Los femicidios, un drama social que no pueden parar

LA CALLE DE JOSÉ J.PAZ DONDE OCURRIÓ LA TRAGEDIA EN LA QUE UN HOMBRE DE 30 AÑOS MATÓ A LA MADRE Y A LA ABUELA DE SU EX MUJER ESTA SEMANA

En la muerte de Carolina Giardino, asesinada la última semana en Pilar por su ex marido se conjugan muchas de las características comunes a la mayoría de los casos de femicidio en la Argentina. Una de las principales es que Carolina ya había denunciado en reiteradas ocasiones a su ex marido por actos de violencia. Otra, que el hecho ocurrió en la Provincia de Buenos Aires, que concentra el 30% de los asesinatos de mujeres por cuestiones de género en el país, Hay más: Carolina murió a puñaladas, la segunda modalidad más común después del asesinato a tiros. Murió a manos de su ex pareja, como una de cada cuatro víctimas de este tipo de delitos. Y contaba con 44 años, edad que se ubica dentro del rango más afectado por las situaciones de violencia extrema contra la mujer.

El caso de Carolina, que murió enfrente de su hijo de 7 años, quien padece síndrome de down y por el que se dictó el pedido de captura internacional de su ex marido, Antonio González, de 49, fue uno de los que conmovieron a la sociedad la última semana. Hubo otros dos, con otras dos víctimas fatales. En el primero, ocurrido el viernes, un hombre de 33 años mató a la madre y a la abuela de su ex mujer, de 58 y 83 años, respectivamente, en el marco de una discusión. Fue después de no encontrar a su ex pareja cuando llegó al lugar para hablar de la división de sus bienes personales. En este caso no había antecedentes de violencia. El otro hecho ocurrió ayer en Castelli, donde Nadia Carmouze, de 28 años, oficial de policía bonaerense, resultó muerta a balazos en el marco de una disputa con su pareja de 30 años. Una de las hipótess que manejaban los pesquisas era que éste le habría disparado para después intentar suicidarse. El hombre está internado en grave estado en Dolores.

Estos casos se dan en el marco de un flagelo que, aunque se hace cada vez más visible y más se denuncia, no para de crecer. Aunque todos los femicidios se consideran prevenibles, los especialistas coninciden en que la prevención falla. Y reclaman la implementación de una respuesta integral para frenar el número de muertes.

Según los números manejados por el Observatorio de Femicidios de la ONG Casa del Encuentro, en la Argentina muere un promedio de una mujer cada 30 horas.

Aunque todos los femicidios se consideran prevenibles, los especialistas coninciden en que la prevención falla

Los últimos datos relevados corresponden a 2013, cuando se produjeron 295 casos de mujeres asesinadas por violencia de género y 49 femicidios vinculados, que son los que implican a personas que tratan de impedir los crímenes.

En diálogo con este diario, Fabiana Túñez, directora ejecutiva de Casa del Encuentro indicó que en lo que va del año la tendencia del número de femicidios es a permanecer estable en relación al año anterior.

Para Túñez no se está poniendo freno a los femicidios, a pesar de que el tema es materia de debate en la sociedad, hay más denuncias y aumentó el número de dispositivos creados para dar respuesta.

“Lo que está faltando es una mirada integral para resolver esta problemática y por eso falla la prevención. Hay distintos dispositvos aislados funcionando pero que no se cruzan, medidas cautelares y de protección que no se cumplen. Falla la justicia que no actúa con la celeridad adecuada y falta una asistencia integral a la víctima”, dice la dirigente.

Los especialistas en violencia familiar destacan el largo camino que lleva a la denuncia, con la que nada termina, sino que es “el punto donde empieza todo”, expresa ´por caso, Túñez, quien describe el impacto negativo que tiene en muchas mujeres que se deciden a denunciar, el no recibir una respuesta interdisciplinaria, conjunta y articulada.

“A veces las recibe un psicólogo, otras veces una abogada; lo cierto es que el abordaje rara vez es completo”, dice Túñez.

Aunque los especialistas reconocen que en los últimos años se avanzó mucho en el debate de un problema en el que el factor cultural es clave y también en la creación de nuevas herramientas como teléfonos de emergencias y dependencias encargadas de atender casos, lo cierto es que la prevención sigue fallando. Aunque, como dice Túñez, cada femicidio sea prevenible.

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