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Espectáculos |Muestran “Muta”, su último trabajo

Morbo y Mambo: la utopía de la mutación eterna

La inclasificable banda trae su danza-trance a nuestra ciudad mañana, junto a otra sensación indie, Perras on the beach

Morbo y Mambo: la utopía de la mutación eterna

Los marplatenses de morbo y mambo traen su último disco a la plata / gonna go

3 de Noviembre de 2017 | 04:01
Edición impresa

Funk, dub, afrobeat, jazz, kraut rock y psicodelia se hermanan en la húmeda y humeante fusión de Morbo y Mambo, el inclasificable combo que se alimenta en cada presentación de todas esas influencias para escupirlas en un acto de exorcismo tribal como el dictado por Oswald De Andrade hace cien años en su manifiesto antropófago por una cultura sudaca y subversiva.

Esa danza eufórica y oscura (el swing y la oscuridad fueron los elementos fundantes de la banda, reconoce Manuel González Aguilar, el hombre al bajo) llegará a La Plata mañana, en una fecha junto a otro fenómeno indie, los mendocinos Perras on the beach, para mostrar “Muta”, su último trabajo discográfico, lanzado en septiembre: a esta altura, los marplatenses radicados en capital forzados por el centralismo argentino (algo que ven relativizado en los últimos años) ya son locales en la Ciudad, donde en 2016 tocaron en tres oportunidades y este año ya se presentaron en el marco del Provincia Emergente.

Morbo y Mambo llevan una década tocando juntos, y aunque, dice Manuel, “siempre tuvimos la convicción de hacer música y llegar lo más lejos posible”, no imaginaban este presente que los tiene colaborando en su último trabajo discográfico con Nick Allbrook, ex bajo de Tame Impala y miembro fundador de Pond. Pero aún en aquellos días donde un grupo de amigos se juntaba a tocar, “la cuestión del ‘no-prejuicio’ ya estaba presente”. Eran tiempos de “mucho CD copiado” cambiando de mano, y donde “todo lo que escuchábamos y nos gustaba, desde Los Mutantes hasta Miles Davis, lo explorábamos tocando”, recuerda Manuel, y toda exploración partía de la premisa de “que tuviera swing y oscuridad”.

Esa premisa genera que la banda tenga una conexión física, casi primitiva, con su público en el vivo. “Sin dudas lo que producimos en vivo es una cosa y lo que producimos en el disco es otra: hay algunos puntos de contacto, pero en vivo te pasa algo más físico, el disco es como la foto, la recreación de eso”, admite González Aguilar, aunque afirma que en el estudio, grabando “Muta”, han encontrado otras experiencias: “En otra época te hubiera dicho que éramos más una banda del vivo, pero ahora le hemos tomado el gusto a trabajar en el estudio, construyendo las ideas, y se generó otra cosa: hay universos del disco de Morbo y Mambo que no buscamos en el vivo porque sabemos que son del disco y no se van a generar en el vivo”.

Y viceversa, claro, admite Manuel: la conexión en vivo con el público, explica, ha sido empujada porque “al ser instrumental no tenemos la cosa del frontman: es más fácil para nosotros desdibujarnos. Y ese es el prejuicio que buscamos romper, el de la banda típica del rock en la que se te para un cantante de frente y la letra está súper presente: en Morbo y Mambo tendemos a desdibujar esa cuestión de figura y fondo, rompemos los límites entre escenario y público, y eso ayuda a que la gente termine de completar el mensaje escuchándonos, bailándonos”.

En “Muta”, sin embargo, la banda vuelve a mudar su piel y suma voces a sus composiciones, en un disco “con puntos de contacto con los anteriores”, pero que “se mete en un universo nuevo, hay una inmersión total en sonidos oscuros y texturas de sintes y guitarras que te envuelven”.

“Nos hacemos cargo que somos una banda mutante, y nos gustó lo literal del título teniendo entre manos un disco que se aleja del sonido original de Morbo y Mambo, sin el afrobeat que marcó los inicios, sin tanta presencia de los vientos, y con la novedad de las voces”, revela Manuel, parte de una banda que durante años exploró el desafío de ser instrumental en una industria marcada por la preponderancia de la palabra y la letra (y el frontman, como señala arriba). Pero no es el ansia de sonar en alguna radio hitera lo que los movió a invitar a Allbrook, Andrés Nusser y Santiago Motorizado a “Muta”: “La idea de que haya cantantes en la banda estuvo presente mientras trabajábamos en el segundo disco, pero lo concretamos ahora”, dice, y cuenta cómo pegaron tanta onda con Allbrook en una de sus visitas con Tame Impala que la colaboración “surgió naturalmente” y cómo “Chango” grabó su parte para “Pomán”, quinto tema del disco, desde Estados Unidos.

El líder de El Mató, revela Manuel, no había podido grabar su voz porque se encontraba de gira presentando “La Sintesís O’Konor”, pero en una escala por Nueva York les escribió avisando que esa tarde pasaría por el estudio para grabar otro tema. Chango no quería obligar a la banda a pagar horas de estudio neoyorkino, “le parecía todo muy grandilocuente”, pero al final fue “una boludez”, cuenta González Aguilar: pagaron el estudio vía PayPal “y al rato nos escribió diciéndonos ‘bueno, muchachos, ya está, la rompí”.

Además de sumar cantantes, “Muta” implicó una variación sobre el habitual método de composición colectiva de la banda: originalmente todo surgía de una zapada pero para este trabajo los integrantes traían “prácticamente todo trabajado”: “Abrimos una carpeta de Dropbox compartida entre todos” y de lo volcado en la nube fueron eligiendo para trabajar con la banda.

Casi al cierre del álbum apto para el trance y la inmersión, se encuentra “Mutopía”, el tema que lleva el nombre que iba a llevar el disco y que resume el objetivo de la banda, la mutación eterna como horizonte pero también como utopía, como algo inasible. “Nos gustan las palabras duales y los equívocos”, cuenta Manuel, aunque, quitándole solemnidad y con ese desprejuicio que rompe barreras, que caracteriza la música antropófoga de la banda, agrega entre risas, como para que no se tome demasiado en serio ninguna postura o declaración altisonante: “También es el nombre del planeta donde nacen los mutantes en el cómic X-Men, cosa que nos parecía muy simpática”.

PARA AGENDAR

Qué: Morbo y Mambo + Perras on the beach

Cuándo: Mañana a las 20

Dónde: 58 entre 10 y 11

“Hay universos del disco de Morbo y Mambo que no buscamos en el vivo”

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