El consumo de pollo crece y ya casi iguala a la carne vacuna

Por ALEJANDRO SALAMONE

Lo que en la década del ´40 era impensado en el mercado de alimentos de nuestro país está cerca de suceder. Falta poco para que los argentinos equiparen el consumo de carne de pollo con el de vaca (40 kilos por habitantes por año contra 56 kilos, respectivamente), en el marco de un crecimiento de la actividad avícola incesante y muy pronunciado, fundamentalmente desde la década del ´90 hasta hoy, y que los especialistas explican desde distintos ángulos: el económico, el alimenticio y desde una cuestión cultural.

El fenómeno tiene fuertes repercusiones en nuestra región, donde se viene notando no solo un crecimiento de establecimientos avícolas sino también de aperturas de locales dedicados exclusivamente a la venta de productos de granja, pollajerías y carnicerías que han tenido que adaptarse a estos tiempos y que ya venden, en casos, a razón de entre 100 y 200 kilos de pollos por día, según pudo constatar este diario.

Si bien el ministerio de Asuntos Agrarios de la Provincia tiene registrados en el Gran La Plata 27 establecimientos avícolas -la mayoría dedicados a la producción de huevos y algunos a la crianza de pollos para vender la carne, se calcula 80 a 20 por ciento- ubicados en Abasto, El Peligro, y la zona norte como City Bell y Villa Elisa; desde la Asociación de Productores Avícolas del Sur (Apasur) estiman que ya son más de 40 las granjas “chicas y medianas” -entre 10 mil y 100 mil gallinas cada una- existentes en la Región, aunque si se le suman los establecimientos de Brandsen y Berazategui ya se estaría hablando de más de 60.

Además no es casual que no menos de 50 pollajerías y productos de granja se han abierto en los últimos seis meses en distintos barrios platenses. Para la Agencia Platense de Recaudación (APR) es uno de los rubros comerciales que más fuerte ha crecido.

Llama la atención, por ejemplo, a lo largo de la avenida 137 desde 32 hasta 520, la presencia de cuatro negocios del rubro de reciente apertura. El panorama se repite en otros barrio de la periferia.

Dentro de la rama alimenticia, sin dudas constituyen una especie de “boom” comercial; en las pollajerías se consiguen desde las clásicas “patitas” para los chicos hasta supremas y medallones.

“Es verdad que se ven muchísimas, y creo que esto puede deberse a que la gente reemplaza la carne vacuna por la de pollo, y por ende allí los emprendedores observan una oportunidad. Se nota mucho, sobre todo, en barrios de la periferia”, dijo a este diario el presidente de la Cámara de Comercio e Industria de La Plata, Juan Carlos Piancazzo.

NUMEROS QUE SORPRENDEN

Si se observa la pirámide histórica de consumo de pollo en el país puede tomarse dimensión de un fenómeno que sorprende a comerciantes locales con muchos años en el rubro de carnicería donde, aseguran, “antes comer pollo era un lujo, el precio era imposible y la producción acotada a las necesidades de entonces”.

Mariano Menga tiene su carnicería en 44 y 31, una zona de intenso tránsito. Conoce el paño porque trabaja en el rubro desde hace poco más de dos décadas y sostuvo con respecto al consumo de pollo que “sin dudas ha crecido enormemente si comparamos con hace diez o quince años. Hoy estamos vendiendo 500 kilos por semana y conozco pollajerías que duplican esa cantidad”.

No es casual que no menos de cincuenta pollajerías y productos de granja se han abierto en los últimos seis meses en distintos barrios platenses

Agregó que “lo que antes resultaba ser una mercadería de lujo, ahora es mucho más económica que la carne vacuna, el kilo de pollo se consigue entre $13 y $15 según la calidad, y la carne de vaca en promedio ronda entre $40 y $50. Además se ha instalado el concepto que comer carne de pollo es más sano, la gente lleva mucho la pechuga que, dicen, no engorda”.

Menga compara, además, el precio de las milanesas hechas en la carnicería: “las de pollo cuestan $40 el kilo y las de carne de vaca $45. Esto para los clientes a veces es determinante a la hora de elegir”, sostuvo, y apuntó que a precio mayorista el cajón de pollo de 20 kilos, de excelente calidad, se está pagando $210, aunque a veces ese valor fluctúa”.

UNA CUESTION DE BOLSILLO

Expertos del área de Animales de Granja del ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, calificaron como “impactante” el incremento del consumo de carne de pollo en los últimos años, y dijeron ante la consulta de este diario que ahora se ubica en el orden de los 41 kilos/habitante/año.

Sobre los motivos del “boom” que hoy en día representa la comercialización del pollo, los especialistas no dudaron en señalar “el bolsillo de la gente. El precio, muy por debajo actualmente de la carne vacuna, sin dudas ayuda a que aumente la demanda. Además, la carne de pollo posee condiciones de nutrición siempre aconsejadas para mantener una dieta equilibrada, es magra en varios cortes y eso también genera que los consumidores se vuelquen masivamente a este producto”.

También hablaron de cambios culturales y hábitos de alimentación: “antes, hace unos 25 años, el pollo se preparaba casi siempre en guisos y estofados, una vez por semana, con suerte. Ahora está incorporado a la dieta de los argentinos, en muchas más variedades, a la parrilla, grillé, a la portuguesa, y decenas de formas más. Sin lugar a dudas que cambió el consumo y el hábito en ese sentido, ahora para muchos pasó a ser un lujo comer carne vacuna, antes era lo contrario”.

Los procesadores avícolas agrupados en Cepa apuntan en su portal de Internet que producen 1.000.000 de toneladas anuales de carne de pollo, en un sistema que posee “la más avanzada tecnología en establecimientos faeneadores, plantas frigoríficas, medios de transporte y capacitación de sus operarios, lo que permite garantizar los productos certificados por el Senasa (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria)”.

EN LA REGION

Luis Besteiro, vicepresidente de Apasur ( Asociación de Productores Avícolas del Sur) y de la Cámara Argentina de Productores de la Industria Avícola (Capia), señaló que “sin lugar a dudas hay más producción tanto en el Gran La Plata como en Brandsen, Magdalena y zona de influencia, y eso es debido a la demanda que cada vez es mayor. Sin ir más lejos, hace relativamente poco se instaló un frigorífico avícola sobre la ruta 2, y al mismo tiempo notamos un incremento en la cantidad de productores, que sin embargo todavía no alcanzan en cantidad a quienes se dedican a la producción de huevos”, precisó.

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