Los recesos no son lo que eran

Mecanismo de excepción ideado para permitir a las empresas de colectivos otorgar vacaciones a sus choferes sin tener que buscarles reemplazo, y optimizar la relación entre gastos e ingresos de estas firmas al achicar la chance de que sus unidades circulen semivacías, la reducción de servicios durante los recesos escolares choca cada vez más con la dinámica real de la Ciudad. Por estos días, la actividad en los barrios y el microcentro -sobre todo en las horas matinales- dista mucho de haber caído como para justificar un recorte en los servicios; recorte éste que, a pesar de ser estimado por los voceros oficiales como cercano al veinte por ciento, es padecido por los frustrados pasajeros como mucho más drástico.

Compete a la Comuna, en este contexto, establecer parámetros claros y controles eficaces como para garantizar que las necesidades de transporte de la población sigan cubiertas en un cien por ciento, toda vez que no siempre merman respecto de las jornadas hábiles “convencionales” sino se trasladan a los días, lugares y horarios en que se ofrecen opciones recreativas para los más chicos -el caso de la República de Los Niños-.

En una región que concentra 800 mil habitantes, asoma como indispensable repensar medidas que, aunque bienintencionadas, redundan en el beneficio de pocos en desmedro de muchos.