Los sitios pro-anorexia, un flagelo que crece en Internet
Son blogs y foros hechos por chicas que recomiendan conductas extremas para perder peso
| 28 de Diciembre de 2007 | 00:00

"Querida Ana: te ofrezco mi vida, mi corazón y todas las funciones de mi cuerpo (...). Si te quedas conmigo mentiré a mi familia sobre lo que como y cómo me siento. Ignoraré los dolores del hambre como navajas y sentiré tu fortaleza". Como un estribillo, las oraciones a Ana son una constante en los llamados sitios pro-ana y pro-mía, convertidos en una moda cada vez más difundida en Internet y que representan un dolor de cabeza para padres y especialistas. Allí chicas, generalmente menores de edad, difunden consejos para bajar de peso a cualquier precio. Conductas asimilables a patologías alimentarias como la bulimia y la anorexia, a las que las asiduas visitantes no consideran enfermedades, sino una "forma de vida" que consiste en buscar "la perfección" física.
Se trata de una modalidad que crece de la mano de formatos en auge en Internet, basados en la expresión personal, como los blogs y los foros. En España, un estudio reciente realizado por un grupo de entidades que luchan contra los trastornos alimentarios reveló que el 17% de los chicos de entre 10 y 15 años ingresa regularmente a páginas de este tipo, la mayoría mujeres que se llaman a sí mismas "princesitas".
El informe destacó otro dato alarmante: por cada portal, blog o foro de Internet en español y referido a estos temas que se clausura aparecen cinco nuevos.
Una breve recorrida por las páginas pro-ana y pro-mía (términos acuñados para eludir los controles que algunos filtros de la red ejercen sobre palabras como pro-anorexia o pro-bulimia y que aluden visiblemente a ambos trastornos) muestra que los grupos de chicas que participan de esos espacios comparten una serie de códigos y rituales destinados a presentar a esos trastornos alimentarios como "un estilo de vida" y no como una patología.
La mayor parte de los contenidos están referidos a recomendaciones para bajar de peso a cualquier precio (desde ayunos impiadosos a formas de fingir que se come cuando en realidad los alimentos se tiran o se vomitan, hasta una parodia de la pirámide nutricional recomendada por los médicos, a la que remplazan por una plagada de malos hábitos alimentarios).
Los "tips" también apuntan a la mejor manera de "engañar" al entorno familiar y social para que no descubran la conducta alimentaria que se está llevando adelante. Y a preparar psicológicamente a los lectores para los sacrificios que supone la empresa ("El dolor que te da el hambre que pretendes no sentir soy yo que estoy dentro de ti", dice Ana en uno de los sitios, mientras otro pondera "Te tocas y presionas sobre lo gordo que ves y sonríes cuando tocas hueso en vez de grasa").
¿Hasta qué punto pueden influir estos sitios a las conductas de chicos y adolescentes? El nutricionista platense Oscar Karagenzian destaca que 'nadie es anoréxico o bulímico porque quiere, sino que en la persona afectada por estos trastornos alimentarios se hace presente una distorsión psicológica que hace que personas flacas se vean gordas. Además, destaca que la anorexia es una patología de baja incidencia (afecta al 1% de la población), mientras que el impacto de la bulimia es apenas un poco mayor (2%).
Con todo, entiende que estos sitios pueden potenciar un "efecto de copiado" que favorezca las conductas anorexiformes. Consciente de que el control de estos espacios es muy difícil y sabiendo que también lo es vigilar que los chicos no los frecuenten, Karagenzian recomienda a los padres trabajar en la prevención en el hogar, apuntando a la detección temprana de síntomas (tales como que el chico come poco, separa la comida, come y va inmediatamente al baño, o baja mucho de peso). Y manteniendo siempre charlas para informar acerca de los trastornos alimentarios y sus perjuicios.
Se trata de una modalidad que crece de la mano de formatos en auge en Internet, basados en la expresión personal, como los blogs y los foros. En España, un estudio reciente realizado por un grupo de entidades que luchan contra los trastornos alimentarios reveló que el 17% de los chicos de entre 10 y 15 años ingresa regularmente a páginas de este tipo, la mayoría mujeres que se llaman a sí mismas "princesitas".
El informe destacó otro dato alarmante: por cada portal, blog o foro de Internet en español y referido a estos temas que se clausura aparecen cinco nuevos.
Una breve recorrida por las páginas pro-ana y pro-mía (términos acuñados para eludir los controles que algunos filtros de la red ejercen sobre palabras como pro-anorexia o pro-bulimia y que aluden visiblemente a ambos trastornos) muestra que los grupos de chicas que participan de esos espacios comparten una serie de códigos y rituales destinados a presentar a esos trastornos alimentarios como "un estilo de vida" y no como una patología.
La mayor parte de los contenidos están referidos a recomendaciones para bajar de peso a cualquier precio (desde ayunos impiadosos a formas de fingir que se come cuando en realidad los alimentos se tiran o se vomitan, hasta una parodia de la pirámide nutricional recomendada por los médicos, a la que remplazan por una plagada de malos hábitos alimentarios).
Los "tips" también apuntan a la mejor manera de "engañar" al entorno familiar y social para que no descubran la conducta alimentaria que se está llevando adelante. Y a preparar psicológicamente a los lectores para los sacrificios que supone la empresa ("El dolor que te da el hambre que pretendes no sentir soy yo que estoy dentro de ti", dice Ana en uno de los sitios, mientras otro pondera "Te tocas y presionas sobre lo gordo que ves y sonríes cuando tocas hueso en vez de grasa").
¿Hasta qué punto pueden influir estos sitios a las conductas de chicos y adolescentes? El nutricionista platense Oscar Karagenzian destaca que 'nadie es anoréxico o bulímico porque quiere, sino que en la persona afectada por estos trastornos alimentarios se hace presente una distorsión psicológica que hace que personas flacas se vean gordas. Además, destaca que la anorexia es una patología de baja incidencia (afecta al 1% de la población), mientras que el impacto de la bulimia es apenas un poco mayor (2%).
Con todo, entiende que estos sitios pueden potenciar un "efecto de copiado" que favorezca las conductas anorexiformes. Consciente de que el control de estos espacios es muy difícil y sabiendo que también lo es vigilar que los chicos no los frecuenten, Karagenzian recomienda a los padres trabajar en la prevención en el hogar, apuntando a la detección temprana de síntomas (tales como que el chico come poco, separa la comida, come y va inmediatamente al baño, o baja mucho de peso). Y manteniendo siempre charlas para informar acerca de los trastornos alimentarios y sus perjuicios.
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