Crecen la apatía y la abulia entre los chicos
| 23 de Noviembre de 2003 | 00:00

La abulia y la apatía son patologías cada más comunes entre los adolescentes que viven en el área metropolitana, aún cuando se aleja la crisis social y económica que estalló a finales de 2001.
"El desgano es propio de los adolescentes pero cuando ese rasgo llega a ser la característica principal de la personalidad, estamos ante casos preocupantes", advirtió el psicólogo social Hernán Ortiz Maldonado, quien trabaja con jóvenes en centros asistenciales de Buenos Aires y asegura que aumentan las consultas por apatía y abulia.
El especialista comentó que durante la crisis de 2001 la juventud recuperó cierta dosis de militancia y participación, pero luego los adolescentes "volvieron a la desmovilización que reinó durante la Convertibilidad".
El psicólogo, autor del libro "Libre Comercio y la Explosión de las Adicciones" concluyó que "la apatía de los jóvenes es producto de una sociedad desmovilizada".
Aunque no hay estadísticas oficiales sobre estos padecimientos, los expertos detectaron un incremento de la apatía y la abulia en Buenos Aires, por lo cual un grupo de ellos decidió organizar charlas para dirigidas a los padres en la Dirección de la Juventud de la Capital Federal.
"La abulia y la apatía son rasgos de la personalidad; en la apatía falta motivación y en la abulia falta voluntad", explicó el profesional. Los chicos no se preocupan por nada. No estudian, no proyectan acciones, no hacen deportes, ni tienen un hobby, ni íconos musicales ni líderes", siguió.
El especialista marcó algunas diferencias entre las patologías. "El apático -dijo- tiene trastornos emocionales y afectivos, mientras que el abúlico tiene dificultades en sus actitudes o voluntad. Así, estamos ante casos de adolescentes en riesgo que pueden caer en depresión".
Al explicar por qué decidió intentar un tratamiento de los chicos junto a sus padres, Ortiz Maldonado señaló que el problema no es solo de los jóvenes, sino que hay "toda una sociedad abúlica, apática, indiferente y desmovilizada, con padres sin esperanzas que se mueven por subsistencia más que por conductas que los gratifiquen".
El psicólogo precisó que las charlas apuntan también a quienes tienen hijos que están por dejar el secundario, ya que "el colegio hace de contención, más que de formación, y cuando termina el ciclo se abre el vacío existencial".
"El desgano es propio de los adolescentes pero cuando ese rasgo llega a ser la característica principal de la personalidad, estamos ante casos preocupantes", advirtió el psicólogo social Hernán Ortiz Maldonado, quien trabaja con jóvenes en centros asistenciales de Buenos Aires y asegura que aumentan las consultas por apatía y abulia.
El especialista comentó que durante la crisis de 2001 la juventud recuperó cierta dosis de militancia y participación, pero luego los adolescentes "volvieron a la desmovilización que reinó durante la Convertibilidad".
El psicólogo, autor del libro "Libre Comercio y la Explosión de las Adicciones" concluyó que "la apatía de los jóvenes es producto de una sociedad desmovilizada".
Aunque no hay estadísticas oficiales sobre estos padecimientos, los expertos detectaron un incremento de la apatía y la abulia en Buenos Aires, por lo cual un grupo de ellos decidió organizar charlas para dirigidas a los padres en la Dirección de la Juventud de la Capital Federal.
"La abulia y la apatía son rasgos de la personalidad; en la apatía falta motivación y en la abulia falta voluntad", explicó el profesional. Los chicos no se preocupan por nada. No estudian, no proyectan acciones, no hacen deportes, ni tienen un hobby, ni íconos musicales ni líderes", siguió.
El especialista marcó algunas diferencias entre las patologías. "El apático -dijo- tiene trastornos emocionales y afectivos, mientras que el abúlico tiene dificultades en sus actitudes o voluntad. Así, estamos ante casos de adolescentes en riesgo que pueden caer en depresión".
Al explicar por qué decidió intentar un tratamiento de los chicos junto a sus padres, Ortiz Maldonado señaló que el problema no es solo de los jóvenes, sino que hay "toda una sociedad abúlica, apática, indiferente y desmovilizada, con padres sin esperanzas que se mueven por subsistencia más que por conductas que los gratifiquen".
El psicólogo precisó que las charlas apuntan también a quienes tienen hijos que están por dejar el secundario, ya que "el colegio hace de contención, más que de formación, y cuando termina el ciclo se abre el vacío existencial".
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