Massa busca potenciarse como una alternativa al proyecto K

MASSA AYER A LA TARDE, TOMANDO MATE CON SU ESPOSA Y AMIGOS. EL CANDIDATO SE MUESTRA CONFIADO EN EL RESULTADO DE HOY Y AFIRMA QUE LA ELECCIÓN DE OCTUBRE SERÁ “MUY DISTINTA”

La irrupción del Frente Renovador en el escenario electoral bonaerense tomó por sorpresa a más de uno, pero en rigor la nueva fuerza que se articula en torno al liderazgo de Sergio Massa se venía conformando desde hace más de un año, cuando un grupo de intendentes inició una búsqueda política que los fue alejando paulatinamente de los gobiernos nacional y provincial.

Capitaneados por el jefe comunal de Tigre, esos intendentes -que al principio fueron ocho y que ahora suman unos 20- abandonaron el esquema tradicional del ABL (alumbrado, barrido y limpieza) y le imprimieron a la gestión municipal una lógica que suma otras demandas ciudadanas, especialmente en materia de seguridad. Massa lideró ese formato y fue ganando popularidad.

RUPTURA

La ruptura con el Frente para la Victoria se terminó de concretar este año, cuando la relación política con la Casa Rosada ya estaba muy desgastada por la falta de inversión nacional en sus municipios, al tiempo que los intendentes comenzaron a cuestionar el gobierno provincial de Daniel Scioli, al que presionaron públicamente por la creación de las policías comunales y por los recursos financieros.

Con estas características, buscaron dejar atrás la tradicional figura del “barón del Conurbano”, más asociada al trabajo territorial y al manejo de los punteros políticos barriales que al marketing gubernamental del siglo XXI. En sus distritos, estos intendentes alcanzaron niveles de aprobación superiores a los del propio Gobernador y muy por encima de la Presidenta.

Eso animó a Massa y sus seguidores a dar el salto fuera del campo de acción kirchnerista, lo que les permitió sumar la adhesión de otros intendentes, especialmente del interior provincial. Y en el momento de la definición se incorporó también Darío Giustozzi, de Almirante Brown, el único jefe comunal con que cuenta el FR en la Tercera Sección Electoral (sur del Conurbano).

Massa definió que, por la composición del FR, tenía margen para moverse dentro de un impreciso espacio que lo diferenciara tanto del oficialismo kirchnerista como de la oposición dura al gobierno nacional. “Nosotros vamos bien por el medio de la 9 de Julio”, solía decirle a sus colaboradores y dirigentes más cercanos. Con ese discurso arrancó la campaña y desconcertó a unos y otros.

Así logró una centralidad en el debate preelectoral que dejó satisfecho a Massa. Ya había conseguido, antes de anunciar la candidatura, generar una fuerte expectativa política, en base a una estrategia de indefinición que puso nerviosos a propios y extraños. Pero la decisión la había tomado -dicen los que lo conocen- cuando Bergoglio fue ungido como el Papa Francisco.

De todos modos, con el correr de las semanas se vio obligado a dar definiciones más tajantes. La primera fue un rechazo a la reforma constitucional y a la re-reelección de la Presidenta. Hasta tuvo que sobreactuar su postura certificándola ante escribano público. Luego, mientras se achicaba la brecha con el candidato del FpV, cuestionó la política económica del Gobierno, sobre todo al secretario Guillermo Moreno, y a La Cámpora.

Ahora, Massa repite a todos los que quieran escucharlo que en las primarias de hoy quedará contento si el Frente Renovador gana “por un voto” la elección, a sabiendas de que tiene chances de estirar la victoria en los comicios definitivos, previstos para el 27 de octubre. Sin embargo, aguarda una fuerte embestida del kirchnerismo en los próximos dos meses.

“La elección de octubre será totalmente distinta. Hay que ver qué pasa con la economía”, deslizó el líder del Frente Renovador ante una consulta de EL DIA. La respuesta lo pinta como un dirigente pragmático, que no está dispuesto a “dormirse en los laureles” y atento a los detalles, como preguntar a dirigentes del Conurbano si recordaban alguna aparición suya en la TV.

El episodio del robo en su casa de Tigre le hizo levantar la guardia y puso en escena a Malena Galmarini, su esposa, quien manifestó un carácter vehemente y dejó en claro que ambos conforman una pareja política, más allá de que la jefatura la ejerza Massa.

EL 2015 EN EL HORIZONTE

En tanto, el Frente Renovador rescató a dirigentes peronistas que habían quedado marginados del rígido esquema kirchnerista. Los más relegados resultaron, en estos años, los bonaerenses que tuvieron alguna ligazón con Eduardo Duhalde. Ahora, en medio de la campaña, el oficialismo hizo notar esas reapariciones, tratando de restarle frescura a la nueva fuerza.

Pero Massa no se inmuta: “Que vengan más, que vengan todos”, se le escuchó decir entre sus más estrechos colaboradores. En el fondo, su aspiración es convertirse en el jefe político del peronismo de la Provincia -sitial vacante desde la muerte de Néstor Kirchner- y saltar desde allí a la pelea grande por la Presidencia en 2015.

No lo dice, pero está dispuesto a intentarlo seriamente.

M.S.