El ahorrista que fue encerrado dijo que faltaron dos empleados

Roberto Lifsitz, el hombre que quedó encerrado durante más de 60 horas en una bóveda de la Casa Central del Banco Nación, contó ayer que debió "dormir con la luz prendida", ya que la oscuridad de su dormitorio le generaba temor.
Lifsitz contó que esa fue una de las secuelas que comenzó a padecer tras haber estado "tanto tiempo a oscuras" en el interior del banco.
Además, al referirse al incidente que provocó que quedara encerrado en el lugar, afirmó que en el sector de cajas de seguridad de esa entidad "normalmente hay dos personas que no estaban" el viernes pasado, cuando ingresó unos minutos antes del horario de cierre.
Lifsitz explicó que quienes suelen estar en ese lugar "son un policía y a veces una mujer, que son los que anotan en el libro" a todos los que entran a la bóveda.
En ese sentido, indicó que el viernes pasado quien hizo el trámite "fue el jefe de las cajas", una persona de apellido Alvarez, que fue quien lo "anotó en el libro" y lo "acompañó" para abrir su caja de seguridad.
Sin embargo, a poco de estar allí adentro, las luces se apagaron y la gran puerta de entrada se cerró, dejándolo solo y en la oscuridad.
"En el banco me dijeron que algo así nunca había pasado en 110 años", explicó ayer Lifsitz en declaraciones radiales.
El hombre, que trabaja en la Bolsa de Comercio, reiteró que no tiene pensado iniciarle un juicio al banco, aunque admitió que en su familia opinan lo contrario.
También hizo notar la angustia que vivió durante el fin de semana su familia, que desconocía su paradero, y que temía que pudiera haber tenido un problema grave de salud, o que hubiera sido secuestrado.
Como aspecto risueño, dijo que su cuñado también fue a la terminal de alíscafos para averiguar si había emprendido alguna viaje, en una supuesta "aventura" con una mujer, pues al desaparecer tenía consigo un bolso.
Si bien Lifsitz restó trascendencia al episodio, admitió que estuvo muy preocupado por el impacto que su desaparición pudo haber provocado en su madre, de 88 años de edad y delicado estado de salud.
"Yo pensaba que no lo iba a soportar, y si le hubiera pasado algo me hubiera puesto loco", concluyó.

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