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La Ciudad |EL PERÍODO 1890-1906

La depresión de 1890, que casi marca el final de la capitalización de La Plata

La aguda crisis afectó el desarrollo de nuestra ciudad, que por entonces contaba con 65.610 habitantes. Cómo logró salir adelante. El impacto del factor político. Y la fundación del Club Estudiantes

La depresión de 1890, que casi marca el final de la capitalización de La Plata

La estancia Iraola (1890)

2 de Marzo de 2024 | 06:46
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La aguda crisis económica del 90, a fines del siglo XIX, afectó indudablemente el desarrollo de la nueva ciudad, fundada en 1882. La Plata entonces contaba con 65.610 habitantes, un número elevado si se repara en que se habla de una ciudad extremadamente joven.

Muchos de esos pobladores habían llegado de la cercana Buenos Aires, de algunas provincias y, por cierto, de fuertes oleadas inmigratorias como la española, italiana y de otros países de Europa y Medio Oriente, que fueron, virtualmente, las matrices genéticas de la población ya asentada en el casco histórico, en Tolosa y en la zona de Los Hornos.

Como en toda ciudad que se precie, la marginalidad ya había anidado. En una crónica policial publicada en este diario hace 132 años, un periodista anónimo reflejó, con un estilo neutro, un allanamiento realizado en un cafetín de 46 y diagonal 80, desde donde, dice, habían llegado versiones de la existencia de un establecimiento de mala fama ubicado a metros del viejo Mercado, con escándalo de las familias del barrio”.

Podría decirse que ese pretérito cronista formuló entonces un anticipo de lo que después pasó a llamarse en las grandes metrópolis como una “zona roja”.

Cabe también señalar que a fines del siglo 20, por inspiración del grupo llamado “La Plata de pie”, una delegación de profesionales y empresarios platenses viajó en buquebús a Colonia (Uruguay) para tomar conocimiento de la zona franca en esa ciudad oriental y, al mismo tiempo, apurar acuerdos relacionados al Mercosur.

Pues bien, ocurre que cien años antes, el 1º de febrero de 1890 el crecimiento comercial de La Plata se vio patentizado por la decisión de un grupo de empresarios de viajar a Montevideo desde el puerto La Plata en el vapor “Júpiter”.

Según destaca el historiador platense Carlos Moncaut en el libro La Plata 1882-1982 -Crónicas de un siglo- “La compañía La Platense había invitado a la inauguración de la carrera entre ambos puertos (alude al servicio náutico entre las dos ciudades), a representantes de la prensa y a conocidos caballeros de esta ciudad que partieron en el tren que salió la noche anterior a las 10.15. Diez minutos después zarpaba el vapor conduciendo a bordo un crecido número de viajeros”.

Los anegamientos e inundaciones estuvieron siempre en el temario de la nueva Capital. En esas jornadas se derrumbaron con estrépito dos puentes colocados sobre el arroyo Del Gato en la prolongación de la calle 9. Ambos -uno de ellos algo más grande que una pasarela-, habían sido arrastrados por las aguas que colmaron a ese curso de agua.

LA POLÍTICA

Desde el punto de vista político, el país estaba dividido entre el conservadurismo -con la presidencia de la República a cargo de Juárez Celman y enfrente la Unión Cívica liderada por Bartolomé Mitre y Leandro Alem, con el liderazgo en La Plata del coronel Julio Campos.

Las críticas al llamado unicato de Juárez Celman arreciaban en la Ciudad y el 10 de abril tuvo lugar un acto cívico en el Teatro Olimpo (hoy Coliseo Podestá), al que se dieron cita más de dos mil personas, según destaca el historiador platense Ricardo Soler en su obra 100 Años de vida platense, editado por EL DIA.

“Se trata, señores, de reaccionar contra el indiferentismo político que nos anula y contra la corrupción bizantina que nos humilla”, dijo el dirigente y vecino Games.

Afirmaba Soler: “El gobierno reaccionó ante esta movilización, prohibiendo por decreto a los empleados públicos participar en actos políticos. Allí comenzaría el calvario de los burócratas. Muchos consideraron que el decreto era improcedente y ya había platenses de honor, como el señor Gabriel Cantilo, quien renunció al cargo que tenía en el Municipio”.

El mencionado decreto buscaba enfriar la actividad política en la ciudad. Sin embargo, comenzaron a reunirse adeptos en torno al coronel Campos. El enojo iba contra el “caudillo cordobés” o “el cordobesismo y su séquito”.

En esos primeros meses del 90 La Plata se politizó hasta que se conoció la renuncia de Juárez Celman. Pero es claro que habían ocurrido enfrentamientos en la capital federal y el primer mártir en el campo de los cívicos fue el coronel Campos, que murió en una de esas refriegas. Ante las puertas de su casa en 55 entre 4 y 5 pasaría un imponente desfile de ciudadanos para rendirle un último saludo.

El 90 fue visto en La Plata como el “año de los espectros”, ya que confluyeron los remezones de la crisis económica mundial, el lanzamiento y fracaso de la candidatura presidencial de Dardo Rocha, el unicato de Juárez Celman y la reacción de los cívicos.

FRENO AL CRECIMIENTO DE LA CIUDAD

El crecimiento de La Plata se vio detenido en esa década porque el país estaba en bancarrota y al borde de la cesación de pagos. Poco y nada pudieron hacer las medidas de austeridad del nuevo gobernador Julio Costa. El Banco Provincia cerró sus puertas y el erario ya había vendido todo lo que pudo: terrenos, palacios, mobiliarios, carruajes.

Hasta llegó a hablarse de cambiar la capital provincial hacia otra ciudad menos deficitaria. La Plata se vio invadida de pastos y cardos en las calles, empezaron a faltar luces en las casas y a verse poca gente en las calles.

Recordaba Soler que “parecía el retorno del desierto o el triunfo de la Buenos Aires derrotada en los sucesos del 80”.

Añadía el historiador que “podía entonces aplicarse con propiedad el apelativo de Ciudad de las Ranas, pues se las oía croar en la quietud del anochecer. El aspecto de la ciudad era deplorable, a pesar de que en cumplimiento de la ley, el 11 de diciembre asumía el primer intendente platense, don Marcos J. Levalle. Fueron tiempos en los que los gobernantes no hacían más que administrar la crisis. Se había detenido el progreso que, en las predicciones de Rocha, sería incesante para la Ciudad”.

COMERCIOS Y EL CLUB ESTUDIANTES

Pero La Plata recuperó de a poco la tonicidad de la fundación y siguieron asentándose en ellas no sólo argentinos, sino ingleses, israelíes, sirios, suizos, libaneses, italianos, franceses, españoles, portugueses, eslavos y escandinavos, que no sólo aportaron sus culturas sino que abrieron comercios, empresas y otras actividades productivas.

 

El 4 de agosto de 1905 se creó el Club Estudiantes, fundado por un grupo de jóvenes

 

Al mismo tiempo, esas colectividades asentadas en diversos barrios, crearon instituciones propias que aportaron (y muchas lo siguen haciendo) beneficios educativos, sociales y recreativos para la Ciudad.

Figuras como las de Juan Vucetich, a cargo de la identificación mediante el sistema de huellas digitales, que luego se universalizó, se vieron acompañadas por profesores de relieve, llegados a la Universidad provincial creada por Rafael Hernández y luego nacionalizada por Joaquín V. González le dieron lustre a La Plata. Cada uno de esos docentes universitarios abrió rumbos y dejó como legado generaciones de valiosos profesionales.

 

Llegaron a La Plata ingleses, israelíes, suizos, libaneses, italianos, franceses, españoles, portugueses y sirios, entre otros

 

Se abrieron librerías, se extendieron líneas de tranvías a Berisso y también por el casco céntrico, algunas de ellas todavía a tres caballos, otras a vapor o luego eléctricas; se abrieron molinos harineros, se inauguró el Teatro Argentino el 10 de noviembre con la ópera “Otello”, de Verdi, el Puerto ya era una dinámica realidad, mencionada y elogiada por enciclopedias universales, y crecieron las exportaciones agroganaderas.

Ya en sus primeros años de vida, la Ciudad contaba con un club que concentraba la actividad deportiva de los platenses. Era el de Gimnasia y Esgrima y se le llamó con propiedad el club decano, pues fue el primero en nacer de los que actualmente practican el fútbol profesional.

EL NACIMIENTO DE ESTUDIANTES

Pero el 4 de agosto de 1905 se creó el club de Estudiantes de La Plata, fundado por un grupo de jóvenes que se desprendió de Gimnasia, alegando que querían practicar deportes al aire libre.

Estudiantes se creó a partir de esa escisión, en la calle 19 entre 50 y 51, en donde luego estaría radicado el Regimiento 7 hasta su posterior mudanza en la pasada década del ‘80, cuando fue trasladado a la zona de Arana en donde se encuentra ahora.

El club Estudiantes debe su nombre a la condición de estudiantes universitarios de sus veinte fundadores, figurando entre ellos Jorge Contreras, Félix Díaz, Alberto Fernández, Emilio Fernández, Hugo Ferrando, Antonio Ferreiroa, Saúl Ferreiroa, Carlos Alfredo Isla, Jorge Isla, Alfredo Lartigue, Florentino Moreda, Antonio Mouzo, David Ramsay, Carlos Sagastume, Raúl Salas, Ricardo Sancet, Joaquín Sesé, Tomás Ismael Shedden, Horacio Tolosa y Uberto Vignart.

 

Se abrieron librerías, se extendieron líneas de tranvías a Berisso y también por el casco céntrico

 

Desde su constitución, es una entidad dedicada principalmente al fútbol, aunque con los años extendió el desarrollo deportivo a otras secciones para la práctica del baloncesto, el balonmano, el hockey sobre césped, el tenis, la lucha, la natación y el golf, entre otros.​

De todos modos, su actividad principal ha sido el fútbol profesionales, en el que alcanzó títulos nacionales, sudamericanos y mundiales.

 

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Multimedia

La base de la torre de la catedral de calle 51 (1898)

La Iglesia San Ponciano (1890)

La Calle 6 entre 46 y 47 (1890)

La Inauguración de un altar en la iglesia del Sagrado Corazón de la plata (1900)

La Capilla San Pedro, en Villa Garibaldi (1900)

La Legislatura y Estación 19 de noviembre (actual Pasaje Dardo Rocha), vista desde diagonal 80 (1889)

La comisión de damas del Sagrado Corazón de Jesús (1900)

La Avenida 7 entre 46 y 47 (1890)

La Fábrica de muebles con taller a vapor El Progreso, en 5 y 51 (1900)

La Primera comisión directiva del Hospital Italiano La Plata (1903)

El primer personal sanitario del Hospital Italiano La Plata (1903)

El Antiguo Hospital de la Misericordia (1905)

La Avenida Iraola y el Museo de La Plata (1905)

El poeta Almafuerte en la puerta de su casa de avenida 66 entre 5 y 6 (1905)

Tres ex directores del diario EL DIA: Carlos Olivera, Hugo Stunz y Juan B. Lavié, en la galería de la vieja casona de avenida 51, donde funcionó el diario

La sede del diario el dia que funcionó en 51 entre 8 y 9

La Plata Fútbol Club (1905)

Una embarcación en el Lago del Bosque (1905)

Una calle del Bosque (1905)

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