Frenan ingreso a Brasil de productos argentinos

Unos 300 camiones con mercadería perecedera permanecían ayer varados en la localidad misionera de Bernardo de Irigoyen, al no poder ingresar a Brasil debido a trabas a las importaciones dispuestas por el gobierno de Dilma Rousseff, en represalia por medidas impuestas por la Argentina.

La fila de vehículos estacionados en la banquina de la ruta que conduce a la frontera con el vecino país superaba los 7 kilómetros en la víspera, situación que provoca incomodidad en los transportistas y malestar entre los vecinos de la zona.

Se estima que los camiones podrían permanecer allí de 8 a 10 días más hasta lograr la autorización correspondiente para ingresar sus mercaderías al vecino país.

La noticia se conoce un día después de que autoridades de Argentina y Brasil anunciaron un acuerdo para destrabar el comercio en una serie de productos agrícolas, principalmente, que entorpecían el intercambio entre los dos mayores socios del Mercosur.

En esa línea, Argentina accedió a regularizar la importación de carne de cerdo desde Brasil, que a su vez liberó en forma inmediata la importación de uvas y pasas argentinas, informaron los dos gobiernos.

QUEJAS

"Nos pararon unos cuantos camiones en la frontera", afirmaron agentes aduaneros en declaraciones a un diario de Misiones.

En este contexto, los lugareños se quejan por los "ruidos molestos" y un inusual "movimiento nocturno" que altera los ritmos de descanso de los vecinos de la zona, así como también por la falta de baños y los desperdicios que dejan los transportistas en la vía pública.

"No es culpa de ellos, pero es muy difícil vivir así, con esta fila de camiones al lado de la ruta, hay movimiento y ruido durante las 24 horas, dejan mucha mugre, no tienen baños y algunos hacen sus necesidades detrás de los camiones", sostuvo una vecina de Irigoyen, de nombre Ana María.

Por su parte, uno de los transportistas, de nombre Roberto, sostuvo que "esto es una locura", al referirse a las demoras en el ingreso de mercaderías a Brasil debido a unas trabas burocráticas a las importaciones de productos argentinos que dispuso el gobierno de Rousseff.

"Estamos días acá al sol, yo traigo cebollas, y no puedo estar mucho, se arruina la carga, siempre hubo filas en Irigoyen, pero ahora con nuevas restricciones es peor", remarcó.