La pasión le ganó a la lluvia

Día de la Madre, lluvia, frío... Muchos condimentos que atentaron contra la invitación de ir a ver un partido de fútbol. Aun así, los hinchas de Estudiantes se sacaron un aprobado en cuanto a su concurrencia a la Bombonera (cerca de 3.500 hinchas se ubicaron en la tercera bandeja), que extrañamente lució despoblada en el sector local: la platea oficial y la tercera bandeja no pasó del 20%.

La lluvia se adueñó de la tarde noche en La Bombonera. La gente albirroja fue llegando de manera pausada. Los primeros se ubicaron en los primeros escalones de la tercera bandeja del Estadio Alberto J. Armando desafiando las gotas de agua que caían de un cielo gris y totalmente encapotado.

Inclusive, la temperatura bajó varios grados con respecto al mediodía tornándose un clima más característico al otoño que a la primavera.

SE FUERON ARRIMANDO

Lentamente la gente de Estudiantes se fue arrimando a La Bombonera, que ya “latía” al ritmo del Superclásico que se avecina contra River. Claro el retraso de la hinchada albirroja tuvo un sentido. Primero y principal, la Policía hizo que los micros se agrupasen en la subida de la autopista Buenos Aires-La Plata para que hagan trayecto todos juntos. Aunque surgió un problema.

DEMORAS

El inconveniente tuvo que ver con que varios micros de la hinchada de River demoraron su salida de la cancha de Quilmes. Por tal motivo y el hecho que no se crucen demoraron la partida de los ómnibus de la hinchada de Estudiantes. A todo esto, sumado a causa de la lluvia, hacía que el tránsito fuese más lento que de costumbre.

Para tener una real dimensión de la demora, el grueso de los hinchas (unos 20 colectivos) recién ingresaron cuando el partido ya llevaba más de 15 minutos de juego. Entonces recién ahí la tercera bandeja lució completa, con banderas y bombos.

ARRANCO MAS TARDE

Mientras que los hinchas locales fueron “calentando” el próximo clásico contra River, los del Pincha se acordaron de Gimnasia, teniendo en cuenta la balacera ocurrida ayer en 7 y 78.

Claro que también colaboró el retraso que sufrió el partido por espacio de media hora como consecuencia de la televisión. Por tal motivo, el hincha de Estudiantes se fue acomodando en la tribuna superior desplegando sus banderas con los tradicionales colores rojos y blancos haciendo frente a la lluvia. Sin lugar a dudas, la pasión y el sentimiento puede mucho más que cualquier cosas.

En el final los hinchas de un lado y otro se volvieron mojados, pero con la satisfacción de haber dejado todo en los escalones de la gigante Bombonera.