

En tanto, las estadísticas manejadas por el ministerio de Salud de la Nación indican que el 60% de los argentinos tiene sobrepeso y de entre ellos, la mitad, son obesos.

LOS NUEVOS ESTUDIOS

El más novedoso de los recientes estudios fue publicado por el American Journal of Preventive Medicine, que tras investigar los casos de más de 2.800 reveló que los que eran altos y con sobrepeso a los 8 años tenían riesgo de seguir con sobrepeso o ser obesos a los 18.

Pero también demostró que aún entre los chicos con peso normal, aquellos relativamente altos fueron más propensos a convertirse en adultos jóvenes con sobrepeso, lo que implica que los chicos con peso normal y altura extra corren más riesgo de sumar kilos adicionales a largo plazo.

Contrario a la idea hoy vigente entre muchos pediatras y padres que creen que los chicos más altos con sobrepeso serán cada vez más altos y compensarán el exceso de kilos, el estudio propone que la altura extra sería una desventaja en la lucha contra la obesidad.

Así, los investigadores de la Universidad de Minessota que hicieron el trabajo, indican que después de estudiar a 2.802 chicos a los que se le midió peso y altura entre el tercer y el duodécimo grado, se comprobó que entre los chicos del tercer año la probabilidad de ser un adulto con sobrepeso fue mayor en el grupo que incluía a los alumnos más altos que las tres cuartas partes de los chicos del mismo sexo.

Esos chicos, dice el estudio, tenían un 85% de probabilidad de seguir teniendo sobrepeso en el colegio secundario. Ese mismo porcentaje bajaba al 67% cuando se analizaba a los chicos con sobrepeso que estaban en el grupo de los más bajos. En tanto, se constató que en tercer grado los chicos más altos tenían un 25% de posibilidades de llegar al duodécimo grado con sobrepeso y esa posibilidad se reducía al 17% para los chicos más bajos.

Si bien todavía no está clara la causa de esa relación, el factor que los investigadores pusieron en foco es la madurez esquelética.

Según explica Steven Stovitz, integrante del equipo que participó de la investigación, en algunos niños la altura extra no está mostrando una predisposición genética a ser altos, sino que es un signo de madurez esquelética avanzada: esto quiere decir que los chicos que presentan este rasgo llegan a su altura adulta más rápido que los chicos más bajos.

Para estos chicos, en un punto disminuye la velocidad del crecimiento vertical, pero el aumento de peso no decrece, lo que eleva el Indice de Masa Corporal (IMC) y el riesgo de tener sobrepeso u obesidad.

Los especialistas concluyen recomendando que, si bien todos los padres tienen que estar atentos a brindar una alimentación sana y ejercicio a sus hijos, éste interés debería ser mayor en los padres de chicos altos.

El otro estudio fue realizado en Cambridge y puso el acento en que sólo con tener actividad física los chicos no podrían evitar la obesidad y que sería necesario que también tengan una cuota periódica de actividad física intensa.

El trabajo demostró una asociación clara entre una combinación propicia de actividad física intensa y moderada con un tamaño de cintura y una masa magra adecuada y sin riesgo de obesidad.

Según las cifras que surgen de un trabajo realizado por el Instituto Internacional de Ciencias de la Vida (ILSI, por sus siglas en inglés), el 90% de los chicos no realiza actividades físicas extraescolares. Este porcentaje trepa al 96% cuando se trata de varones y al 92% cuando se habla de nenas.

Otros estudios arrojan como resultado que el consumo promedio diario de calorías de los chicos es de 2.300, mientras que sus comidas contienen pocas fibras. El 57% de los chicos consultados admitió que no comía frutas diariamente.

La situación se prolonga en las escuelas, donde la actividad física no supera a los dos módulos semanales, de 45 minutos cada uno. Los especialistas indican que, frente a estos flagelos, los menores de cinco años son más vulnerables.