Marina Borensztein
| 19 de Septiembre de 2000 | 00:00

Con la sabiduría de quienes generan cada cosa que se proponen, sin esperar el sí de los otros y con la consigna de hacer pasar un rato ameno y entretenido, tanto a chicos como a padres, Marina Borensztein, encarna su primer espectáculo para el público infantil.
En el acogedor ambiente de Michelángelo, la hija del "gran" Tato Bores, se esmera en llevar a buen puerto "Varieté a la Marilusa", estructurado a la manera del antológico Café-Concert, pero, esta vez, con el concepto de Chocolate-Concert.
"Los chicos y grandes toman chocolate con medialunas caseras y después ven un show que dura poquito menos de una hora, es un programa completo", apunta esta actriz de 33 años de lo que ofrece en el modesto escenario de Michelángelo.
"Varieté a la Marilusa" es un musical de Fernando Albinarrate -el mismo que hiciera la dirección musical de Cyrano de Bergerac- que narra los enredos de una compañía de varieté, donde nadie es quien parece ser. A Marilusa, -encarnada por Marina-, una antiheroína con onda años '50, encantadora y torpe (que sueña con ser vedette) la acompañan Bubú, -Marcelo Albamonte-, Marcelina, -Denise Cotton- y Ariadno, -Rubén Cosenza-.
"Hace rato que tenía ganas de hacer algo para chicos y ahora se dio el lugar y la circunstancia", explica esta intérprete que se siente más motivada y ligada al mundo infantil, desde que el nacimiento de su hija, Malena, hace diez meses, quien transformó su presente.
"Los chicos no me conocen", enfatiza la chica que es descubierta en este espectáculo por los chicos. "La idea es que me conozcan y que les guste lo que hago. Y enseguida se enganchan porque soy muy soñadora y quiero hacer las cosas, soy divertida y soy torpe, todas las cosas que a los chicos les gusta", -dice-.
Marina acota que "te puedo decir que, hasta el momento, me quedé impresionada porque a los chicos si no les gusta, hablan, comen caramelos, hacen ruido, gritan, corren, porque acá no hay butacas, están sentados en la mesa y si se quieren ir tienen libertad para hacerlo. Sin embargo, están todos quietos y entusiasmados con la obra. Me impresiona lo mucho que los chicos se compenetran con lo que pasa en el escenario", cuenta del espectáculo que va dirigido a niños de 4 a 11 años aproximadamente.
¿Qué tiene "Varieté a la Marilusa" de especial para no desentonar con "monstruos" con los que compite como "Chiquititas", "Caramelito y vos" o "101 Dálmatas"?
"Yo no ví ninguno de todos esos espectáculos porque estuve abocada a mi beba. Pero, este es un musical en donde el ambiente es distinto, el chocolate es distinto, es una salida absolutamente distinta. Sin subestimar a ningún colega que vale mucho en lo suyo, yo siento que este espectáculo tiene un sello absolutamente distinto, es el sello mío y todavía muy pocos lo conocen. Acá está hecho todo a pulmón, no es Broadway".
Marina duda, si por cuestiones de tiempos, logrará participar aunque sea en un capítulo del ciclo que recientemente lanzaran para la pantalla de Telefé su hermano Sebastián y Alejandro: "Tiempo Final".
"Me importa mucho mi hija, necesito estar con mi hija, no me gusta irme a la mañana y volver a la noche. Por eso, por el momento, estoy abocada al infantil", resume esta actriz cuyo marido y padre de su hija, Jorge Leyba, se encarga de la dirección de arte e iluminación de "Varieté a la Marilusa".
Por último, Marina Borensztein, confía del legado paterno que le dejó el reconocido capocómico Tato Bores: "El nos enseñó a nunca esperar nada, y que lo que uno quiere hacer lo tiene que hacer solo, porque nadie hace nada por uno ni para uno".
"Las veces que me he quedo en mi casa esperando a que alguien me llame, nunca me llamaron para nada. Yo hago lo que a mí me gusta, transpiro más la camiseta pero soy dueña de lo que hago, te da más libertad, no espero nada de nadie".
Y sin duda, lo expresado, es una enseñanza que ha marcado a fuego a toda la familia. "Mi papá siempre nos decía: 'Hay que generar' y crecimos en esa escuela".
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