Realeza: como el camaleón, relucieron según la ocasión

En nuestra última entrega comenzamos a analizar los atuendos más memorables de 2022 y a sus protagonistas, reinas y princesas que saben que no pueden ponerse lo primero que tienen en el armario porque cada ocasión amerita un determinado traje. Los invitamos a acompañarnos en la elección de “la chica del mes” del segundo semestre.

Julio

La homenajeamos en julio porque fue el mes que presidió uno de los grandes bailes del principado pero Charlene ya desde antes se había incorporado a las actividades del principado luego de su “período oscuro”, tal como ella misma definió su depresión. Empezó tímidamente a aparecer con trajecitos grises una talla más grande que solo acentuaban sus temores e inseguridades. Pero se sobrepuso, fue incorporando color y, lo más importante, volvió a sonreír. La princesa apareció en el Baile de la Cruz Roja con un vestido celeste hielo de Prada con incrustaciones bordadas que fue un acierto. Ese mismo mes volvió a su diseñador de cabecera, Akris, de amarillo fuerte y posó, para su aniversario de bodas, con un vestido verde claro que le quedaba perfecto.

Lo de Charlene es una sinfonía monocromática que, por ahora solo rompió en noviembre con un vestido floreado de Terrence Bray que era pura fantasía. Para la fiesta nacional, volvió al monocromo minimalista de Akris con un tapado blanco combinado con un sombrero de ala ancha que le daba un aire papal nada favorecedor pero se lo perdonamos porque fue la única “gaffe” de 2022.

En este renacer Charlene ha renovado todo su vestuario y se ha convertido en la dama real que más ha invertido en su guardarropa. Los 739.541,52 euros gastados (según la investigación de UFO no More) se lucen. Bravo por ella.

Agosto

No es casual que “la chica de agosto” sea la reina Letizia. Mientras que en agosto la mayoría de los monarcas se esconden en sus residencias de verano, los reyes de España siguen trabajando. Y aún cuando supuestamente descansan siguen siendo blanco de los fotógrafos. Hace muchos años, en Palma de Mallorca, cuando transitaba sus primeros días como princesa, un periodista, entre tantos que la rodeaban, le preguntó cómo estaba pasando sus vacaciones y ella contestó, de mala manera “¿A ti te parece que estas son vacaciones?”

De hecho nunca parece del todo cómoda en Palma y la convivencia obligada en la residencia de verano con la reina Sofía siempre cae en entredichos y este año no fue diferente. Este verano venía optando por coloridos vestidos de Mango, su low cost preferida, escotados, largos y sueltos. Hasta que la última noche salió con su suegra a caminar y se puso un vestido de Zara que dejaba a la vista sus largas y musculosas piernas. Le quedaba regio porque ella está transitando muy bien sus 50 años pero no creemos que a doña Sofía le haya caído en gracia atravesar nubes de paparazzi con su nuera, la reina de España, en minifalda. Lo peor es que Letizia no es tonta y que el vestido haya sido más corto que el de sus propias hijas es claramente una provocación. Nos imaginamos que en algún momento le debe de haber dicho a Felipe “Yo voy a de vacaciones con tu madre pero voy con la peor de las ondas” (Y me pongo lo que se me cante).

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Lo que no se le puede achacar es que sea derrochona. Letizia es una de las reinas que más reutiliza. Y no solo vuelve a usar su ropa sino que recurre a vestido de su suegra. Con un gasto de “apenas” 53.919 euros ni siquiera está en el top ten de las más gastadoras del año.

Septiembre

Septiembre se vistió de negro. El 8 moría en Balmoral la reina Isabel II a los 96 años. Y fue precisamente quien la reemplazó como la monarca más longeva de Europa la que tuvo que modificar planes por el deceso. Hablamos de la reina Margarita II de Dinamarca.

Margarita, nuestra “chica del mes” no ha tenido suerte con las celebraciones. En 2020 se esperaban grandes fiestas por su cumpleaños número 80 que tuvieron que ser cancelados por la pandemia. En 2022 tenía previsto los festejos por sus 50 años en el trono cuando otra ola de Covid y el estallido de la guerra en Ucrania hicieron que tuviera que posponerlo para el 10 de septiembre. Resultó mala fecha también. El mundo royal estaba de luto. Ella decidió festejarlo igual, pero bajando el tono festivo de la cena de gala, en señal de duelo. Y así fue como septiembre se tiñó de rojo, el color elegido por Margarita II para asistir al concierto en su honor. Ella, la más majestuosa de las monarcas por derecho propio, la que diseña sus propios trajes, la única que continua usando sus pieles a pesar de ser políticamente incorrecto, deslumbró. Y en la cena de gala subió la apuesta y vistió de terciopelo, el tejido más tradicional de la realeza, aquel que desde hace siglos se usa para capas y trajes. Y eligió el turquesa que destacaba aún más las joyas y condecoraciones que la engalanaban. Realmente majestuosa, Majestad.

Octubre

Máxima es nuestra chica de octubre porque en octubre brilló como nunca. Por fin pudieron realizarse las visitas de estado pospuestas por los años de pandemia y la primera escala fue Suecia.

¡Qué gran despliegue! La prenda fetiche de Máxima fue, sin duda, la capa. Superpuesta o incorporada a los vestidos lució una para cada momento.

Lo que más celebramos es que Máxima volvió a usar un vestido de Jan Taminiau que es el preferido a través de los años en las encuestas que se hacen sobre el estilo de la reina. Es una pieza de color rosa, íntegramente bordada, y no es casual que se asemeje a un sari ya que fue estrenado en una visita a la India en un octubre de hace tres años.

La visita a Suecia finalizó con un estreno: un traje de pantalón y chaqueta de Zara, color borravino que fue elegido el look preferido de Máxima en 2022 según encuestas de la prensa holandesa especializada.

A fin de octubre partieron para Grecia y la visita empezó en el Partenón. Llevó un vestido de un diseñador griego en blanco y mostaza, combinado con joyas, sombrero con tul y un clutch. Y en los pies, claro, unos cómodos mocasines que no tenían nada que ver con el resto pero que era lo único adecuado para el pedregoso suelo. Estaba lindísima, pero el look desentonaba totalmente con el entorno. Igual nos encanta.

El segundo día de la visita llevó un vestido-capa en color rosa empolvado que le quedaba perfecto. También éste se consagró como uno de los mejores looks de 2022. En la lista de UFO, Máxima está en séptimo lugar entre las damas más gastadoras de la realeza activa con “solo” 72.887 euros. Y es que estrenó poco pero todo muy impactante.

Noviembre

Si se nos permite, no vamos a elegir a una chica para noviembre sino a un “muchacho”. Un muchacho polémico, maduro, singular que, por lo menos en el mundo de la realeza, fue la figura más destacada de 2022: el rey Carlos III.

Los ingleses, en general, tienen fama de feos. Pero todo lo que puedan tener en sus rasgos un poco discordantes, lo tienen de elegantes. Dicen que nadie sabe llevar los trajes de gala como ellos. De hecho en Londres la ropa de hombre tiene su propia calle. Saville Row concentra desde el siglo XIX los mejores sastres del mundo.

El príncipe Felipe, padre de Carlos, fue el espejo en el que mirarse a la hora de usar chaqué o frac y su hijo es fiel heredero. Carlos no es lindo. Grandes orejas, anguloso, un poco pelado y encorvado pero… nunca un ruedo de un pantalón fue ni más alto ni más bajo que el que debe ser, el corte de sus trajes siempre es impecable, sabe exactamente qué tipo de saco usar para cada ocasión y hasta se atreve a los cruzados.

En este noviembre y una vez finalizada la etapa de luto riguroso, el rey ha demostrado su versatilidad. De uniforme militar, de gala, con traje sport o kilt escocesa ha salido siempre airoso, mal que les pese a los que piensan que la elegancia necesita juventud y cuerpo hegemónico.

Carlos se apunta, además, a la moda sustentable. No tiene ningún problema de usar sus trajes una y otra vez y si se le rompen, los remienda. Considera un gasto inútil hacerse un esmoquin nuevo si ya tiene uno que le anda aunque se lo haya puesto una y otra vez.

Diciembre

El broche de oro para el último mes es Camila, la reina consorte del año. En una cultura en que la belleza y la juventud están sobrevaloradas es mucho más fácil ver la elegancia y belleza en Kate o Meghan pero, como decíamos en el caso de Carlos y sin desmerecer a las chicas, nos cuesta reconocer el saber llevar la ropa en señoras que superaron los 70. Y más cuando la señora en cuestión fue la villana antagónica de la novela real Diana-Carlos, algo que sus odiadores seriales no pueden superar a pesar de que ya ha pasado casi medio siglo.

Nuestra “chica de diciembre” es Camila porque es un ejemplo de resiliencia en muchos aspectos pero también en cuanto a estilo. Hasta sus casi 60 años Camila iba por la vida con pantalones, pilotos, trajes de montar, camperas y botas que tuvieron que ser reemplazados por zapatos de tacón y vestidos de fiesta cuando se convirtió en compañera del heredero al trono. La diseñadora Anne Valentine fue quien le creó túnicas para las galas, vestidos levemente entallados para el día y sombreros sofisticados que son su sello de distinción.

Así la vimos como duquesa de Cornualles pero ¿en qué ha cambiado ahora que es reina consorte? Diciembre, una vez ya superado el luto, ha sido un mes bisagra para Camila. Y ha elegido colores fuertes para distinguirse no solo del resto de las damas de la familia sino también para despegarse de la imagen tan icónica de su suegra, devota de los tonos pastel. Ha convertido el color blanco en su bandera cuando se trata de homenajes y recepciones en palacio; no ha evitado el rojo para protagonizar la portada de una revista dedicada a la decoración navideña, y llevó un elegante conjunto en tonos tierra para un acto en pleno campo.

Ahora que tanto se habla de la ropa sin distinción de género Camila ha sorprendido yendo a un concierto de gala con una daqlah que, en realidad, fue creada para su marido por el diseñador saudita Al-Bishri en 1998. Se trata de una túnica larga, color azul marino, con inscripciones bordadas en hilos de juncos plateados. Digno de una reina.

Y así hemos completado el 2022. No dudábamos de que 2023 será un año de nuevas y buenas sorpresas en cuando a estilismos aunque también las damas de las casas reales buscarán reforzar el mensaje medioambiental a través de la elección del vestuario. Como siempre decimos, deben hacer equilibrio entre la sofisticación y la sustentabilidad. Eso esperamos.

Cada evento amerita un determinado traje y la vestimenta varía según el contexto

Ellas saben muy bien que no pueden ponerse lo primero que tienen en el armario