Lola Guzmán Reyes

Con el fallecimiento de la escritora Lola Guzmán Reyes, el ámbito de la literatura local pierde a una de sus grandes exponentes. Su partida fue un hecho doloroso para quienes tuvieron la oportunidad de conocer su obra, pero además la apreciaron por sus valores humanos.

Había nacido en la ciudad de Roque Pérez, provincia de Buenos Aires, el 15 de abril de 1920. Al cumplir 8 años llegó a La Plata junto a su madre Mercedes Reyes Lazo de Guzmán, docente que buscaba nuevas oportunidades para ella y su hija.

Cursó sus estudios primarios en la Escuela N º 8 y los secundarios, en el Liceo de Señoritas, que luego adquirió el nombre de Víctor Mercante.

Al completar ese ciclo, estudió Letras en la facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de La Plata, pero no terminó la carrera.

Además desde muy pequeña estudió inglés y francés, conocimientos que le permitieron dictar clases de esos idiomas de manera particular y hasta muy avanzada edad.

Sentía un gran placer por la docencia, algo que le transmitió su madre quien fue maestra y directora de escuela.

Sin embargo, alcanzó su realización más plena como poeta y escritora. En ese contexto, plasmó su mirada sensible y profunda en sus libros “Solo de soledad”, poesías y cuento, publicado en 1996; “La voz despierta”, poesías publicadas en 2004, y en el libro de cuentos “Todas las noches”, publicado en 2006.

Pero sus textos también aparecieron en diarios y revistas literarias como Hojas de Sudestada.

Su amor por la literatura y la poesía fue tan grande que además de ser una entusiasta lectora, participó de talleres literarios coordinados por escritores de la talla de Ana Emilia Lahitte o Gabriel Bañes. Este escritor dijo de la obra de Lola Guzmán Reyes que su mirada se imponía sobre el lenguaje para captar gestos, “paisajes del alma”.

De inquietudes intelectuales que parecían no saciarse nunca, tuvo una infatigable actividad cultural. Fue en ese ámbito donde cosechó numerosos amigos con los que se reunía periódicamente, ya sea para participar de presentaciones de libros o de encuentros en los que la poesía era el factor convocante.

En el año 1947 se casó con Héctor Alberto Fernández Cortez y radicó su hogar en la zona de 47 y 12. De la unión nacieron sus tres hijos Julio - periodista y político -, Gustavo - médico - y Silvina - periodista -. Además tuvo 11 nietos y 4 bisnietos.

Sus allegados la definieron como una mujer sumamente generosa, tanto en su aspecto profesional como en su vida privada.

De raigambre radical siempre tuvo una filosofía de vida profundamente democrática.

Hasta sus últimos días transitó la vida con una gran lucidez y entereza.

Además mantuvo vivo su amor por las palabras y por el contacto con el prójimo, más allá de cualquier barrera generacional.