¡Olé, olé, olá y cada día te quiero más!

SENSACIONES
Por WALTER EPISCOPO

Y sí, el último partido del año no podía terminar de otra manera que sufriendo. Que saltando en la tribuna, a puro “Dale Lobo” y con el puño apretado y suplicando al cielo. Eran los últimos 90 minutos juntos del equipo y la gente en la cancha, en el Bosque, en casa, en el lugar obligado de encuentro.

UNIDOS POR UN OBJETIVO

El hincha afuera y los jugadores adentro lucharían por conseguir esos 3 puntos tan necesarios para llegar al objetivo propuesto de 25 puntos. Fue un año largo que empezó en la B Nacional, “recorriendo las canchas de Buenos Aires, del Interior”, como dice “La 22” en uno de sus cantitos, con el sueño de volver a Primera. “A volver...” gritaron bien fuerte, y a fines de mayo volvieron nomás.

En este segundo semestre el objetivo fue sumar para acumular puntos pensando en la permanencia, donde se arrancó ganándole a River en el debut. Ayer había que ganar, como sea, pero ganar, con esa ilusión y fe peregrinó la gente rumbo al Bosque.

OTRO GUSTITO

Y empezó la tarde gozando, disfrutando, pero terminó sufriendo, porque es así, porque tiene otro gustito luchar contra todo.

“Y vamos los Triperos....” cantó la gente al final de la tarde, con un nudo en la garganta. Y el “Dale Lobo” atronó más fuerte que nunca cuando la tarde moría en el Bosque. “olé, olé, olá y cada día te quiero más...” terminó delirando el público tras liberar ese grito del final luego del pitazo del árbitro.

“Ginasiá, Ginasiá, Ginasiá” se fue cantando el hincha feliz, porque se despidió de la mejor manera de sus jugadores en su amada casa ubicada en el Bosque, ganando.