Serios trastornos en La Plata por atentados al transporte

Fue una derivación del largo conflicto gremial en Costera Criolla. A un centenar de micros de las líneas urbanas les rompieron las gomas. Hubo caos vehicular

El conflicto laboral que tiene en pie de guerra desde hace varias semanas a los choferes de la disuelta empresa de transportes Costera Criolla alcanzó ayer por la tarde su pico de mayor virulencia, con una manifestación de 35 trabajadores que recorrió el microcentro platense dejando como saldo decenas de micros varados por horas y un impresionante caos vehicular.
La protesta, decidida para reclamar "por deudas impagas y continuidad laboral", generó un panorama caótico, con grandes inconvenientes en la prestación de servicios de corta y media distancia, embotellamientos, cancelaciones y cambios de recorridos.

Unidades de las líneas 508, 520, 307, y 518; y también de las 214, 202, 273, 506 y 561, además de algunas firmas de media distancia como Río de la Plata, Talp y Rápido Argentino, sufrieron el atentado y quedaron inmóviles en numerosas calles del centro, mientras sus choferes esperaban pacientemente la llegada de los auxilios, o se dedicaban a advertir a sus compañeros que llegaban cargados de pasajeros cuáles eran las zonas a evitar. Los usuarios, en tanto, debieron trasladarse varias cuadras para seguir viaje en otros micros o resignarse a caminar.
Los manifestantes arrancaron las válvulas de los neumáticos, algo que los inutiliza completamente y acaba por desinflarlos del todo en menos de diez minutos. Con ese procedimiento y la consigna de "parar cualquier colectivo que nos cruzáramos", según confió uno de los ex trabajadores de Costera Criolla, fue que salieron a la calle.
Al mediodía quemaron gomas en el acceso a la Terminal de 4 y 42. Pasadas las 13,30, y tras atentar contra una quincena de colectivos de corta y media distancia, comenzaron a trasladarse hacia la Casa de Gobierno, ante los insultos de algunas personas indignadas porque sus autos estacionados quedaron bloqueados por los ómnibus inmóviles.
El grupo partió a las 14 por diagonal 74, cruzó plaza Italia, tomó avenida 7, y las calles 48 y 6 hasta apostarse frente a la sede del gobierno bonaerense, dejando atrás un tendal de cerca de cien vehículos desactivados.
Un inspector de la empresa Línea 7, que registraba en 6 y 50 la hora de detención de seis de sus unidades, comentó que "los muchachos de Costera fueron implacables; nosotros estábamos desviando los micros para esquivar la manifestación que venía por 7, pero entonces empezaron a zigzaguear".
Una vez en 6 entre 51 y 53, los delegados gremiales al frente del reclamo mantuvieron una reunión con representantes del gobernador Ruckauf, y se retiraron pasadas las 17 rumbo a la Terminal de Omnibus local, para realizar una nueva asamblea.
"Se resolvió entrar en un compás de espera, ya que logramos nuestro objetivo que era ser escuchados" afirmó Raúl Tojeiro, delegado de los choferes, mecánicos y boleteros de la ex-Costera: "algo que queremos dejar bien en claro es que las protestas que venimos llevando a cabo no son violentas; si hubo alguna rotura de vidrios fue debido a la acción de infiltrados que aprovecharon la ocasión para cometer desmanes".
La caída de la empresa Costera Criolla se produjo hace dos semanas, luego de al menos dos años de conflictos casi permanentes con su personal. Las reivindicaciones que ahora exigen los trabajadores se centran en "averiguar cuál será el destino laboral de cada uno de nosotros" -ya que los recorridos de la firma desaparecida fueron absorbidos por varias empresas- "y saber quién se hará cargo de pagar el dinero que se nos debe, ya que estamos entrando en una peligrosa indefinición y el grupo Río de La Plata niega sus vinculaciones con Costera; hay deudas de varios miles de pesos".
Desde el Gobierno provincial se responsabilizó por el descontento de los trabajadores a La Nación: "la Provincia ya adjudicó en forma precaria la continuidad de los servicios de Costera que estaban bajo su jurisdicción y se dispone a realizar la licitación correspondiente" indicó Marcelo Testoni, subsecretario de Transporte: "pero la Nación aún no lo hizo, y hay 170 personas que no saben cuál será su destino".
La imposibilidad de ingresar normalmente al edificio de 4 y 42 obligó ayer a varias empresas, entre ellas Río de la Plata, a improvisar terminales para los servicios de media distancia en plaza Italia y 13 y 32, una situación que comenzaba a normalizarse recién anoche, al cierre de esta edición.
Por su parte, fuentes allegadas a la conducción de la Cámara de Transporte Automotor de La Plata -que actualmente discute con el municipio local los detalles de la implementación del nuevo sistema de transporte urbano, y está llevando adelante medidas de protesta por el reciente aumento del gas oil a nivel nacional- aseguraron que "nosotros no tenemos nada que ver en los episodios de hoy (por ayer), y no entendemos por qué tanta saña contra las líneas locales; esto nos está ocasionando enormes perjuicios económicos".

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