Organizaron un “pijama party” y un ladrón se metió a robar en la casa

LAURA SÁNCHEZ, LA MUJER QUE ORGANIZÓ UN “PIJAMA PARTY” CON SU HIJA DE 9 AÑOS. NUNCA SE IMAGINÓ QUE EN ESE MOMENTO UN DELINCUENTE IBA A ENTRAR A ROBAR A SU CASA DE LA CUMBRE

Un “pijama party” interrumpido por un asalto. La imagen, terrorífica, ocurrió ayer a la madrugada en una vivienda del barrio La Cumbre, donde un ladrón, tras romper la puerta de entrada, sorprendió a cuatro chicas de apenas nueve años.

“Fue un infierno de 30 segundos”, contó ayer a EL DIA la dueña de casa, Laura Sánchez (31).

Eran aproximadamente las 02.15. La mujer estaba cansada, pero no podía dormir: su hija y tres amigas estaban en plena diversión, en 32 entre 136 y 137, cuando sintieron un fuerte estruendo.

Pese a que la música estaba bastante fuerte y Sánchez intentaba acostar a su otro hijo, un bebé de apenas un año, “me imaginé que algo había pasado por el griterío de las chicas”, recordó.

“Lo primero que pensé fue que habían roto un vidrio. Cuando abrí la puerta para ver qué pasaba, entraron todas corriendo y vi a un tipo parado en el medio de la cocina con algo en las manos”, dijo la mujer a este medio, reviviendo el horror.

Siguiendo su relato, mientras las menores se encontraban en pleno festejo, un asaltante rompió la puerta de ingreso al domicilio utilizando una vara metal, en forma de ariete.

Las chicas, luego del gran estruendo, divisaron la cara del asaltante e instantáneamente trataron de huir de la habitación.

“Ni le vi la cara al tipo. Cuando pasaron las nenas para adentro, me di cuenta que una de las chicas estaba escondida abajo de la mesa”, destacó Sánchez para después agregar que “como tenía el tele con las dos manos, no podía agarrar más cosas. Ni bien entré se fue corriendo, después escuché que un auto arrancaba afuera de mi casa”.

Si bien el asalto sucedió en un instante, el miedo se instaló largo tiempo en la vivienda.

“Quedamos con media puerta destruida, tratando de contactar a los padres de las otras chicas. Lo que más me preocupaba es que no les pasara nada a las chicas”, mencionó.

La mujer expresó que le llamó mucho la atención las circunstancias en las cuales sucedió el robo: “Las luces de la casa estaban prendidas y hasta los vecinos de enfrente me dijeron que escuchaban los gritos de las nenas. Pero los tipos quisieron entrar igual. Hay que estar desesperado para hacerlo”, aseguró.

Luego del asalto, las víctimas se contactaron con la Policía, que tardó un buen rato en arribar al lugar del hecho.

“Fue una desgracia con suerte, porque no le pasó nada a nadie. Aún así, nosotros nos vamos de este barrio. Mi hija esta en la casa de sus abuelos, tiene miedo de volver acá. Encima son cosas que pasan todos los días, de noche se escuchan tiros. Así no se puede más”, finalizó sin ocultar su hartazgo por la inseguridad.