Más angustia e incertidumbre entre los padres

La angustia y la incertidumbre se acumulan en los hogares de los más de tres millones y medio de chicos que no comenzaron las clases en la Provincia por el conflicto entre el Gobierno y los docentes más duro de la última década.

El paro de los maestros, que hoy cumple 16 días ininterrumpidos sin clases, complica a los padres y altera rutinas en las familias, ya que en la mayoría de esos hogares la vida cotidiana se organiza en torno a los chicos y a la escuela.

Por eso los padres, mientras se extienda el conflicto, tienen que resolver qué hacer con los niños, para poder cumplir con las propias obligaciones laborales. Dejarlos con los abuelos, con algún otro familiar, o, en los casos más extremos, llevarlos a la oficina o directamente pedir el día en el trabajo, son algunas de las alternativas a las que deben recurrir por estos días. Las opciones son múltiples, pero en todos los casos conllevan un trastorno para grandes y chicos.

CÚMULO DE PROBLEMAS

Por eso, a medida que el conflicto entre el Gobierno y los docentes se agudiza, aumenta el cúmulo de problemas y aparece el estrés.

A esa angustiante situación, todos los días se suma en los hogares una pregunta a la que deben buscarle respuesta a través de los medios de comunicación: “¿Empiezan las clases?”.

También hay que arreglárselas para que los chicos no se aburran en casa. Para eso, y sobretodo para que no se atrasen tanto en materia de contenidos escolares, los especialistas proponen que los padres mantengan la calma y no se enfoquen tanto en soluciones individuales, sino que traten, en lo posible, de organizar propuestas con otras familias.

La idea es disponer del tiempo libre de los chicos en actividades productivas y recreativas, que sirvan, al menos, para repasar los contenidos del año anterior, mientras las autoridades educativas se enfrentan al quebradero de cabeza de poder desarrollar el programa escolar completo de este año (ver aparte).