Alejandro, tres meses de un calvario
| 21 de Junio de 2003 | 00:00

El 15 de febrero último Alejandro Damián Torreta
había festejado su séptimo cumpleaños. Y como lo hacía entre seis
y ocho veces por mes, "porque era un chico de comida difícil", a
los pocos días sus padres lo llevaron a comer hamburguesas "a un
hipermercado de la zona" -los Torreta viven en Tolosa, en 7 y 520
bis- "porque era lo que más le gustaba", según confiaron ayer a
EL DIA sus familiares.
Hijo único de Patricia Alonso (46) y de Sergio Torreta (47), ambos empleados de comercio, el pequeño Alejandro había comenzado a experimentar dos días después de haber visitado la casa de comidas del hipermercado un ligero cuadro febril y dolores de cabeza. Pero igualmente viajó junto a su madre hasta Magdalena para visitar a una tía materna y a sus primos Juan Manuel y Florencia.
"La mamá volvió a La Plata para cumplir con su trabajo -contó a EL DIA Rubén Alonso (42), tío de Alejandro- y Ale se quedó en Magdalena ya que estaba de vacaciones y quería participar de una comparsa de Carnaval junto a sus primos. Pero como seguía con esos síntomas, mi hermana Graciela, a quien Ale llamaba 'Tía Coca', lo llevó hasta el Hospital de Magdalena, donde le recetaron un antibiótico. Pero después de eso el nene siguió con los dolores y comenzó a manifestar un cuadro de diarrea sangrante, por lo que su mamá lo fue a buscar para traerlo a la Clínica del Niño de La Plata, donde Alejandro quedó internado el 1º de marzo de este año".
"Allí Alejandro comenzó a sufrir vómitos -añadió Alonso- y no le podían detener la diarrea, por lo que después de realizarle distintos estudios los médicos decidieron operarlo de una obstrucción intestinal, realizándole una 'colestomía'. Posteriormente, el 7 de marzo, se le hicieron análisis de orina en los que se detectaron problemas renales, por lo que fue trasladado al Hospital de Niños para practicarle hemodiálisis".
"Nuevos estudios realizados en el Hospital de Niños -relató Alonso- confirmaron la presencia de una bacteria llamada Echerichia Coli y de un Síndrome Urémico Hemolítico. Alejandro quedó internado en la Sala 10 de Nefrología del Hospital, donde había otros chicos con la misma enfermedad, y cuyos padres también indicaron que habían comido hamburguesas, algunos en casas de comidas rápidas, y otros en distintos comercios".
"A esta altura el nene había perdido mucho peso -continuaron relatando los familiares del pequeño Alejandro- y comenzó a ser alimentado por suero. Pero hacia fines del mes de marzo comenzó a mejorar, y con el fin de recuperarlo anímicamente, en el Hospital de Niños se le otorgó la primera alta médica, aunque debía seguir concurriendo todos los días al Hospital, menos los domingos, para ser sometido a las sesiones de hemodiálisis. Hasta que a los pocos días volvieron los vómitos, y en el Hospital se le detectó una nueva obstrucción intestinal, por lo que se le practicó un 'envaginamiento intestinal'".
Superada esa instancia, el pequeño Alejandro pudo volver nuevamente a su hogar, aunque sometido a una dieta muy estricta y con muchos cuidados. "En su casa estaba un poco mejor -contó su tío Rubén- y hasta había vuelto a jugar con sus jueguitos electrónicos, aunque también se lo veía un poco nervioso. Hasta que a fines de abril, durante una madrugada sufrió un paro cardio respiratorio. Se pidió asistencia de urgencia y fue enviada una ambulancia del Hospital de Gonnet, donde sufrió otro paro, esta vez durante más de 40 minutos. Quedó prácticamente en estado de coma y en esa condición fue nuevamente trasladado al Hospital de Niños".
"De esa situación de coma farmacológico -describió Alonso- Alejandro nunca se recuperó. Toda la familia mantenía esperanzas, e incluso el Día del Padre fue muy importante para nosotros, porque al ingresar su papá a la sala, Ale intentó levantar los brazos, y movió los párpados. Pero estaba muy descompensado y el miércoles 18 de junio, a las 10 de la mañana, Alejandro falleció".
LAS CAUSAS
Los familiares de Alejandro Damian Torreta no mencionan el nombre de la casa de comidas en donde el chico comió las hamburguesas, ni tampoco el del hipermercado en el que ese local funciona. Y tampoco analizan la posibilidad de iniciar algún tipo de acciones legales.
"Todo indica que la bacteria estaba en una de esas hamburguesas -señala Rubén Alonso- pero es muy difícil comprobarlo. Además nada nos devolverá la vida de Alejandro. Sí sería importante que en esos locales se tomaran más recaudos a la hora de elaborar sus productos, para que este tipo de situaciones nunca más vuelvan a repetirse".
"Alejandro -recordaba ayer su abuela materna- era un chico muy sano. Jugaba al fútbol como arquero en el Centro Recreativo Rivadavia y era muy buen alumno del Colegio Santa Lucía de Tolosa, en donde había terminado el segundo año. Toda la familia está muy golpeada, y tanto yo como sus padres, destrozados".
Alejandro -como se dijo- era hijo único del matrimonio de Sergio y Patricia, aunque tenía dos hermanos de un matrimonio anterior de su padre. Y toda su familia vive por estas horas momentos de profunda consternación. "Tanto mi hermana como mi cuñado se encuentran atravesando un momento muy difícil -destacó Rubén Alonso- y no están en condiciones de hablar. Yo lo he hecho por ellos con la única intención de contribuir a que estos episodios no se repitan, para que ningún otro chico se encuentre expuesto a un cuadro tan grave y tan fácil de ser evitado".
Hijo único de Patricia Alonso (46) y de Sergio Torreta (47), ambos empleados de comercio, el pequeño Alejandro había comenzado a experimentar dos días después de haber visitado la casa de comidas del hipermercado un ligero cuadro febril y dolores de cabeza. Pero igualmente viajó junto a su madre hasta Magdalena para visitar a una tía materna y a sus primos Juan Manuel y Florencia.
"La mamá volvió a La Plata para cumplir con su trabajo -contó a EL DIA Rubén Alonso (42), tío de Alejandro- y Ale se quedó en Magdalena ya que estaba de vacaciones y quería participar de una comparsa de Carnaval junto a sus primos. Pero como seguía con esos síntomas, mi hermana Graciela, a quien Ale llamaba 'Tía Coca', lo llevó hasta el Hospital de Magdalena, donde le recetaron un antibiótico. Pero después de eso el nene siguió con los dolores y comenzó a manifestar un cuadro de diarrea sangrante, por lo que su mamá lo fue a buscar para traerlo a la Clínica del Niño de La Plata, donde Alejandro quedó internado el 1º de marzo de este año".
"Allí Alejandro comenzó a sufrir vómitos -añadió Alonso- y no le podían detener la diarrea, por lo que después de realizarle distintos estudios los médicos decidieron operarlo de una obstrucción intestinal, realizándole una 'colestomía'. Posteriormente, el 7 de marzo, se le hicieron análisis de orina en los que se detectaron problemas renales, por lo que fue trasladado al Hospital de Niños para practicarle hemodiálisis".
"Nuevos estudios realizados en el Hospital de Niños -relató Alonso- confirmaron la presencia de una bacteria llamada Echerichia Coli y de un Síndrome Urémico Hemolítico. Alejandro quedó internado en la Sala 10 de Nefrología del Hospital, donde había otros chicos con la misma enfermedad, y cuyos padres también indicaron que habían comido hamburguesas, algunos en casas de comidas rápidas, y otros en distintos comercios".
"A esta altura el nene había perdido mucho peso -continuaron relatando los familiares del pequeño Alejandro- y comenzó a ser alimentado por suero. Pero hacia fines del mes de marzo comenzó a mejorar, y con el fin de recuperarlo anímicamente, en el Hospital de Niños se le otorgó la primera alta médica, aunque debía seguir concurriendo todos los días al Hospital, menos los domingos, para ser sometido a las sesiones de hemodiálisis. Hasta que a los pocos días volvieron los vómitos, y en el Hospital se le detectó una nueva obstrucción intestinal, por lo que se le practicó un 'envaginamiento intestinal'".
Superada esa instancia, el pequeño Alejandro pudo volver nuevamente a su hogar, aunque sometido a una dieta muy estricta y con muchos cuidados. "En su casa estaba un poco mejor -contó su tío Rubén- y hasta había vuelto a jugar con sus jueguitos electrónicos, aunque también se lo veía un poco nervioso. Hasta que a fines de abril, durante una madrugada sufrió un paro cardio respiratorio. Se pidió asistencia de urgencia y fue enviada una ambulancia del Hospital de Gonnet, donde sufrió otro paro, esta vez durante más de 40 minutos. Quedó prácticamente en estado de coma y en esa condición fue nuevamente trasladado al Hospital de Niños".
"De esa situación de coma farmacológico -describió Alonso- Alejandro nunca se recuperó. Toda la familia mantenía esperanzas, e incluso el Día del Padre fue muy importante para nosotros, porque al ingresar su papá a la sala, Ale intentó levantar los brazos, y movió los párpados. Pero estaba muy descompensado y el miércoles 18 de junio, a las 10 de la mañana, Alejandro falleció".
LAS CAUSAS
Los familiares de Alejandro Damian Torreta no mencionan el nombre de la casa de comidas en donde el chico comió las hamburguesas, ni tampoco el del hipermercado en el que ese local funciona. Y tampoco analizan la posibilidad de iniciar algún tipo de acciones legales.
"Todo indica que la bacteria estaba en una de esas hamburguesas -señala Rubén Alonso- pero es muy difícil comprobarlo. Además nada nos devolverá la vida de Alejandro. Sí sería importante que en esos locales se tomaran más recaudos a la hora de elaborar sus productos, para que este tipo de situaciones nunca más vuelvan a repetirse".
"Alejandro -recordaba ayer su abuela materna- era un chico muy sano. Jugaba al fútbol como arquero en el Centro Recreativo Rivadavia y era muy buen alumno del Colegio Santa Lucía de Tolosa, en donde había terminado el segundo año. Toda la familia está muy golpeada, y tanto yo como sus padres, destrozados".
Alejandro -como se dijo- era hijo único del matrimonio de Sergio y Patricia, aunque tenía dos hermanos de un matrimonio anterior de su padre. Y toda su familia vive por estas horas momentos de profunda consternación. "Tanto mi hermana como mi cuñado se encuentran atravesando un momento muy difícil -destacó Rubén Alonso- y no están en condiciones de hablar. Yo lo he hecho por ellos con la única intención de contribuir a que estos episodios no se repitan, para que ningún otro chico se encuentre expuesto a un cuadro tan grave y tan fácil de ser evitado".
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