El camino a la santidad

La beatificación que recibió Sor María Ludovica de manos del Papa Juan Pablo II hace dos años y medio es el segundo de los tres pasos que tiene el proceso de canonización, el cual se lleva adelante para poder santificar a una persona. El primero es la consagración de Venerable, título con el que se reconoce que un fallecido mostró a lo largo de su vida virtudes heroicas (Ludovica fue consagrada Venerable en 2001); el segundo paso es la beatificación, en el que, además de los atributos personales de caridad y virtudes heroicas, se requiere un milagro obtenido a través de la intercesión del Siervo de Dios y verificado después de su muerte. El tercer paso es la santificación. Para la canonización hace falta otro milagro atribuido a la intercesión del beato y ocurrido después de su beatificación.

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