Miguel Angel Domingo Martínez Conte
| 8 de Abril de 2000 | 00:00

El fallecimiento del escribano Miguel Angel Domingo Martínez Conte ocurrido anteayer en nuestra ciudad, llenó de profunda congoja a distintos sectores platenses que supieron valorar cualidades intelectuales y morales que le fueron tan propias y que definieron las bondades de una personalidad seguramente irremplazable.
Había nacido en San Cayetano, Provincia de Buenos Aires y a los 18 años se trasladó a nuestra ciudad para cursar sus estudios en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UNLP, donde se graduó como notario.
Sentía una profunda vocación por el trabajo gremial profesional. En su dilatada trayectoria, ocupó distintos cargos públicos y en distintas organizaciones. Fue secretario de prensa de la gobernación de la Provincia de Buenos Aires y subdirector de la Dirección Provincial de Rentas.
Casado con María Catalina Gini de la unión nacieron sus cuatro hijos Domingo, Miguel Angel, Juan Francisco y María Catalina que se prolongaron en nueve nietos.
Asimismo, se desempeñó en el Colegio de Escribanos de la Provincia, donde fue consejero, secretario de gobierno y vicepresidente 1º del consejo directivo. En otras áreas fue presidente de distintas comisiones asesoras, entre ellas, la comisión de Asuntos Fiscales y Administrativos y la del Interior y Personal.
Ejerció también el cargo de delegado institucional en distintos congresos de la especialidad, provinciales, nacionales e internacionales. En tal sentido, cabe señalar que fue coordinador Nacional del Tema II del XXII Congreso Internacional del Notariado Latino en 1998.
En la delegación La Plata del Colegio de Escribanos fue miembro de la Junta Directiva y fue presidente de la Confederación General de Profesionales de la República Argentina (CGP).
Fue un cultor de la amistad. De fino sentido del humor, leal y solidario, siempre estuvo dispuesto a ayudar en silencio, ganándose el afecto de cuantos tuvieron la oportunidad de conocerlo y tratarlo.
A inicios de la década del '90 desplegó una porfiada y exitosa actividad en defensa de los colegios profesionales, entonces amenazada por políticas que se impulsaban desde algunas áreas del gobierno nacional y que implicaban, de haber prosperado, la desaparición de estas entidades en todo el país.
Su inquieta inteligencia lo mantuvo actualizado en las cuestiones gremiales que siempre lo atrajeron. Ejercía la presidencia e la Confederación Latinoamericana de Profesionales Universitarios (CLAPU) y la vicepresidencia de la Unión Muncial de las Profesiones Liberales.
Con la desaparición física del Not. Miguel Angel Domingo Martínez Conte, la ciudad pierde a una de sus mejores figuras arquetípicas. Pero su ejemplo quedará, sin dudas, imperecedero.
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