Otros análisis del fin de semana

CRISTINA Y TODO SU APOYO A KICILLOF, EN PÚBLICO

Joaquín Morales Solá
LA NACION

“El default de Cristina Kirchner (selectivo, parcial o como se lo quiera llamar) podría ser más grave que el de Rodríguez Saá”, asegura Morales Solá en su columna titulada “Cristina eligió el peor camino”. Pero elegir el default, agrega, fue una decisión personal de la Presidenta, tomada en absoluta soledad, sin intervención de sus ministros ni de los bloques parlamentarios. Analiza luego los últimos pasos que se dieron en torno a la crisis por la deuda y los fondos buitre. Afirma que Cristina encontró en Griesa el enemigo que estaba necesitando. Reseña las alternativas que pudieron seguirse desde 2005. El Banco Central pudo, con recursos propios, caucionar la deuda en el juzgado de Griesa y abrir una negociación hasta 2015, dice. Pero, concluye, “el populismo es siempre una receta cara, porque sólo el dinero fácil explica la razón populista. El populismo sin chequera no existe. Pero siempre tiene una alternativa ante la adversidad: culpar a los otros (y sobre todo a los extranjeros) de los errores que comete el propio populismo”.

Mario Wainfeld
PAGINA 12

Sobre las peripecias de las negociaciones con los fondos buitre y acerca de los desafíos para la política económica que el cierre de las conversaciones origina trata la columna de Wainfeld. “El célebre 31 de julio llegó, apareado con el debate sobre el alcance de las medidas tomadas por el juez Griesa. ´Default´ claman los medios hegemónicos argentinos. ´Default selectivo´ comentan intérpretes más afinados y menos buitres-friendly. El oficialismo insiste en que no hay default sin insolvencia y mediando pagos realizados en lugar, tiempo y forma”. Sostiene que el Gobierno “tiene una enorme dosis de razón”, pero, añade, lo que ya está en puja hasta el final de su mandato “es la realidad económica financiera”. Alude luego al desplazamiento de millones de argentinos durante el receso invernal. Y sostiene más adelante que los objetivos básicos del gobierno “son los mismos: mantener los niveles de empleo, actividad y consumo. Reforzar los recursos de los sectores más desfavorecidos y las reservas del Banco Central”.

Eduardo Van Der Kooy
CLARIN

Está claro que la Presidenta y Kicillof están más cómodos lidiando con los fondos buitresque afrontando las andanzas de Boudou, la recesión o la inseguridad, dice Van Der Kooy. Aunque la Argentina se deslice en las orillas de un aviso, ambos conjeturan sobre réditos políticos para el Gobierno. Tampoco se preocupan por otros problemas: “En cambio, hallan suelo fértil para su relato cuando plantean un combate contra los holdouts”. A los dos, añade, los aterroriza la crisis, la onda expansiva será prolongada. “Cristina y Kicillof estarían empalagados con la presunta épica de la pelea contra los buitres. Se entusiasmarían con algunas encuestas que habrían mejorado módicamente la imagen presidencial. Se verá por cuánto tiempo. Apostarían a la solidaridad verbal que cosecharon en la región”. Agrega que “en varios aspectos, esa aventura amagaría rozarse con aquella que se transformó en dictadura en la tragedia de Malvinas”.

Jorge Fernández Díaz
LA NACION

“La pesada fatiga de un cambalache disfrazado de revolución virtuosa se abate sobre nosotros”, opina Fernández Díaz. “Parece un sarcasmo, pero se trata de pura lógica: los bancos fueron el sector económico más beneficiado por el modelo de los Kirchner”. Añade que “la devaluación de Kicillof, sin ir más lejos, les hizo ganar de un día para el otro miles de millones a los mandarines de la ´década bancaria´. Fue lógico que acudieran como mayordomos perfumados al llamado del Gobierno y que aceptaran levantar el muerto en Nueva York. Por favor, señora, faltaba más”. Después, este asunto se complicó. Todo sea por las encuestas que le acercaron a la Presidenta: “Ella se inclinó sobre esos números como un sediento que atraviesa el desierto”. La leve mejoría pareció convencerla “de que perdiendo triunfaría”. Mientras tanto, “la mishiadura está creciendo”: los precios subieron, se perdieron más de 25 mil empleos, los sindicatos están en pie de guerra.

Sergio Crivelli
LA PRENSA

El nuevo “default” es otra señal de la impotencia del gobierno, afirma Crivelli en el título de su columna y explica: “Perdió la pulseada con los ´buitres´ y se expone a demandas de los bonistas que no cobraron, aunque (el juez) Griesa acotó la cesación de pagos. Agrega que la Presidenta “intentó ganar el jueves último por cadena nacional” lo que su ministro Kicillof había perdido el día anterior en los tribunales neoyorquinos a manos de los denostados “buitres”. Y apunta a que “entre los dos llevaron al país a un nuevo ´default´, a pesar de que disponían de los fondos necesarios para evitarlo”.