CARINA ZAMPINI
| 6 de Noviembre de 2000 | 00:00

Hace poco más de cinco años, Carina Zampini era cajera de un supermercado y ni siquiera imaginaba pisar un estudio de televisión. Al poco tiempo se convertía en la malvada Carla Lucero de "Por siempre mujercitas" y así comenzaba una carrera que parece ascender vertiginosamente. Hoy, luego de varias tiras y algún que otro unitario -como "Por el nombre de Dios"-, en donde pudo demostrar que no sólo expresaba malicia en sus personificaciones, encara con entusiasmo su primer protagónico en telenovela.
Muchas cosas le han pasado en tan escasas temporadas a esta chica de 25 años. Muchas cosas ha aprendido, muchas más la movilizan. No se queda, apuesta fuerte y pisa firme sin marearse. Zampini parece saber de lo efímero y de lo transitorio, por eso no se la cree y enfrenta con la misma incertidumbre de sus inicios cada propuesta a la que se suma. "En este trabajo hay que estar siempre alerta. Yo tengo todas las expectativas y los miedos de todo principio, ya sea que protagonice o haga lo que sea", sostiene esta actriz haciendo referencia a lo que le sucede con el rol descarnado que le tocó en suerte en "Luna Salvaje", la tira de las 13 de Telefé que recuperó a Gabriel Corrado, tras una temporada con fortuna en España.
"Con esta novela me pasa todo lo lógico que sucede cuando sale al aire un producto nuevo, no doy nada por sentado", explica Carina, quien encarna junto a Millie Stegmann el protagónico femenino del culebrón.
¿Siempre sentís que tenés que demostrar el valor en todo trabajo que se inicia? ¿Todo es una prueba para vos?
"Es una prueba para uno. Todos los trabajos son diferentes, todos los trabajos son únicos, todos los trabajos son desafíos y en todos se aprende. Creo que eso no hay que perderlo porque sino no sirve. Lo que uno hace tiene que tomarlo como un desafío: todos los personajes son importantes y hay que hacerlo desde ese lugar".
"Es agotador hacer tiras porque se trabaja todos los días y muchas horas. Pero es un género divino el de la telenovela", dijo Zampini y de inmediato se explaya sobre "Luna Salvaje": "Particularmente aquí se está cuidando mucho el género, se está cuidando mucho que sea un culebrón, y tiene una buena historia que es la base de toda telenovela", sostiene, "a Gabriel (Corrado), a Millie (Stegmann) y a mí nos encantó hacer esta telenovela, en especial por el enganche que tiene y por el tema tan importante que trata".
Carina Zampini se refiere a la temática del alquiler de vientre que trata la historia. "Los autores son bárbaros y tocan el tema con mucha seriedad y desde un lugar sumamente importante". Ella, en la ficción de "Luna Salvaje", es María Méndez, una mujer de 25 años sometida a los maltratos de su esposo Juan (Horacio Herman) y a cargo de su hermanito de 12 años que, por necesidad, accede a la propuesta realizada por el matrimonio Flores (Corrado y Stegmann) de alquilar su vientre para que éstos tengan el hijo que no pueden tener. "Ella es una chica muy derecha, que va al frente, que dice las cosas que piensa. Por eso le va a costar bastante entender y aceptar esto del alquiler del vientre. Termina aceptando por una necesidad y no por estar de acuerdo con el método que elige el personaje de Millie para tener un hijo", contó, de lo que luego se convertirá en triángulo amoroso.
"Yo nunca haría eso por más situación que atraviese y por más necesidad que tenga", dijo separando claramente ficción de realidad. "Sé lo que es parir un hijo y sé que después de tocarlo y tenerlo en la mano no se lo das a nadie. Yo no lo haría nunca. Hay gente que lo hace, lamentablemente sé que existe esto del alquiler de vientre y existen las mamás que después de tener un hijo lo dan, pero yo jamás lo haría".
La chica que comenzó su carrera bajo el perfil maligno de Carla Lucero tiene el sueño de despegar. Por esa composición se ganó, precisamente, dos galardones, en suelo israelí, en los premios Viva 2000 como contrafigura por "Ricos y famosos". Y con esta nueva novela, en la que Corrado es fuente de "exportación" por sus trabajos en España, ella se anima a proyectarse -aunque con recaudos-. "Me encantaría hacer cosas afuera, es algo que me moviliza mucho", sostuvo. "Pero esas cosas las decidís cuando se te plantean y es una decisión que abarca muchas cosas más cuando tenés una familia y tenés hijos. De hecho, si se me presenta la oportunidad de ir a trabajar afuera tengo que ver de qué modo organizo mis cosas, si realmente me interesa ese trabajo como para irme".
¿Y qué cosas te interesan para tu carrera? ¿A qué cosas apostás?
"Yo apuesto al trabajo. Mi meta fundamental, en cuanto al trabajo, es poder hacerlo toda la vida; poder hacer personajes diferentes; poder crecer como actriz; hacer teatro, hacer cine, hacer tele y todo lo que tiene que ver con el trabajo. Me gusta actuar y hacer cosas diferentes".
¿El estigma de mala sentís que lo desterraste por completo?
"Hice mucho de mala, hice de buena onírica en 'Por el nombre de Dios', volvería a hacer de mala en algún otro momento. Ojalá me toque hacer de loca, de renga, de fiera y de todas las cosas que a uno le gusta hacer cuando labura y cuando actúa. Si yo pensaba que con Carla Lucero, el primer personaje que hice cuando tenía 19 años, me iban a encasillar, me tenía que matar. La gente me conoció porque sabía que a lo largo de mi carrera iba a tener la posibilidad de hacer otras cosas. Es esa oportunidad la que me dio Adrián (Suar) de hacer un personaje diferente y la que siento que me dan ahora para protagonizar por primera vez una historia. Después, el encasillamiento no tiene sentido".
Carina Zampini dice haberse jugado una apuesta seria al dejar la productora de Adrián Suar, adonde tenía propuestas firmes para este año y el que viene, y lanzarse a trabajar por primera vez en Telefé. Claro que el precio lo valía: protagonizar no es cosa de todos los días. Pero ella elige y se toma sus tiempos. Por eso rechazó la hoy exitosísima película "Nueve Reinas" cuando se la ofrecieron y prefiere dejar para más adelante al cine y sus muchas ganas de debutar en teatro. "Tiempo al tiempo", dice y no parece resignarse cuando señala que las cosas suceden por algo y llegan en el momento justo. "No me arrepiento de haber dejado 'Nueve Reinas' porque, en ese momento, fue una decisión muy acertada para mí", explicó quien dedica su tiempo libre a la crianza de su hijo Manuel, de dos años.
¿Qué aprendizaje dirías que hiciste en estos primeros cinco años de carrera?
"Uno crece con todo. He aprendido mucho en este tiempo. Uno crece con todo en la vida: desde el trabajo y desde lo personal crece con todo. Crecés cuando hacés un buen programa, cuando no, cuando conocés gente, cuando tenés la posibilidad de trabajar con grandes actores, siempre algo positivo sacás".
¿Y hay algo a lo que todavía no te adaptaste del medio?
"No, porque yo tengo un manejo bastante tranquilo de mi carrera. Yo trabajo y me encanta esto. Sé que con él viene esa cosa de estar expuesto y de no tener la vida privada que quizá tienen otros, pero eso lo maneja uno. Hablo y hago prensa de mi trabajo y de cosas que tengan que ver con mi carrera. Después, mi vida privada en cuanto a mi hijo y mi marido y mi casa, es mía y la preservo".
Muchas cosas le han pasado en tan escasas temporadas a esta chica de 25 años. Muchas cosas ha aprendido, muchas más la movilizan. No se queda, apuesta fuerte y pisa firme sin marearse. Zampini parece saber de lo efímero y de lo transitorio, por eso no se la cree y enfrenta con la misma incertidumbre de sus inicios cada propuesta a la que se suma. "En este trabajo hay que estar siempre alerta. Yo tengo todas las expectativas y los miedos de todo principio, ya sea que protagonice o haga lo que sea", sostiene esta actriz haciendo referencia a lo que le sucede con el rol descarnado que le tocó en suerte en "Luna Salvaje", la tira de las 13 de Telefé que recuperó a Gabriel Corrado, tras una temporada con fortuna en España.
"Con esta novela me pasa todo lo lógico que sucede cuando sale al aire un producto nuevo, no doy nada por sentado", explica Carina, quien encarna junto a Millie Stegmann el protagónico femenino del culebrón.
¿Siempre sentís que tenés que demostrar el valor en todo trabajo que se inicia? ¿Todo es una prueba para vos?
"Es una prueba para uno. Todos los trabajos son diferentes, todos los trabajos son únicos, todos los trabajos son desafíos y en todos se aprende. Creo que eso no hay que perderlo porque sino no sirve. Lo que uno hace tiene que tomarlo como un desafío: todos los personajes son importantes y hay que hacerlo desde ese lugar".
"Es agotador hacer tiras porque se trabaja todos los días y muchas horas. Pero es un género divino el de la telenovela", dijo Zampini y de inmediato se explaya sobre "Luna Salvaje": "Particularmente aquí se está cuidando mucho el género, se está cuidando mucho que sea un culebrón, y tiene una buena historia que es la base de toda telenovela", sostiene, "a Gabriel (Corrado), a Millie (Stegmann) y a mí nos encantó hacer esta telenovela, en especial por el enganche que tiene y por el tema tan importante que trata".
Carina Zampini se refiere a la temática del alquiler de vientre que trata la historia. "Los autores son bárbaros y tocan el tema con mucha seriedad y desde un lugar sumamente importante". Ella, en la ficción de "Luna Salvaje", es María Méndez, una mujer de 25 años sometida a los maltratos de su esposo Juan (Horacio Herman) y a cargo de su hermanito de 12 años que, por necesidad, accede a la propuesta realizada por el matrimonio Flores (Corrado y Stegmann) de alquilar su vientre para que éstos tengan el hijo que no pueden tener. "Ella es una chica muy derecha, que va al frente, que dice las cosas que piensa. Por eso le va a costar bastante entender y aceptar esto del alquiler del vientre. Termina aceptando por una necesidad y no por estar de acuerdo con el método que elige el personaje de Millie para tener un hijo", contó, de lo que luego se convertirá en triángulo amoroso.
"Yo nunca haría eso por más situación que atraviese y por más necesidad que tenga", dijo separando claramente ficción de realidad. "Sé lo que es parir un hijo y sé que después de tocarlo y tenerlo en la mano no se lo das a nadie. Yo no lo haría nunca. Hay gente que lo hace, lamentablemente sé que existe esto del alquiler de vientre y existen las mamás que después de tener un hijo lo dan, pero yo jamás lo haría".
La chica que comenzó su carrera bajo el perfil maligno de Carla Lucero tiene el sueño de despegar. Por esa composición se ganó, precisamente, dos galardones, en suelo israelí, en los premios Viva 2000 como contrafigura por "Ricos y famosos". Y con esta nueva novela, en la que Corrado es fuente de "exportación" por sus trabajos en España, ella se anima a proyectarse -aunque con recaudos-. "Me encantaría hacer cosas afuera, es algo que me moviliza mucho", sostuvo. "Pero esas cosas las decidís cuando se te plantean y es una decisión que abarca muchas cosas más cuando tenés una familia y tenés hijos. De hecho, si se me presenta la oportunidad de ir a trabajar afuera tengo que ver de qué modo organizo mis cosas, si realmente me interesa ese trabajo como para irme".
¿Y qué cosas te interesan para tu carrera? ¿A qué cosas apostás?
"Yo apuesto al trabajo. Mi meta fundamental, en cuanto al trabajo, es poder hacerlo toda la vida; poder hacer personajes diferentes; poder crecer como actriz; hacer teatro, hacer cine, hacer tele y todo lo que tiene que ver con el trabajo. Me gusta actuar y hacer cosas diferentes".
¿El estigma de mala sentís que lo desterraste por completo?
"Hice mucho de mala, hice de buena onírica en 'Por el nombre de Dios', volvería a hacer de mala en algún otro momento. Ojalá me toque hacer de loca, de renga, de fiera y de todas las cosas que a uno le gusta hacer cuando labura y cuando actúa. Si yo pensaba que con Carla Lucero, el primer personaje que hice cuando tenía 19 años, me iban a encasillar, me tenía que matar. La gente me conoció porque sabía que a lo largo de mi carrera iba a tener la posibilidad de hacer otras cosas. Es esa oportunidad la que me dio Adrián (Suar) de hacer un personaje diferente y la que siento que me dan ahora para protagonizar por primera vez una historia. Después, el encasillamiento no tiene sentido".
Carina Zampini dice haberse jugado una apuesta seria al dejar la productora de Adrián Suar, adonde tenía propuestas firmes para este año y el que viene, y lanzarse a trabajar por primera vez en Telefé. Claro que el precio lo valía: protagonizar no es cosa de todos los días. Pero ella elige y se toma sus tiempos. Por eso rechazó la hoy exitosísima película "Nueve Reinas" cuando se la ofrecieron y prefiere dejar para más adelante al cine y sus muchas ganas de debutar en teatro. "Tiempo al tiempo", dice y no parece resignarse cuando señala que las cosas suceden por algo y llegan en el momento justo. "No me arrepiento de haber dejado 'Nueve Reinas' porque, en ese momento, fue una decisión muy acertada para mí", explicó quien dedica su tiempo libre a la crianza de su hijo Manuel, de dos años.
¿Qué aprendizaje dirías que hiciste en estos primeros cinco años de carrera?
"Uno crece con todo. He aprendido mucho en este tiempo. Uno crece con todo en la vida: desde el trabajo y desde lo personal crece con todo. Crecés cuando hacés un buen programa, cuando no, cuando conocés gente, cuando tenés la posibilidad de trabajar con grandes actores, siempre algo positivo sacás".
¿Y hay algo a lo que todavía no te adaptaste del medio?
"No, porque yo tengo un manejo bastante tranquilo de mi carrera. Yo trabajo y me encanta esto. Sé que con él viene esa cosa de estar expuesto y de no tener la vida privada que quizá tienen otros, pero eso lo maneja uno. Hablo y hago prensa de mi trabajo y de cosas que tengan que ver con mi carrera. Después, mi vida privada en cuanto a mi hijo y mi marido y mi casa, es mía y la preservo".
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