En Alavés gritó Palermo

El técnico Mel salvó la cabeza gracias al Loco

El delantero argentino Martín Palermo entró con el pie derecho en el Alavés, equipo de la segunda división de España. El ex jugador de Estudiantes y Boca Juniors aportó un gol -de cabeza- para que su equipo le ganara por 3 a 0 al Getafe, y de esta manera el técnico Pepe Mel, muy cuestionado por la hinchada, pudiera salvar su cabeza.

Los hinchas del Alavés están entusiasmados con las producciones de Palermo, pero el jugador admitió que aguarda un llamado de los dirigentes de Boca para regresar a mediados de año a la entidad xeneize.

Este partido correspondió a la vigésima sexta jornada del torneo de segunda, que fue suspendido el 29 de febrero pasado debido a la gran cantidad de nieve acumulada sobre el estadio Mendizorroza.

Las posiciones en el torneo son encabezadas por Numancia y Sporting, con 52 puntos. Levante tiene 51 y el Alavés, 46. Getafe suma 45 y el Eibar, 42.


LOCO DE ALEGRIA

El ex Boca se mostró "contento" por haber vuelto al gol a los 26 minutos de la primera parte, de cabeza, y contó que pudo sentirse "útil para el equipo", según comentó en una entrevista radial.

Ante el pedido de Carlos Bianchi por la llegada de un ®9® de área, el atacante declaró que "el contacto debería nacer por un pedido del técnico a los dirigentes. Después estos tendrían que hablar con mi representante, pero siempre después del 30 de junio. En este momento no descarto nada", aseguró.

"Cuando puedo, veo y sigo escuchando a Boca, porque uno no se olvida. Y se ve que se mantiene la idea de Carlos (Bianchi)", comentó Palermo.

Además, recordó que dos semanas atrás se encontraba en una "situación difícil. Sentía que no era yo, no estaba a gusto y mal en Betis. Pero esto me dio ganas de luchar, porque uno no se olvida de hacer goles".

"Estoy convencido que me voy a ir de España luego de haber triunfado, aunque es muy difícil pensar en jugar en el Barcelona o Real Madrid debido a mi edad. Pero por lo pronto ahora quiero llevar al Alavés a primera división. Eso es triunfar", opinó.

"Pude haber pasado a la Lazio, en 1999, pero el fútbol es así. No se dio. Pero si hubiera ido no me habría lesionado, ni hubiera hecho el gol en mi regreso ante River, ni hubiese contado con la chance de jugar la final Intercontinental en Tokio contra Real Madrid", analizó finalmente Palermo.


CERCADO Y GOLPEADO

Martín Palermo, muy cercado y también golpeado por los defensores del Getafe, jugó más de una hora a muy buen nivel, y luego fue reemplazado por Edu Alonso. Además, a los 26 minutos del primer tiempo, con un preciso cabezazo tras un centro que sirvió Coira, habilitado por De Lucas que construyó una lucida maniobra personal, puso en ventaja a su equipo. Luego, en el complemento, llegaron los goles de Rubén Navarro y Magno que sellaron la conquista del Alavés.

El técnico Pepe Mel, que había sido cuestionado en los dos últimos días y puesto en la picota por el consejo de administración del Alavés, salvó la cabeza por el momento luego de la victoria que su equipo, con todo merecimiento, alcanzó ayer ante el Getafe, que sintió en demasía la expulsión de Iván Amaya.

El equipo madrileño supo frenar las acometidas impetuosas locales, para luego salir bien a la contra. Pero, en el 26, los madrileños no pudieron evitar que Palermo cabecease el balón a las mallas a pase de Coira, tras una buena acción previa de De Lucas. A partir del gol, el Getafe se vio desbordado y sus hombres se vieron obligados a cortar las arremetidas locales, con continuas faltas, como las Amaya a Palermo.

En el inicio de la segunda mitad, Uribe dejó en los vestuarios a Nano por Alberto para bajar a Bernaus.

Palermo pudo aumentar la cuenta local, pero finalmente salvó el peligro Sergio Sánchez. De Lucas se apresuró y perdió un gol que ya se cantaba en la tribuna. La reacción madrileña duró poco tiempo por la expulsión de Amaya, lo que volvió a equilibrar las cosas y fue un 'tubo de oxígeno' para los alavesistas. Tanto fue así que el Alavés, con un Getafe ya totalmente desbordado por la inferioridad numérica y por dejar a sólo tres hombres en la zaga, anotó dos nuevos goles en dos minutos, entre el 76 y el 78, por medio de Rubén Navarro y de Magno.

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