Fue a un boliche a festejar su cumpleaños, salió y la mataron

DILMA HABÍA SIDO PROMOTORA, PERO SOÑABA CON SER POLICÍA

Para festejar su cumpleaños número 20, Dilma Pérez González fue a bailar a un boliche de la localidad bonaerense de Gregorio de Laferrere. Cuando salió de ahí ya era de día. Antes del mediodía, estaba muerta. Estó pasó a fines de octubre y por el caso hay dos sospechosos presos, pero trascendió por las dudas que lo rodean. La familia de la víctima asegura que la raptaron en la puerta del boliche, la violaron en una villa de las inmediaciones y la asesinaron después de que pudo huir, pero para los investigadores no hay peritajes que confirmen el abuso.

Ante la difusión del crimen, que ocurrió hace 23 días y recién se conoció ahora por la intervención de una ONG, la fiscalía de San Justo indagó a los sospechosos y citó a declarar al forense que hizo la autopsia, para corroborar si pudo haber existido una violación, luego de recibir un pedido expreso por parte de la querella para exhumar el cadáver.

El episodio comenzó pasadas las 6 de la mañana del 31 de octubre último, cuando Pérez González terminó de celebrar su cumpleaños.

“Ella sale del boliche (La Maja) en el que había trabajado un mes y atrás de ella salen dos chicos que la estaban siguiendo. Y a una cuadra había una 4x4 a la que la obligaron a subir”, relató ayer la prima de la víctima, Patricia Garcete. Se cree que la condujeron a un departamento, que ayer fue allanado en busca de rastros que permitan esclarecer el hecho.

El jefe de la Departamental La Matanza, comisario mayor Carlos Grecco, negó que la hayan llevado a la fuerza porque, según la cámara de seguridad del boliche, “se la ve saliendo normalmente con las otras personas”. Garcete, a su turno, contó que Pérez González, “a las 8.20, le manda un mensaje (de texto a su madre) desde otro número (telefónico) y le pone: ‘Ma’, después voy’”.

“A mí tía le pareció raro porque le pone ‘Mami’ siempre. Lo mandó otra persona (a ese mensaje)”, sostuvo la prima de la víctima. Garcete relató que “llevaron a Dilma a una casa (en la villa Puerta de Hierro), donde la violaron y la ahorcaron, y pensaron que la habían matado, pero ella se había desmayado y escapó”.

“Se dan cuenta y, después, la encontraron cuando estaba con otras personas y dijeron que la llevaban a un hospital. Al hospital (Paroissien, de Isidro Casanova) ingresa el jueves 31 de octubre, a las 11.30 de la mañana, pero ya estaba muerta”, concluyó la prima de la víctima. Grecco coincidió con el último tramo del relato de Garcete, a excepción del ataque sexual: “De la primera autopsia no surge que haya síntomas traumáticos de defensa que lleven a pensar que fue abusada”, concluyó.

Los investigadores sostuvieron que la promotora salió del local bailable por su propia voluntad con los jóvenes y subió a una camioneta para ir al asentamiento, a la vez que precisaron que de la primera autopsia practicada al cadáver “no surge que haya síntomas traumáticos de defensa propios de un abuso.

El abogado de la familia de la víctima, Andrés Bonicalsi, admitió que “no hay rasgos de desgarramiento”, aunque sostuvo que “no tiene que haber desgarramiento necesariamente ante una violación”.

La causa está caratulada “averiguación causales de muerte”, bajo la órbita del fiscal José Marotto, quien en las últimas horas ordenó la aprehensión de dos sujetos que habrían estado en el vehículo.

Ellos declararon que se habían encontrado a la joven desmayada y habían querido ayudarla llevándola al hospital”, trascendió.