Los hinchas albirrojos lo recibieron como a un ídolo

Desde que pisó suelo albirrojo, Javier Gustavo Mazzoni se convirtió en un protagonista muy especial de la soleada tarde en 57 y 1. El famoso gol que la Chancha, vistiendo la casaca de Independiente, le marcó a Gimnasia el 25 de junio de 1995 -el Rojo ganó 1-0 y el campeón de aquel Torneo Clausura fue San Lorenzo-, imposibilitándole al clásico rival de Estudiantes quedarse con el título, significó que el actual delantero de Olimpo fuera elevado a la categoría de ídolo por los hinchas pincharratas.

Ayer, la gran cantidad de público local que se acercó al estadio Pincha, recibió a Mazzoni mucho mejor que si fuera un ex jugador del club y le "recordó" en todo momento aquel "cachetazo" que enmudeció al estadio del Bosque platense para alegría del pueblo pincharrata. "¡Te acordás Lobo esa noche, el Pincha no se olvidó, tenían todo preparado y Mazzoni los c..!", fue la bienvenida de los hinchas albirrojos.

"¡Mazooooni... Mazooooni!", fue el aliento que bajó en innumerables oportunidades desde la tribunas ocupadas por la parcialidad albirroja. Y este experimentado atacante -el 2 de abril cumplirá 32 años- que recaló en Bahía Blanca tras su paso por el fútbol europeo no tuvo otra que retribuirle con los brazos en alto la ovación de los hinchas locales antes de iniciarse el partido, más allá de que según él no hizo nada para merecer semejantes muestras de afecto.

Quien más le hizo sentir a la Chancha lo que significó su determinante participación en la "final" disputada hace ocho años fue Gustavo Goren, un integrante de la Filial 25 de junio. Luego del partido, éste fanático de Estudiantes -llevaba puesta una remera con su foto- esperó su salida en la puerta del vestuario visitante para obsequiarle una plaqueta con la siguiente leyenda: "Para nuestro ídolo Javier Mazzoni nuestro agradecimiento eterno".

Antes del encuentro, el centrodelantero fue claro: "Si hago un gol obviamente lo voy a gritar", dijo Mazzoni. "Si nos hace un gol yo lo voy a aplaudir", retrucó este muchacho que siguió intensamente cada paso que el pelilargo jugador dio en 57 y 1.

No hizo falta ver que hubiera sucedido con un tanto convertido por Mazzoni, porque en esta ocasión la Chancha no festejó. Pero más allá de la derrota de su equipo, él se habrá vuelto a Bahía Blanca entendiendo por qué la mitad de nuestra ciudad lo tiene como un ídolo.