Padres movilizados en un colegio parroquial de La Granja

UNAS 40 PERSONAS SE MANIFESTARON AYER FRENTE AL COLEGIO PARROQUIAL DE 520 Y 141, DONDE DENUNCIARON QUE VARIOS MENORES SUFRIERON UNA SERIE DE SITUACIONES INAPROPIADAS

Del lado de un grupo de padres, que pertenece a la comunidad educativa de un colegio parroquial de La Granja, el enojo estaba dirigido a un sacerdote. Desde el colegio, negaron cualquier anomalía. Y si bien se había iniciado una instancia de diálogo para aclarar el tema y, superar cualquier posibilidad de conflicto, ayer al mediodía la situación se tensó, al punto que tuvo que intervenir la Policía para sacar al cura en medio de una lluvia de insultos y supuestos intentos de agresión.

Según señalaron los padres, al sacerdote le reprochan una serie de comportamientos que ellos consideran inapropiados con varios menores de edad.

La historia tiene como escenario el colegio San Juan Bautista, que está ubicado en las calles 520 y 141, y donde asisten alrededor de 700 chicos, desde los 4 hasta los 17 años, repartidos en los tres niveles educativos.

Algunos menores de la primaria serían, según los padres que dialogaron con este diario, quienes habrían vivido situaciones que describen como confusas e injustificadas.

De la protesta participaron unas 40 personas que se mostraron enojadas con el sacerdote por supuestos comportamientos inapropiados

Los padres afirman que a través de relatos de sus hijos se han enterado de situaciones que no deberían producirse en el colegio y, en ese sentido, se movilizaron para pedir explicaciones.

Como se dijo, en ese contexto intervino la Policía pero no hubo ninguna denuncia formal y, por lo tanto, no se ha abierto una causa judicial. Por ahora, el tema se circunscribe a un estado de indignación expresada por un grupo de padres que tomó estado público con una espontánea protesta que tuvo lugar ayer en la puerta del colegio.

“ENCUENTROS FUERA DEL HORARIO ESCOLAR”

El sacerdote “está siendo defendido por los directivos del colegio”, sostuvo uno de los padres, muy enojado.

El religioso, agregó, les haría -a los chicos- invitaciones “extrañas”, fuera del horario y del ámbito escolar. Y esos encuentros, relató el padre, se habrían concretado a metros del establecimiento, donde viviría el sacerdote.

Además, entre las imputaciones que formularon en diálogo con EL DIA, se habló de supuestas prácticas, que afectarían la privacidad de los alumnos.

“Cuando empezamos a hablar entre nosotros, vimos que todo cerraba y que la situación era preocupante. Los nenes también hablan entre ellos de todo esto. El problema es que hay muchos padres que ni siquiera están al tanto de esto y no les preguntan nada a sus hijos”, lanzó la mamá de un nene de tercer grado.

“LA DIRECCION LO AMPARA”

Las autoridades del colegio de La Granja también recibieron críticas de un grupo de padres que ayer se reunió frente a ese centro educativo y que promete volver a hacerlo en la jornada de hoy (ver aparte).

Si bien este diario intentó comunicarse con los directivos de la institución, la respuesta fue muy escueta: “Nada de lo que se dice es cierto”.

En medio de la efervescencia que ganó la protesta, de la que participaron unas 40 personas, se llegó a analizar la confección de un acta para exigir una medida de restricción de acercamiento del párroco hacia los menores.

CON CUSTODIA POLICIAL

Una vez que estalló el incidente, la Policía debió hacerse presente en la escuela. Y en medio de empujones, insultos y aparentes intentos de agresión hacia el cura, los agentes lograron salvaguardar su integridad física.

El contexto era de irritación y malestar, algo que todavía se percibía varias horas después del operativo, que estuvo a cargo del titular del Distrito Oeste, Dante Castearena.

Se supo que el sacerdote fue derivado entonces a la sede de la subcomisaría La Unión, donde se labró un acta con la descripción de los hechos y se identificó al sacerdotecomo Bernardo José Conte Grand (44).

Lo mismo ocurrió con uno de los padres, que habría sido uno de los que motorizó la protesta.

Sin embargo, al menos hasta el cierre de esta edición, no se había formulado ninguna denuncia formal, por lo que, en principio, la intervención judicial estaría acotada.

Para los especialistas que tomaron intervención en el caso, del que tomó conocimiento el fiscal en turno de La Plata, Marcelo Carlos Romero, se trata de una “situación muy compleja” y que tiene un final “incierto”.

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