Acusaciones cruzadas por los incidentes en Humanidades
| 10 de Noviembre de 1999 | 00:00

Los violentos disturbios registrados el viernes pasado en Humanidades, cuando se realizaba el escrutinio de las elecciones estudiantiles, siguen sumando acusaciones cruzadas entre las agrupaciones estudiantiles. La Franja de esa facultad ayer salió al cruce de las versiones de su propia dirigencia regional, que había reconocido la contratación de personas extrañas al ámbito de la militancia universitaria, para sostener una especie de operativo de seguridad, y aseguró que fueron los militantes maoistas de la CEPA de Ingeniería quienes "trajeron gente que no era de la universidad" con la intención de "matarnos".
Los estudiantes de la CEPA de Ingeniería, en tanto, siguen sosteniendo las acusaciones contra la Franja por haber "armado" el escenario que diera lugar a las agresiones y por la supuesta contratación de "matones" que "les pegaron hasta a sus propios militantes".
El presidente del centro estudiantil, Ignacio Ignisci, dio su versión de los graves incidentes diciendo que "los problemas empezaron porque el padre de una chica de Unite -la agrupación de esa facultad vinculada a la CEPA- apuntó a un militante nuestro con un revólver". Según explicó Ignisci, eso habría sucedido en momentos en que los estudiantes de ambas agrupaciones se habrían cruzado en las escaleras que van del 2º al 3º piso del edificio de 48 entre 6 y 7.
Desde la CEPA de Ingeniería coincidieron con el militante radical en que los incidentes arrancaron cuando fue agredido el padre de la militante a quien se acusaba de portar un revólver, pero ratificaron que los protagonistas de las violentas agresiones fueron "unos tipos -vinculados a la Franja- que evidentemente no eran de la facultad. Incluso, un compañero nuestro conocía a uno y cuando le preguntó qué hacía allí, él le respondió que había venido a pelear, pero no sabía a quién tenía que pegarle", aseguró el dirigente maoista Juan Barrionuevo.
Los disturbios y la posterior denuncia efectuada ante la policía federal por las autoridades de esa facultad dieron pasó a la intervención judicial, a cargo del juez Manuel Blanco -juzgado Nº 1- y aunque todavía no se produjeron avances en la investigación, los militantes radicales estarían dispuestos a aportar pruebas contra los militantes de izquierda. "En el local del centro, todavía tenemos guardados los palos y fierros que trajo la CEPA a la facultad y se los vamos a entregar a la policía", dijo Ignisci.
Barrionuevo respondió con otra acusación: "ellos tenían todo armado durante la tarde del viernes, el presidente del centro le pidió al decano que suspenda las clases porque él no podía garantizarle la seguridad -durante el escrutinio-. Desde muy temprano, los tipos esos estaban encerrados en el centro de estudiantes".
Las autoridades de la facultad promoverán hoy, en la sesión del consejo académico, la aprobación de un proyecto de declaración de repudio a los disturbios que además incluye el compromiso de reglamentar las condiciones en las que se desarrollarán las elecciones, con normas sobre la campaña, publicidad e ingreso de extraños a la facultad durante los escrutinios.
Las agrupaciones cambian acusaciones acerca de los graves incidentes registrados el viernes por la noche, durante el recuento de votos
Los estudiantes de la CEPA de Ingeniería, en tanto, siguen sosteniendo las acusaciones contra la Franja por haber "armado" el escenario que diera lugar a las agresiones y por la supuesta contratación de "matones" que "les pegaron hasta a sus propios militantes".
El presidente del centro estudiantil, Ignacio Ignisci, dio su versión de los graves incidentes diciendo que "los problemas empezaron porque el padre de una chica de Unite -la agrupación de esa facultad vinculada a la CEPA- apuntó a un militante nuestro con un revólver". Según explicó Ignisci, eso habría sucedido en momentos en que los estudiantes de ambas agrupaciones se habrían cruzado en las escaleras que van del 2º al 3º piso del edificio de 48 entre 6 y 7.
Desde la CEPA de Ingeniería coincidieron con el militante radical en que los incidentes arrancaron cuando fue agredido el padre de la militante a quien se acusaba de portar un revólver, pero ratificaron que los protagonistas de las violentas agresiones fueron "unos tipos -vinculados a la Franja- que evidentemente no eran de la facultad. Incluso, un compañero nuestro conocía a uno y cuando le preguntó qué hacía allí, él le respondió que había venido a pelear, pero no sabía a quién tenía que pegarle", aseguró el dirigente maoista Juan Barrionuevo.
Los disturbios y la posterior denuncia efectuada ante la policía federal por las autoridades de esa facultad dieron pasó a la intervención judicial, a cargo del juez Manuel Blanco -juzgado Nº 1- y aunque todavía no se produjeron avances en la investigación, los militantes radicales estarían dispuestos a aportar pruebas contra los militantes de izquierda. "En el local del centro, todavía tenemos guardados los palos y fierros que trajo la CEPA a la facultad y se los vamos a entregar a la policía", dijo Ignisci.
Barrionuevo respondió con otra acusación: "ellos tenían todo armado durante la tarde del viernes, el presidente del centro le pidió al decano que suspenda las clases porque él no podía garantizarle la seguridad -durante el escrutinio-. Desde muy temprano, los tipos esos estaban encerrados en el centro de estudiantes".
Las autoridades de la facultad promoverán hoy, en la sesión del consejo académico, la aprobación de un proyecto de declaración de repudio a los disturbios que además incluye el compromiso de reglamentar las condiciones en las que se desarrollarán las elecciones, con normas sobre la campaña, publicidad e ingreso de extraños a la facultad durante los escrutinios.
Las agrupaciones cambian acusaciones acerca de los graves incidentes registrados el viernes por la noche, durante el recuento de votos
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