La Feliz escuchó a los albiazules

MAR DEL PLATA (Enviado especial).- Más de 2.000 hinchas de Gimnasia paralizaron el centro marplatense con un banderazo que se hizo en la plazoleta Almirante Brown, uno de los accesos a la popular playa Bristol. Bombos, petardos, y al grito de "dale Lobo", los triperos desataron una vez más toda su pasión por los colores azul y blanco. Desde todas las arterias confluían los platenses y otros tantos que sin vivir en la ciudad, llevan a flor de piel ese amor por Gimnasia. El otro punto de encuentro que dividió a la grey albiazul fue el Gran Hotel Provincial, donde el plantel que conduce Pedro Troglio estaba hospedado a la espera del encuentro de ayer ante Aldosivi.

Unos minutos antes de las 14, la Plaza Colón ya presentaba un "mosaico" de camisetas blancas y azules. Muchos recostados debajo de los árboles resguardándose de los 32 grados de térmica que arreciaba sobre la ciudad balnearia. Sólo alcanzó que resonaran un par de redoblantes y bombos para que la fiesta comience al grito de "dale Lobo".

Los que se refugiaron en el mar a la espera del banderazo salieron del agua y con sus trapos al viento se sumaron al gentío que emergía de cada rincón de la costa. Una a una las distintas filiales y agrupaciones sumaron sus energías y cantos como así también elementos de pirotecnia que actuaba como elemento multiplicador.

Un puñado de Policías mantuvo hasta que pudo al Triperío en la plazoleta Almirante Brown (punto de partida del último Rally Dakar 2012) y en cuestión de minutos la Avenida Peralta Ramos que une toda la costa, quedó colapsada con autos, micros e hinchas que se "adueñaron" por un momento de la ciudad.

FRENTE AL GRAN HOTEL

A menos de 100 metros otro nutrido núcleo de hinchas se agolpó frente al vallado ubicado en la puerta del Gran Hotel Provincial, lugar elegido por el plantel albiazul para esta mini concentración a la espera del choque ante Aldosivi. Los fanáticos colgaron una enorme bandera en la puerta del hotel y desafiaron las altas temperaturas a puro canto "El que no salta, abandonó, el que no salta, abandonó".

Fue realmente impresionante la presencia de la gente y tal es así que los jugadores salieron a los balcones del Provincial para saludar a la gente, que obviamente explotó.

Familias enteras con sus chicos en brazos, o sobre sus hombros esperaban a sus ídolos en las adyacencias de la Rambla. Nadie se quería perder este momento y por cierto se lo llevaron grabados en sus retinas, celulares, cámaras y filmadoras que afloraban por todos lados.

El centro marplatense quedó alterado por más de una hora mientras los platenses transformaron la ancha avenida en una peatonal. Muchos turistas se sumaron con sus bocinas y con total tranquilidad disfrutaron del carnaval albiazul que se desató a metros de la playa Bristol bien regados por un ruido sin cesar de petardos y bombas de estruendo que ensordecieron a la ciudad.

Luego la peregrinación rumbo al "José María Minella" fue emocionante también, y la fiesta siguió en la tribuna.