China recupera la colonia de Macao
| 19 de Diciembre de 1999 | 00:00

MACAO.- Portugal finalizó ayer los preparativos para devolver este pequeño enclave colonial, su última posesión en Asia y el último resto de un otrora poderoso imperio, a China la medianoche de hoy.
Bajo una lluvia torrencial y azotados por el viento, el presidente Jorge Sampaio y otros dignatarios realizaron las diversas ceremonias, que incluyeron el entierro de una cápsula del tiempo.
Sampaio calificó a la devolución de "momento histórico", en una cena oficial para los administradores portugueses salientes y la autoridad china que asume funciones.
En medio de las ceremonias, funcionarios portugueses reconocieron en privado que les preocupan dos aspectos del futuro de Macao: la independencia del sistema judicial y el sistema político.
La mayoría de los 550.000 residentes de Macao son chinos, y parecen felices con la devolución.
"Los portugueses nunca se ocuparon de nosotros. Pekín comprende nuestras necesidades", dijo el comerciante Gogo Fong. "El nuevo gobierno podrá hacer más cosas con el respaldo de Pekín".
El nuevo gobierno, encabezado por el banquero Edmund Ho, asumirá mañana.
A diferencia de Hong Kong, que volvió a manos de China en un histórico traspaso realizado por las autoridades británicas, la recuperación de este otro pedazo de territorio chino recuperado por Pekín, no tiene la misma pompa, ni lo rodea similares temores, aunque algunos subsisten.
El mecanismo de "un país, dos sistemas" inaugurado en Hong Kong, volverá a aplicarse en esta pequeña isla de apenas 16 Km2, como sucede con Hong Kong. Sin embargo sólo hasta aquí y por lo simbólico de la devolución pueden hacerse comparaciones. La ex colonia británica que volvió a poder de China el 1º de julio de 1997, es un territorio de 1.075 Km2 con una población de 6.500.000 personas, que se había convertido en la séptima economía del mundo en términos de intercambio. Era uno de los más poderosos tigres asiático. En cambio Macao es sólo un enclave colonial donde la principal actividad es el juego.
Tan importante para su vida cotidiana es la industria del juego que atrajo a las bandas mafiosas chinas, que desde hace años libran una guerra sangrienta entre ellas y contra el gobierno.
El próximo mandatario de la isla sostiene que la seguridad es el "asunto clave" de su gobierno, pero insistió en una entrevista que el ejército chino no prevé intervenir contra las bandas.
"Siempre hay rumores y especulaciones de que los soldados del Ejército Popular de Liberación van a salir de sus cuarteles para actuar como policías", dijo Ho. "También hay rumores de que pediremos a la Seguridad Pública que venga a detener gente. Eso no sucederá".
La autonomía de Macao está garantizada por China para los próximos 50 años, la misma disposición que rige para Hong Kong, llamada "un país, dos sistemas".
La fórmula fue la que allanó el camino para la devolución de Hong Kong y prevé una amplia autonomía de este territorio, que para China tiene una importancia sustancial, no tanto por el traspaso de la isla en sí, sino porque quiere demostrar que el sistema puede ser la llave para utilizar con Taiwán, donde el reclamo de soberanía se enfrenta con la férrea oposición de sus mandatarios, que han convertido a la zona en potencialmente explosiva y donde nunca se descarta una abierta invasión de Pekín.
Bajo una lluvia torrencial y azotados por el viento, el presidente Jorge Sampaio y otros dignatarios realizaron las diversas ceremonias, que incluyeron el entierro de una cápsula del tiempo.
Sampaio calificó a la devolución de "momento histórico", en una cena oficial para los administradores portugueses salientes y la autoridad china que asume funciones.
En medio de las ceremonias, funcionarios portugueses reconocieron en privado que les preocupan dos aspectos del futuro de Macao: la independencia del sistema judicial y el sistema político.
La mayoría de los 550.000 residentes de Macao son chinos, y parecen felices con la devolución.
"Los portugueses nunca se ocuparon de nosotros. Pekín comprende nuestras necesidades", dijo el comerciante Gogo Fong. "El nuevo gobierno podrá hacer más cosas con el respaldo de Pekín".
El nuevo gobierno, encabezado por el banquero Edmund Ho, asumirá mañana.
A diferencia de Hong Kong, que volvió a manos de China en un histórico traspaso realizado por las autoridades británicas, la recuperación de este otro pedazo de territorio chino recuperado por Pekín, no tiene la misma pompa, ni lo rodea similares temores, aunque algunos subsisten.
El mecanismo de "un país, dos sistemas" inaugurado en Hong Kong, volverá a aplicarse en esta pequeña isla de apenas 16 Km2, como sucede con Hong Kong. Sin embargo sólo hasta aquí y por lo simbólico de la devolución pueden hacerse comparaciones. La ex colonia británica que volvió a poder de China el 1º de julio de 1997, es un territorio de 1.075 Km2 con una población de 6.500.000 personas, que se había convertido en la séptima economía del mundo en términos de intercambio. Era uno de los más poderosos tigres asiático. En cambio Macao es sólo un enclave colonial donde la principal actividad es el juego.
Tan importante para su vida cotidiana es la industria del juego que atrajo a las bandas mafiosas chinas, que desde hace años libran una guerra sangrienta entre ellas y contra el gobierno.
El próximo mandatario de la isla sostiene que la seguridad es el "asunto clave" de su gobierno, pero insistió en una entrevista que el ejército chino no prevé intervenir contra las bandas.
"Siempre hay rumores y especulaciones de que los soldados del Ejército Popular de Liberación van a salir de sus cuarteles para actuar como policías", dijo Ho. "También hay rumores de que pediremos a la Seguridad Pública que venga a detener gente. Eso no sucederá".
La autonomía de Macao está garantizada por China para los próximos 50 años, la misma disposición que rige para Hong Kong, llamada "un país, dos sistemas".
La fórmula fue la que allanó el camino para la devolución de Hong Kong y prevé una amplia autonomía de este territorio, que para China tiene una importancia sustancial, no tanto por el traspaso de la isla en sí, sino porque quiere demostrar que el sistema puede ser la llave para utilizar con Taiwán, donde el reclamo de soberanía se enfrenta con la férrea oposición de sus mandatarios, que han convertido a la zona en potencialmente explosiva y donde nunca se descarta una abierta invasión de Pekín.
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