Gimnasia: la ilusión a paso firme

TAREA CUMPLIDA. BRAZO EN ALTO PARA RECIBIR LA APROBACION DE SU GENTE, Y A DISFRUTAR DE LAS PASCUAS. EL LOBO VOLVIO A GOLEAR

COMENTARIO
Por ANIBAL GUIDI

Para Gimnasia, realmente, serán unas Felices Pascuas. Es que el equipo superó con creces su compromiso de ayer ante la Lepra mendocina, a quien goleó por 3 a 0, estirando su invicto a ocho partidos (7 victorias y 1 empate), mientras que de local lleva siete presentaciones sin perder.

Firme como nunca en zona de ascenso directo, el Lobo le hizo ‘pito catalán’ ayer al cansancio (afrontó este partido con un viaje por delante y pocos días de entrenamiento) y le ganó a Independiente Rivadavia con los argumentos que están identificando al equipo de Pedro Troglio en esta segunda rueda de la B Nacional.

Con mucha presión, con envidiable actitud y disciplina táctica, y golpeando con la contundencia del nocaut, el Lobo resolvió este compromiso con goles de Franco Niell, en el primer tiempo, y de Facundo Pereyra y Lucas Licht, de penal, en la etapa complementaria.

Y, si bien por momentos, el rival le manejó la pelota, nunca le llegó con peligro hasta Monetti porque, se sabe, en esto de defenderse bien el equipo ha hecho un verdadero culto, además. Independiente Rivadavia no esperaba sin duda sufrir semejante golpe. Aunque los números de visitante son muy pobres para el equipo de Fernando Gamboa, que registra siete salidas sin ganar (tres empates y cuatro caídas). Seguramente los mendocinos conocían los puntos que calza el Lobo. Como afronta los partidos y también como los resuelve. Presionando, fundamentalmente. Asfixiando, ahogando, con una predisposición más que admirable. Y, con la pelota, se torna peligroso, especialmente si a su velocidad le agrega precisión.

La primera parte, ayer, la hizo bien. No lo dejó casi pensar al rival, pero en lo segundo estuvo algo errático, pero insinuando su peligrosidad cuando se encontró con la pelota. Está claro que el partido lo fue a jugar en campo mendocino, y recién cuando estaba por cerrarse la primera etapa logró el desnivel, claro que en una jugada excelente.

Por izquierda Nacho Fernández combinó con Matías García, éste desbordó y tocó para Pereyra que alargó hacia Niell que entraba por el otro costado. El Nº 9, dentro del área, tuvo tiempo para observar todo y resolver con toque justo al palo derecho, frustrando el intento de achica del golero Taborda.

Allí arrancaron los problemas para la Lepra, los que habían comenzado más temprano cuando Fabbiani, con una lumbalgia, desertó del equipo titular. En su lugar ingresó Alvacete y, de esta forma, pasó a jugar con un 4-4-2, con aquel como lateral por izquierda y Allosa como volante por ese sector.

Con pocas posibilidades de variar el dibujo táctico y dar ese paso adelante como para ir por la igualdad, igualmente hizo el intento el equipo de Gamboa. Se hizo de la pelota, merodeó el área albiazul, pero nunca lo hirió porque fue paupérrima su presencia ofensiva.

Y, tras superar ese momentáneo desorden, producto de no poder hacerse de la pelota, de pronto el Lobo se despertó y terminó por resolver este cotejo. El segundo gol fue producto de una jugada muy bien pergeñada. Oreja, por derecha, metió un centro que recibió Niell sobre el otro costado, el delantero la devolvió al medio por donde entraban Pouso (que no llegó a impactarla) y Pereyra, que sí la mandó a la red. Y sobre el final, Peralta, que había ingresado, fue fauleado por Vera cuando se filtraba por la izquierda. Penal. Licht, con una sutileza de zurda, estampó el 3-0 final.

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