Las casas tiemblan y se rajan por el tránsito de camiones
Unas 150 familias que viven en cercanías de la Zona Franca no soportan más el paso de enormes "moles" por calles angostas y que no están preparadas para soportar semejante peso
| 22 de Noviembre de 2000 | 00:00

Las casas de más de 150 familias de las cercanías de la Zona Franca de Ensenada comenzaron a quebrarse debido a la constantes vibraciones de paredes que provoca la circulación de tránsito pesado. El pavimento de esas calles también está destrozado por "la falta de un camino alternativo para los camiones de carga", según expresaron los perjudicados.
De acuerdo al testimonio de los habitantes, el problema se remonta a la instalación de la Zona Franca, cuando el barrio pasó de ser un sitio muy tranquilo a un lugar de constante paso de camiones de 25 toneladas y 40 metros de largo. El radio afectado comprende desde las calles Hipólito Irigoyen hasta Aristóbulo del Valle y desde Cestino hasta Méjico, cuyos pavimentos ya presentan una gran cantidad de pozos y rajaduras. También hubo reclamos en La Merced entre Brasil y Uruguay donde, a pesar de que el asfalto es nuevo, "las casas tiemblan por el paso de camiones".
La señora de Pérez, domiciliada en la zona en cuestión, comentó: "acá todos tenemos problemas de quebraduras y rajaduras en las paredes, pero además de eso es insoportable el ruido y las vibraciones a cualquier hora de la madrugada. Directamente no se puede dormir".
Laura Parodi, que viven en la calle Irigoyen, dijo que "yo no puedo abrir el garage de mi casa porque hace un tiempo se empezó a caer la loza. También tengo toda la pared del frente quebrada, y se rompen los autos por los pozos del asfalto. Lo que pasa es que estas calles no están preparadas para la circulación de camiones, y las casas tampoco para soportar las vibraciones".
Para tratar de revertir esta situación, los vecinos formaron una comisión que se reúne periódicamente en la casa de María Ranieri, quien explicó que "se planificó la instalación de la Zona Franca, pero no se previó cómo iba a ser el ingreso y el egreso de los vehículos. Al principio los camiones salían de calle Cestino y tomaban por Irgoyen; pero con el paso del tiempo destrozaron el pavimento, entonces comenzaron a ingresar por Aristóbulo del Valle, trasladando el problema".
"A partir de entonces -continuó-, nos juntamos todos los vecinos y logramos que se firmara el acta 2505-00 en el que el Ente de la Zona Franca y Vialidad se comprometen a la construcción de un camino alternativo, que no pase por zona urbana. Según se especifica en el acta, debería estar terminado el 10 de enero del 2001. Pero todavía no comenzaron las obras, y se trata solamente de un camino de siete cuadras asfaltadas, que empalme desde la Cestino y que vaya por dentro de la Zona Franca, con lo cual se nos terminarían los problemas".
Ranieri señaló que "en los papeles está todo solucionado, pero en la práctica no se ve nada. Por eso nosotros, amparados por el acta, vamos a cortar la calle para que no puedan pasar los camiones si el 10 de enero no tenemos el camino nuevo".
Al respecto, el secretario de Obras Públicas de Ensenada, Hugo Narvaitz, manifestó que "la verdad es que la ciudad no está preparada para la circulación de tanta cantidad de camiones. Actualmente se está empezando el proceso licitatorio para la construcción del camino. Mientras tanto no se puede hacer nada, porque hacer que los camiones circulen por otra calle es trasladar el problema a otra parte.
"El camino alternativo tampoco es la solución definitiva, es sólo un paliativo. Lo que habría que hacer es una derivación de la autopista Buenos Aires-La Plata para tránsito pesado que llegue hasta la Zona Franca; pero eso es algo que va a tardar en llegar", concluyó el funcionario.
De acuerdo al testimonio de los habitantes, el problema se remonta a la instalación de la Zona Franca, cuando el barrio pasó de ser un sitio muy tranquilo a un lugar de constante paso de camiones de 25 toneladas y 40 metros de largo. El radio afectado comprende desde las calles Hipólito Irigoyen hasta Aristóbulo del Valle y desde Cestino hasta Méjico, cuyos pavimentos ya presentan una gran cantidad de pozos y rajaduras. También hubo reclamos en La Merced entre Brasil y Uruguay donde, a pesar de que el asfalto es nuevo, "las casas tiemblan por el paso de camiones".
La señora de Pérez, domiciliada en la zona en cuestión, comentó: "acá todos tenemos problemas de quebraduras y rajaduras en las paredes, pero además de eso es insoportable el ruido y las vibraciones a cualquier hora de la madrugada. Directamente no se puede dormir".
Laura Parodi, que viven en la calle Irigoyen, dijo que "yo no puedo abrir el garage de mi casa porque hace un tiempo se empezó a caer la loza. También tengo toda la pared del frente quebrada, y se rompen los autos por los pozos del asfalto. Lo que pasa es que estas calles no están preparadas para la circulación de camiones, y las casas tampoco para soportar las vibraciones".
Para tratar de revertir esta situación, los vecinos formaron una comisión que se reúne periódicamente en la casa de María Ranieri, quien explicó que "se planificó la instalación de la Zona Franca, pero no se previó cómo iba a ser el ingreso y el egreso de los vehículos. Al principio los camiones salían de calle Cestino y tomaban por Irgoyen; pero con el paso del tiempo destrozaron el pavimento, entonces comenzaron a ingresar por Aristóbulo del Valle, trasladando el problema".
"A partir de entonces -continuó-, nos juntamos todos los vecinos y logramos que se firmara el acta 2505-00 en el que el Ente de la Zona Franca y Vialidad se comprometen a la construcción de un camino alternativo, que no pase por zona urbana. Según se especifica en el acta, debería estar terminado el 10 de enero del 2001. Pero todavía no comenzaron las obras, y se trata solamente de un camino de siete cuadras asfaltadas, que empalme desde la Cestino y que vaya por dentro de la Zona Franca, con lo cual se nos terminarían los problemas".
Ranieri señaló que "en los papeles está todo solucionado, pero en la práctica no se ve nada. Por eso nosotros, amparados por el acta, vamos a cortar la calle para que no puedan pasar los camiones si el 10 de enero no tenemos el camino nuevo".
Al respecto, el secretario de Obras Públicas de Ensenada, Hugo Narvaitz, manifestó que "la verdad es que la ciudad no está preparada para la circulación de tanta cantidad de camiones. Actualmente se está empezando el proceso licitatorio para la construcción del camino. Mientras tanto no se puede hacer nada, porque hacer que los camiones circulen por otra calle es trasladar el problema a otra parte.
"El camino alternativo tampoco es la solución definitiva, es sólo un paliativo. Lo que habría que hacer es una derivación de la autopista Buenos Aires-La Plata para tránsito pesado que llegue hasta la Zona Franca; pero eso es algo que va a tardar en llegar", concluyó el funcionario.
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