Berisso: el problema financiero que espera al próximo intendente

Los siete berissenses que el 25 de octubre competirán por la intendencia de ese vecino distrito, tienen una certeza: si triunfan en las urnas y el 10 de diciembre deben empezar a administrar la comuna, deberán resolver un espinoso problema financiero.

Es que desde todos los sectores, incluyendo el propio oficialismo que actualmente gobierna el municipio y desde el espacio del Frente para la Victoria que aspira a reemplazarlo, se admite que las cuentas municipales no están bien y que quien inicie un nuevo período al frente de esa administración, se las verá difíciles.

Pero en la discusión sobre cómo resolver la crisis financiera del municipio de Berisso no todo pasa por cuestiones técnicas vinculadas a la economía y la administración: flotan además razones políticas de alto nivel de conflicto que forman parte de la herencia que espera al nuevo jefe comunal.

Es durante los últimos dos años, en que el oficialismo encarnado en Enrique Slezack perdió las elecciones generales y consecuentemente la mayoría propia en el Concejo Deliberante, la oposición se ha negado a votar aumentos en las tasas municipales en el nivel que el intendente ha reclamado para poder cumplir con los servicios que presta a los vecinos. A partir de esto surgieron acusaciones de intentos de “desfinanciar” al municipio y de “mala administración”, entre otras imputaciones cruzadas entre oficialistas y opositores.

DURA PELEA EN EL CONCEJO

Como se recordará, el Concejo Deliberante berissense ha venido siendo escenario de una dura pelea entre el oficialismo y la oposición representadas por massistas, radicales y frenteamplistas, quienes el año pasado y este año no accedieron a votar un aumento del 100% en la tasa municipal.

Fuentes de la intendencia, explicaron que mientras a Ensenada la recaudación por ese concepto (Tasa SUM) le significan unos $25 millones anuales, a Berisso apenas ingresan a sus arcas unos $5 millones, sin tener en cuenta que, además, el distrito berissense tiene alrededor de 30.000 habitantes más que su vecino al otro lado del canal portuario.

Desde el municipio, Enrique Slezack ya ha dejado un claro mensaje a Juan Ignacio Mincarelli, quien podría resultar sus sucesor dentro mismo Frente para la Victoria: “tendrá que ver como convencer a la oposición para poder acomodar el tema de las Tasas”.

Ese punto es considerado clave para el Municipio que vendrá y ocupa también los análisis del radical Jorge Nedela, de Cambiemos, otro de los candidatos con francas posibilidades de alcanzar la intendencia, habida cuenta de los votos que tanto él como Mincarelli lograron en las Paso en que quedaron muy distanciados de los demás postulantes.

Tanto uno como otro reconocen que habrá que acomodar el tema financiero y mientras Mincarelli admite que “habrá que ajustar las tasas”, Nedela se mantiene cauto y prefiere hablar de “una mejor administración”, en correlato con lo oportunamente expresado por su ex compañero de bancada, el Progresita Osvaldo Casellas y el massista Angel Celi, también competidores en octubre.

Todo indica, entonces que gane quien gane, en octubre la clave pasará por el Concejo Deliberante y el clima político que quede después de la renovación de las mitad de las bancas y, eventualmente, de un cambio en la Presidencia de ese cuerpo. Todo eso dependerá del resultado y de la cantidad de bancas que logre cada fuerza.

CRISIS FINANCIERA

En números concretos, diferentes fuentes sostienen que la crisis financiera de Berisso ascendería a unos $100 millones, una suma inquietante si se tiene en cuenta que el Municipio funciona con un Presupuesto anual del orden de los $350 millones.

Los candidatos de octubre saben, además que recibirán un municipio con un bajo nivel de cobrabilidad de tasas, el 38% y con fuertes reclamos en sectores como los barrios de la denominada La Franja, donde hasta una movida vecinal plantea separarse del distrito.

Los aspirantes a gobernar Berisso miran con inquietud, también, el panorama de la masa salarial en un distrito donde más del 85% de los recursos se utiliza para pagar sueldos a empleados de planta permanente, contratados y cooperativistas.

De acuerdo con un diagnóstico que manejan algunos de los siete candidatos berissenses, la comuna emplea a unos 1.500 agentes, más 400 contratados y unos 1.600 cooperativizados lo que hace una fuerza laboral de alrededor de 3.500 personas.

Ninguna de las fuentes consultadas entre los espacios políticos que competirán en octubre mencionó la idea de reducir personal. Pero todos coincidieron en la necesidad de “racionalizar” y ya en el terreno de la crítica política, deslizaron que si llegan al gobierno municipal harán un relevamiento de ese personal para establecer qué funciones cumple cada agente.