Luces de Broadway para Pinti y Francella
| 8 de Abril de 2005 | 00:00

"Los productores". Libro de Mel Brooks y Thomas Meehan. Música y letras de Mel Brooks. Iluminación: Ariel del Mastro. Vestuario: Fabián Luca. Escenografía: Alberto Negrín. Dirección musical:Gerardo Gardelín. Dirección actoral: Carlos Olivieri. Dirección coreográfica: Chet Walker. Dirección General: Ricky Pashkus. De miércoles a domingos, en el Teatro Lola Membrives.
Grandes escenas de conjunto, rutilantes escenografías y luces, mucho humor, música agradable y saltarina y dos actores-estrellas como Enrique Pinti y Guillermo Francella, que el público conoce tanto por prolongados sucesos en el teatro (Pinti) y como por la televisión (Francella) determinan que "Los productores", el musical de Mel Brooks estrenado recientemente en el remozado Lola Membrives se convierta en un nuevo éxito del teatro musical argentino.
La historia que narra la obra con libro de Brooks (director cinematográfico, productor, escritor, compositor de la música y actor) y Thomas Meehan (escritor, ganador del Tony por el libro de "The Producers") es la de dos entrañables personajes que se convierten en héroes del Broadway teatral, cuando buscando el fracaso de una empresa que los llene de dinero renunciando a la fama y el suceso, les ocurre todo lo contrario. Max Bialistock, un experimentado productor y pícaro vividor encuentra en la timidez e inteligencia para los negocios de Leo Bloom, un empleado de contabilidad con aspiraciones a convertirse en productor de Broadway, al anillo para su dedo. Juntos emprenderán una aventura con ribetes absurdos cuando buscan a lo peor del distrito teatral (una obra apologética de un Hitler de pacotilla, un director imposible y un elenco que no le va en zaga) para metamorfosear todo en un ruidoso fracaso. El destino tiene sus propias reglas y la empresa terminará al revés de lo planeado, pero las sonrisas y la felicidad serán el premio para tanto afán negativo e interesado.
Aguzadamente crítico, Mel Brooks dispara dardos ácidos contra un mecanismo infernal que incluye a directores de teatro, autores, actores, técnicos, jueces, policías y naturalmente, productores. El teatro musical no es un juego inocente, hay tantos intereses como personas intervienen en el proceso creativo aunque lo que importa siempre es el producto final, que se obtiene a pesar de los artistas en juego. El éxito o la caída la determina el público, un juez inapelable.
Aliado a la efectividad del libro rebosante de apuntes revulsivos sobre Broadway y la adecuación de una música zumbona y canciones al tono, la propuesta de "Los productores" se transforma en un espectáculo pleno y estimulante como consecuencia de la dinámica de la puesta en escena del experimentado Ricky Pashkus, uno de los más activos propulsores del "musical" en la Argentina. Enrique Pinti realiza una labor descollante, como es su costumbre, en el vivaz Max. Baste como ejemplo de su capacidad actoral y carisma la escena del monólogo en la cárcel. Guillermo Francella pone toda su simpatía personal en la configuración de su atribulado Leo. Ambos cantan y si no hacen demasiado bien, hay que considerar que son actores que cantan y no cantantes que actúan. María Rojí en "Ulla" y Jorge Príano como "Roger de Bris" completan la plana mayor del staff con méritos sobrados. La producción no se detuvo en hacer economía. Se jugó el todo por el todo para que "Los productores" brille como en un escenario del legendario Broadway. Lo consiguieron y una vez más debemos decir que la calle de las luces de New York serpentea por Corrientes.
Grandes escenas de conjunto, rutilantes escenografías y luces, mucho humor, música agradable y saltarina y dos actores-estrellas como Enrique Pinti y Guillermo Francella, que el público conoce tanto por prolongados sucesos en el teatro (Pinti) y como por la televisión (Francella) determinan que "Los productores", el musical de Mel Brooks estrenado recientemente en el remozado Lola Membrives se convierta en un nuevo éxito del teatro musical argentino.
La historia que narra la obra con libro de Brooks (director cinematográfico, productor, escritor, compositor de la música y actor) y Thomas Meehan (escritor, ganador del Tony por el libro de "The Producers") es la de dos entrañables personajes que se convierten en héroes del Broadway teatral, cuando buscando el fracaso de una empresa que los llene de dinero renunciando a la fama y el suceso, les ocurre todo lo contrario. Max Bialistock, un experimentado productor y pícaro vividor encuentra en la timidez e inteligencia para los negocios de Leo Bloom, un empleado de contabilidad con aspiraciones a convertirse en productor de Broadway, al anillo para su dedo. Juntos emprenderán una aventura con ribetes absurdos cuando buscan a lo peor del distrito teatral (una obra apologética de un Hitler de pacotilla, un director imposible y un elenco que no le va en zaga) para metamorfosear todo en un ruidoso fracaso. El destino tiene sus propias reglas y la empresa terminará al revés de lo planeado, pero las sonrisas y la felicidad serán el premio para tanto afán negativo e interesado.
Aguzadamente crítico, Mel Brooks dispara dardos ácidos contra un mecanismo infernal que incluye a directores de teatro, autores, actores, técnicos, jueces, policías y naturalmente, productores. El teatro musical no es un juego inocente, hay tantos intereses como personas intervienen en el proceso creativo aunque lo que importa siempre es el producto final, que se obtiene a pesar de los artistas en juego. El éxito o la caída la determina el público, un juez inapelable.
Aliado a la efectividad del libro rebosante de apuntes revulsivos sobre Broadway y la adecuación de una música zumbona y canciones al tono, la propuesta de "Los productores" se transforma en un espectáculo pleno y estimulante como consecuencia de la dinámica de la puesta en escena del experimentado Ricky Pashkus, uno de los más activos propulsores del "musical" en la Argentina. Enrique Pinti realiza una labor descollante, como es su costumbre, en el vivaz Max. Baste como ejemplo de su capacidad actoral y carisma la escena del monólogo en la cárcel. Guillermo Francella pone toda su simpatía personal en la configuración de su atribulado Leo. Ambos cantan y si no hacen demasiado bien, hay que considerar que son actores que cantan y no cantantes que actúan. María Rojí en "Ulla" y Jorge Príano como "Roger de Bris" completan la plana mayor del staff con méritos sobrados. La producción no se detuvo en hacer economía. Se jugó el todo por el todo para que "Los productores" brille como en un escenario del legendario Broadway. Lo consiguieron y una vez más debemos decir que la calle de las luces de New York serpentea por Corrientes.
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