Polémica por un juguete que podría ser tóxico
Es un yoyó chino que contendría tolueno y xileno. Pero estudios locales dicen que es inocuo.
| 19 de Junio de 2003 | 00:00

Un yoyó de material plástico siliconizado, pasó en las últimas horas a ser una amenaza para las autoridades sanitarias de naciones europeas y latinoamericanas, debido a que los efectos tóxicos en los elementos que lo constituyen causaron una severa intoxicación a una niña de seis meses, en Tegucigalpa, Honduras. En nuestro país el juguete en cuestión sería importado de China bajo la denominación comercial de "Water ball", y de acuerdo a denuncias llegadas del exterior el producto contendría tolueno y xileno, dos sustancias derivadas del petróleo que son tóxicas en contacto con la piel, aunque los técnicos argentinos destacaron que, si el juguete las contuviera, sería en pequeñas cantidades, las que resultarían "inocuas".
En nuestra ciudad, el citado juguete no se vende en las jugueterías, y solo un importador reconoció que lo tuvo "hasta hace unos dos meses y sin mucho suceso de ventas". Sin embargo, ante la inquietud generada, padres de alumnos de las escuelas Misericordia y San José denunciaron que el artículo "es comercializado por vendedores ambulantes a un valor de entre 3,50 y 5 pesos" en la puerta de esas escuelas. El mismo producto fue vendido también en los últimos días por vendedores ambulantes en plaza Moreno.
La alarma respecto al juguete conocido como "yoyó loco", surgió cuando autoridades sanitarias de Honduras y Paraguay lo retiraron de sus mercados alegando la existencia de componentes tóxicos en algunos de sus materiales. También en Venezuela organismos de salud oficiales pusieron en marcha un sistema de vigilancia en los hospitales del Estado de Carabobo para detectar posibles intoxicaciones con el "water ball", mientras que en Europa, el temor por este juguete comenzó en marzo pasado, cuando el gobierno regional de Cataluña, España, advirtió sobre los riesgos del "water ball", a partir de la denuncia de un caso de intoxicación.
Sin embargo, en nuestro país la Dirección General de Lealtad Comercial afirmó que el "yoyó Loco", denunciado en el exterior como tóxico, es inocuo y confirmó que le otorgaron certificados en abril. El organismo detalló que al conocer las denuncias en España, Paraguay y Honduras contra el "Water Ball", se ordenaron nuevos exámenes más allá de las normas de habilitación, y en las pruebas no se hallaron metales pesados, hidrocarburos, ni microorganismos.
Las fuentes destacaron que pese a que el juguete cuenta con normas IRAM, obligaron a los importadores a poner en las cajas algunas advertencias como que el yo-yo era para niños de más de cinco años y que si se rompía "debía ser descartado".
"Hasta hoy no hubo intoxicaciones en Argentina por esta causa", detallaron a su vez voceros sanitarios de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) y de la Secretaría de Salud porteña.
Por su parte, el ingeniero Roberto Raimondi, director técnico de la Cámara Argentina del Juguete, detalló que "desde 1998, por resolución 851 de la Secretaría de Defensa del Consumidor, todos los juguetes deben ser certificados para que cumplan con normas de seguridad. Así, por ejemplo, los juguetes no pueden tener partes filosas, cables expuestos, ejes desarmables de metal o ser realizados con sustancias tóxicas. Y con esa norma cumplió la empresa importadora de acuerdo a lo que era su responsabilidad".
El dirigente agregó que "cuando se conocieron los cuestionamientos que se hacían al juguete en el exterior, Lealtad Comercial dispuso que el producto sea sometido a nuevos análisis, más allá de lo normado" por las normas IRAM, por lo que no existe ningún atisbo de peligro y tampoco hubo ningún caso de intoxicación en la Argentina, por lo que no existe evidencia que permita evitar su comercialización".
Sobre el tema, el ingeniero Miguel Bruzone, responsable del área de Certificaciones de la Subsecretaría de Defensa de la Competencia y el Consumidor, afirmó que "el producto es inocuo. En los ensayos no se detectaron metales pesados, ni hidrocarburos, ni microorganismos, por lo que entendemos que el juguete no es peligroso", concluyó.
Dirigentes de la ANMAT, en tanto, explicaron que al no tratarse de un alimento, un medicamento o un equipo de tecnología médica, el organismo no tiene capacidad de intervención, a menos que haya una persona intoxicada, lo que hasta ahora no ocurrió.
Una posición similar tuvo la Secretaría de Salud porteña, cuyos voceros detallaron que no tienen "poder de policía" ante un producto así, ya que eso depende de la Nación, pero aclararon que no registraban ningún caso de intoxicados.
A su vez, los voceros de la Secretaría de Defensa del Consumidor remarcaron que en cualquier caso, si los ciudadanos supieran de un problema con un producto, se pueden comunicar con el organismo al teléfono gratuito 0-800 666 1518, de 8 a 20.
En nuestra ciudad, el citado juguete no se vende en las jugueterías, y solo un importador reconoció que lo tuvo "hasta hace unos dos meses y sin mucho suceso de ventas". Sin embargo, ante la inquietud generada, padres de alumnos de las escuelas Misericordia y San José denunciaron que el artículo "es comercializado por vendedores ambulantes a un valor de entre 3,50 y 5 pesos" en la puerta de esas escuelas. El mismo producto fue vendido también en los últimos días por vendedores ambulantes en plaza Moreno.
La alarma respecto al juguete conocido como "yoyó loco", surgió cuando autoridades sanitarias de Honduras y Paraguay lo retiraron de sus mercados alegando la existencia de componentes tóxicos en algunos de sus materiales. También en Venezuela organismos de salud oficiales pusieron en marcha un sistema de vigilancia en los hospitales del Estado de Carabobo para detectar posibles intoxicaciones con el "water ball", mientras que en Europa, el temor por este juguete comenzó en marzo pasado, cuando el gobierno regional de Cataluña, España, advirtió sobre los riesgos del "water ball", a partir de la denuncia de un caso de intoxicación.
Sin embargo, en nuestro país la Dirección General de Lealtad Comercial afirmó que el "yoyó Loco", denunciado en el exterior como tóxico, es inocuo y confirmó que le otorgaron certificados en abril. El organismo detalló que al conocer las denuncias en España, Paraguay y Honduras contra el "Water Ball", se ordenaron nuevos exámenes más allá de las normas de habilitación, y en las pruebas no se hallaron metales pesados, hidrocarburos, ni microorganismos.
Las fuentes destacaron que pese a que el juguete cuenta con normas IRAM, obligaron a los importadores a poner en las cajas algunas advertencias como que el yo-yo era para niños de más de cinco años y que si se rompía "debía ser descartado".
"Hasta hoy no hubo intoxicaciones en Argentina por esta causa", detallaron a su vez voceros sanitarios de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) y de la Secretaría de Salud porteña.
Por su parte, el ingeniero Roberto Raimondi, director técnico de la Cámara Argentina del Juguete, detalló que "desde 1998, por resolución 851 de la Secretaría de Defensa del Consumidor, todos los juguetes deben ser certificados para que cumplan con normas de seguridad. Así, por ejemplo, los juguetes no pueden tener partes filosas, cables expuestos, ejes desarmables de metal o ser realizados con sustancias tóxicas. Y con esa norma cumplió la empresa importadora de acuerdo a lo que era su responsabilidad".
El dirigente agregó que "cuando se conocieron los cuestionamientos que se hacían al juguete en el exterior, Lealtad Comercial dispuso que el producto sea sometido a nuevos análisis, más allá de lo normado" por las normas IRAM, por lo que no existe ningún atisbo de peligro y tampoco hubo ningún caso de intoxicación en la Argentina, por lo que no existe evidencia que permita evitar su comercialización".
Sobre el tema, el ingeniero Miguel Bruzone, responsable del área de Certificaciones de la Subsecretaría de Defensa de la Competencia y el Consumidor, afirmó que "el producto es inocuo. En los ensayos no se detectaron metales pesados, ni hidrocarburos, ni microorganismos, por lo que entendemos que el juguete no es peligroso", concluyó.
Dirigentes de la ANMAT, en tanto, explicaron que al no tratarse de un alimento, un medicamento o un equipo de tecnología médica, el organismo no tiene capacidad de intervención, a menos que haya una persona intoxicada, lo que hasta ahora no ocurrió.
Una posición similar tuvo la Secretaría de Salud porteña, cuyos voceros detallaron que no tienen "poder de policía" ante un producto así, ya que eso depende de la Nación, pero aclararon que no registraban ningún caso de intoxicados.
A su vez, los voceros de la Secretaría de Defensa del Consumidor remarcaron que en cualquier caso, si los ciudadanos supieran de un problema con un producto, se pueden comunicar con el organismo al teléfono gratuito 0-800 666 1518, de 8 a 20.
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