Mayumana en el Gran Rex
La compañía de performances israelí Mayumana se presenta hoy, mañana y el domingo en el Teatro Gran Rex. El único integrante argentino es el bailarín, cantante y músico Walter Zaga quien contó que se dedica al baile desde los 14 años, cuando en la escuela Haim Weizman de su barrio natal, Flores, se había formado un grupo de danzas folclóricas israelíes. "Una vez que fui creciendo tomé clases de jazz, tap y empecé a trabajar baile", contó. Luego de participar en festejos privados y familiares, haber participado en esporádicos programas de TV, al tiempo que se ganaba la vida con un negocio de ropa, Zaga se estableció en Israel y tomó su primer conocimiento de Mayumana a través de una amiga. "Yo había ido a trabajar a un festival para chicos y a la semana salió esto -relató-: me presenté y la misma noche de la audición me invitaron a conocer el espectáculo y quedé maravillado con la idea de pertenecer a él". El trabajo de Walter es el mismo del resto del elenco: "Hacer percusión, actuar y hacer reír, aunque lo mío es el baile; cuando Mayumana hace una audición busca artistas que puedan hacer todo a la vez". Puso como ejemplo a percusionistas "acostumbrados a una tarea más estática, que luego deben exponerse a actuar y bailar como manifestaciones colectivas del grupo, lo mismo que el actor que tuvo que aprender a bailar y el bailarín que aprendió a actuar". Respecto de la percusión, que ha generado grupos también en la Argentina, Zaga señaló que para muchos es nuevo, "pero era la forma en que los hombres antiguos se comunicaban, rezaban, festejaban y podían trasmitir lo que deseaban, tanto para un velorio como para un casamiento". "Yo creo que hoy en día la percusión es un lenguaje universal y lo que nosotros hacemos es algo que proviene de lo más simple, desde el hecho de estar sentado en una mesa casi inmóvil y transmitir algo, no racional, sino esa energía, esa vibración, esa alegría destinada al público", explicó.
| 25 de Agosto de 2006 | 00:00

La compañía de performances israelí Mayumana se presenta hoy, mañana y el domingo en el Teatro Gran Rex. El único integrante argentino es el bailarín, cantante y músico Walter Zaga quien contó que se dedica al baile desde los 14 años, cuando en la escuela Haim Weizman de su barrio natal, Flores, se había formado un grupo de danzas folclóricas israelíes.
"Una vez que fui creciendo tomé clases de jazz, tap y empecé a trabajar baile", contó.
Luego de participar en festejos privados y familiares, haber participado en esporádicos programas de TV, al tiempo que se ganaba la vida con un negocio de ropa, Zaga se estableció en Israel y tomó su primer conocimiento de Mayumana a través de una amiga.
"Yo había ido a trabajar a un festival para chicos y a la semana salió esto -relató-: me presenté y la misma noche de la audición me invitaron a conocer el espectáculo y quedé maravillado con la idea de pertenecer a él".
El trabajo de Walter es el mismo del resto del elenco: "Hacer percusión, actuar y hacer reír, aunque lo mío es el baile; cuando Mayumana hace una audición busca artistas que puedan hacer todo a la vez".
Puso como ejemplo a percusionistas "acostumbrados a una tarea más estática, que luego deben exponerse a actuar y bailar como manifestaciones colectivas del grupo, lo mismo que el actor que tuvo que aprender a bailar y el bailarín que aprendió a actuar".
Respecto de la percusión, que ha generado grupos también en la Argentina, Zaga señaló que para muchos es nuevo, "pero era la forma en que los hombres antiguos se comunicaban, rezaban, festejaban y podían trasmitir lo que deseaban, tanto para un velorio como para un casamiento".
"Yo creo que hoy en día la percusión es un lenguaje universal y lo que nosotros hacemos es algo que proviene de lo más simple, desde el hecho de estar sentado en una mesa casi inmóvil y transmitir algo, no racional, sino esa energía, esa vibración, esa alegría destinada al público", explicó.
"Una vez que fui creciendo tomé clases de jazz, tap y empecé a trabajar baile", contó.
Luego de participar en festejos privados y familiares, haber participado en esporádicos programas de TV, al tiempo que se ganaba la vida con un negocio de ropa, Zaga se estableció en Israel y tomó su primer conocimiento de Mayumana a través de una amiga.
"Yo había ido a trabajar a un festival para chicos y a la semana salió esto -relató-: me presenté y la misma noche de la audición me invitaron a conocer el espectáculo y quedé maravillado con la idea de pertenecer a él".
El trabajo de Walter es el mismo del resto del elenco: "Hacer percusión, actuar y hacer reír, aunque lo mío es el baile; cuando Mayumana hace una audición busca artistas que puedan hacer todo a la vez".
Puso como ejemplo a percusionistas "acostumbrados a una tarea más estática, que luego deben exponerse a actuar y bailar como manifestaciones colectivas del grupo, lo mismo que el actor que tuvo que aprender a bailar y el bailarín que aprendió a actuar".
Respecto de la percusión, que ha generado grupos también en la Argentina, Zaga señaló que para muchos es nuevo, "pero era la forma en que los hombres antiguos se comunicaban, rezaban, festejaban y podían trasmitir lo que deseaban, tanto para un velorio como para un casamiento".
"Yo creo que hoy en día la percusión es un lenguaje universal y lo que nosotros hacemos es algo que proviene de lo más simple, desde el hecho de estar sentado en una mesa casi inmóvil y transmitir algo, no racional, sino esa energía, esa vibración, esa alegría destinada al público", explicó.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE