Pamela David: Será una prostituta en "Doble vida"

Aunque muchas mujeres con sueños de fama tienen la fantasía de ser vedettes en algún momento de sus vidas, quienes cumplen con ese deseo no siempre toleran las presiones que conllevan ostentar ese título tan lleno de brillos y glamour.

Quien decidió declinar su papel de bajar las escaleras de un teatro de revistas y renunció a lucir excéntricas plumas es la vedette Pamela David, una de las chicas más sexys y femeninas de los últimos tiempos. En poco tiempo, actuará en la novela "Doble vida", en donde personificará a una prostituta y sin escándalos sube peldaños para establecerse en el ambiente artístico.

Con una historia parecida a la de Mónica Ayos, una vedette que en el pico de su exposición y éxito abandonó las plumas para convertirse en una actriz seria, David aspira a darle un giro a su carrera. Habrá que ver si logra salir ilesa y si el talento la acompaña. Igualmente, David es consciente de que su cuerpo tendrá un valor tan fuerte en su carrera como hasta ahora.

UNA CHICA DEL INTERIOR

No tenía muy en claro qué era lo que quería ser pero a los 18 años, abandonó su Santiago del Estero natal, estudió teatro y se hizo las lolas. Sólo le bastó participar en el reality show El Bar en 2001 para que nadie olvidara su rostro angelado. "Sé que trabajo gracias a mi cuerpo y mi imagen pero no me quedo sólo en eso", decía aventurando esta decisión que hoy ha cristalizado.

Aunque su cuerpo frágil y atractivo fue admirado en revistas, teatros, televisión y páginas de Internet, en varias ocasiones la morocha confesaba que en su adolescencia fue "una larva flaca".

Si bien se siente conforme con su silueta y ganó fama y dinero explotando su imagen, se cansó de ser considerada simplemente una cara bonita, un envase hueco, una chica sexy y no quiere más ser sólo famosa por exhibir su anatomía.

Durante el verano demostró que en su vida el amor encabeza su escala de prioridades porque le dijo que no a la propuesta de Gerardo Sofovich de trabajar en el teatro de revistas para ocuparse de su pareja. Aunque cueste creerlo, su amor por el arquitecto Rodrigo Fernández Prieto, su novio, desde hace dos años y medio, provocó transformaciones en la santiagueña.

A pesar de haber vivido un año exitoso en la televisión y el teatro con la posibilidad de continuar durante el verano, Pamela no dudó en bajarse de un éxito y decidir qué es lo que quería para su futuro.

Aparentemente la morocha del interior abrió el paraguas haciendo un parate en su carrera, antes de sufrir estrés como muchas de sus colegas, decidió frenar. "El año que terminó fue insuperable laboralmente para mí. Hice televisión, gráfica y hasta el teatro me dio un lugar que a muchas personas les cuesta toda una vida alcanzar. Yo lo hice rápidamente. Pero como todo lo que es en exceso, no es bueno. Trabajé en demasía. Todo lo hice ciento por ciento y descuidé cosas personales", confesaba Pamela a una revista.

TIEMPO DE REFLEXION

Sin embargo, reconoció que en cierto momento comenzó a padecer su trabajo y no a gozarlo. "El año que pasó me sirvió para estabilizarme, porque este trabajo es difícil. Aproveché mi momento y me reafirmé. Ahora puedo decir 'me planto, a ver qué quiero para mi futuro'. Porque no quiero más aceptar todo lo que me proponen como lo hice hasta hoy". Así fue que se tomó un tiempo para pensar y finalmente aceptó el fuerte papel de "Doble vida".

Quizás la falta de formación actoral y su agitado ascenso provocaron cierto cansancio en la morocha que tuvo que desempeñar diferentes roles en poco tiempo. Porque Pamela salió de un reality show y se desenvolvió a los ponchazos como modelo, conductora y actriz. "Me gusta la conducción pero recién estoy comenzando. Si me tengo que definir, diría que soy una aprendiz. Nada me asusta porque en un año hice de todo. Ocupé un buen lugar. Pero sé que quien mucho abarca, poco aprieta. Por eso pensaré bien el futuro. Me encantó hacer revista pero no quiero volver a ponerme las plumas. No me molesta el título de vedette. Pero no sé si me veo de aquí a unos años con plumas. No es algo que volvería a elegir. Prefiero un perfil más bajo. No es lo que quiero para mi futuro".

Si bien reconoce que su imagen sexy fue la que le abrió las puertas y de hecho en su primera obra hizo un topless, no reniega de eso porque le dio la posibilidad de poder elegir otras cosas. "Quiero demostrar que soy algo más que un cuerpo sexy con curvas. Tampoco Pamela David es una puritana. La vedette, la que hace fotos sexys, está realizando su trabajo como una profesional. El papel justifica su poca ropa. La mujer normal es tranquila pero tampoco va de zapatillas por la vida. A mí no me bajan de mis tacos nunca. Me gusta ser sexy, que me miren. No voy por la calle desnuda, sí soy sensual. Siempre fui así".

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