Roque, en otro día complicado
| 12 de Mayo de 1999 | 00:00

El ministro Roque Fernández vivió ayer otra jornada complicada, que derivó en una ola de rumores sobre su posible renuncia, la cual debió ser desmentida con insistencia por el Palacio de Hacienda.
Fernández mantuvo por la mañana una ácida reunión en la Casa Rosada, donde se decidió reclamar al FMI un aumento del déficit previsto para este año, con el fin de canalizar fondos hacia la educación.
Esta posibilidad de volver a reprogramar metas con el Fondo fue tenazmente resistida por el jefe de Economía, pero allí volvió a recibir reproches por la ortodoxia con que maneja las cuentas públicas.
El presidente Carlos Menem, el jefe de Gabinete, Jorge Rodríguez, y los ministros Carlos Corach y Manuel García Solá torcieron la voluntad del encargado de la caja en la Argentina.
Sucede que un escenario de miles de alumnos cortando calles por distintas partes del país, principalmente en capital federal, generaron un clima de inquietud en las más altas esferas del Gobierno.
Fernández ya había recibido reproches por no haber pactado con el Fondo un déficit mayor para este año, que evitara un sinfín de protestas a pocos meses de las elecciones generales.
Tras el encuentro imprevisto en Gobierno, Fernández habló en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas, donde dio la impresión de comenzar a despedirse. "Ojalá, nunca más vuelva a ser ministro de Economía", disparó el ministro, ante un auditorio integrado por empresarios que no salían de su asombro.
Allí también aclaró que no se aceptarán presiones sectoriales ni reclamos "absurdos" de los gobernadores, muchos de los cuales negociaban en Buenos Aires una poda en el propio recorte estipulado por Economía.
A partir de la reunión de la mañana, el anuncio de aumentar el déficit y su disgusto expresado en el Consejo de Ciencias Económicas circuló con insistencia la versión de la renuncia del jefe de Economía.
En el mercado financiero no gustó nada la propuesta de aumentar el déficit y las acciones fueron castigadas por una caída del 3 por ciento en sus cotizaciones.
A la par, comenzaron los rumores sobre la suerte de Fernández, pero el ministro aclaró, a través de sus voceros, que sigue trabajando con normalidad y ya tiene programado los últimos meses de su gestión, que según aseguraron, finalizará cuando termine el mandato del actual gobierno menemista.
Fernández mantuvo por la mañana una ácida reunión en la Casa Rosada, donde se decidió reclamar al FMI un aumento del déficit previsto para este año, con el fin de canalizar fondos hacia la educación.
Esta posibilidad de volver a reprogramar metas con el Fondo fue tenazmente resistida por el jefe de Economía, pero allí volvió a recibir reproches por la ortodoxia con que maneja las cuentas públicas.
El presidente Carlos Menem, el jefe de Gabinete, Jorge Rodríguez, y los ministros Carlos Corach y Manuel García Solá torcieron la voluntad del encargado de la caja en la Argentina.
Sucede que un escenario de miles de alumnos cortando calles por distintas partes del país, principalmente en capital federal, generaron un clima de inquietud en las más altas esferas del Gobierno.
Fernández ya había recibido reproches por no haber pactado con el Fondo un déficit mayor para este año, que evitara un sinfín de protestas a pocos meses de las elecciones generales.
Tras el encuentro imprevisto en Gobierno, Fernández habló en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas, donde dio la impresión de comenzar a despedirse. "Ojalá, nunca más vuelva a ser ministro de Economía", disparó el ministro, ante un auditorio integrado por empresarios que no salían de su asombro.
Allí también aclaró que no se aceptarán presiones sectoriales ni reclamos "absurdos" de los gobernadores, muchos de los cuales negociaban en Buenos Aires una poda en el propio recorte estipulado por Economía.
A partir de la reunión de la mañana, el anuncio de aumentar el déficit y su disgusto expresado en el Consejo de Ciencias Económicas circuló con insistencia la versión de la renuncia del jefe de Economía.
En el mercado financiero no gustó nada la propuesta de aumentar el déficit y las acciones fueron castigadas por una caída del 3 por ciento en sus cotizaciones.
A la par, comenzaron los rumores sobre la suerte de Fernández, pero el ministro aclaró, a través de sus voceros, que sigue trabajando con normalidad y ya tiene programado los últimos meses de su gestión, que según aseguraron, finalizará cuando termine el mandato del actual gobierno menemista.
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