El peligro en cualquier esquina

EL COCHE VOLCADO Y LA FAMILIA SENTADA JUNTO AL ÁRBOL, TRATANDO DE RECUPERARSE DEL TERRIBLE SUSTO

Un espectacular vuelco se registró ayer en La Cumbre después que dos automóviles colisionaran, por fortuna sin que se registraran heridos.

De todas formas, el siniestro provocó escenas de gran tensión, porque dentro de uno de los rodados viajaban dos nenas.

El accidente, cuyas causas se desconocen, ocurrió alrededor de las 13.00 en la esquina de las calles 135 y 32.

Por allí circulaban un Citröen C3 y un Volkswagen Gol, que terminaron impactando entre sí, con tanta mala fortuna que el primero de los vehículos, donde estaban las menores de edad, quedó apoyado sobre el techo, con los cuatro neumáticos para arriba.

LLEGO UNA AMBULANCIA

Si bien, por precaución, al lugar acudió una ambulancia, fuentes policiales indicaron a este diario que no hubo que lamentar consecuencias físicas para ninguna de las ocupantes del vehículo.

En tanto, el otro rodado era conducido por un muchacho, que también resultó ileso.

Los voceros consultados mencionaron que, al tratarse de una esquina semaforizada, ahora se intentará determinar quién contaba con prioridad de paso.

El impacto fue sobre el lateral del Citröen C3, que hizo un trompo y quedó tumbado.

Fue personal del Destacamento La Unión, bajo directivas del subcomisario Marcelo Iltis, el que se hizo cargo de la situación, aunque, finalmente, como no hubo lesionados, y las partes involucradas acordaron arreglar con sus respectivos seguros, no se labraron actuaciones sumariales.

Sin embargo, en la zona hubo algunas complicaciones para el tránsito, ya que se tardó varias horas en remover los dos rodados siniestrados.

DESESPERACION

Según pudo saber este diario, pese a que finalmente sólo hubo que lamentar daños materiales, se vivieron escenas de profundo nerviosismo, ya que las menores, al igual que su madre, habían quedado atrapadas dentro del habitáculo.

En ese momento, se temió lo peor, pero, por fortuna, en cuestión de unos pocos instantes, pudieron salir ilesos del rodado y la tranquilidad se apoderó de todos.

En ese sentido, se supo que vecinos y, ocasionales testigos del hecho, prestaron una desinteresada y rápida colaboración con todas las víctimas, que se quedaron por un buen rato sentadas junto a un árbol tratándose de recuperar del gran susto vivido.

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