Una interesante pesca con artificiales en el Paraná

Relevamos el pintoresco pesquero de Bella Vista con capturas de buenos dorados

Hace un tiempo Oscar Domo, Hugo Gallo y Patricia nos habían invitado para ir con ellos al Litoral y hacer una buen relevamiento en diferentes pesqueros de la provincia de Corrientes para pescar sólo con mosca y señuelos, pero por una cosa o por otra nunca podíamos combinar los tiempos, hasta que este invierno decidimos tomarnos el tiempo necesario y los llamáramos para intentar armar el cronograma; aceptaron al instante en el que les propusimos la idea y la fecha de partida quedó pautada para el 6 de julio desde la ciudad de Esquina.

La noche previa al encuentro Hugo llamó para decir que tenían que atrasar el viaje un par de días pero que tenia todo organizado para que fuéramos a Bella Vista: el secretario de Turismo y el dueño del alojamiento nos iban a estar esperando al día siguiente, así que hacia allí fuimos.

Al llegar a las cabañas nos presentamos con Roberto Guato, uno de los dueños, y con Freddy Feyen, el director de Turismo, muy ilusionados con que Bella Vista se desarrolle como pesquero con artificiales. Esta ciudad es hermosa, y sin dudas vale la pena visitarla más allá de la pesca.

Durante la cena repasamos la agenda para el próximo día: pesca desde la mañana con 4 guías que querían ver cómo era posible pescar con un anzuelo lleno de plumas y 2 lanchas a nuestra disposición, más Freddy y Roberto que también iban a ser de la partida.

DIA DE PESCA

Amaneció fresco pero con sol, la temperatura pronto iba en aumento y no había nada de viento; a la hora prevista nos encontramos con las dos lanchas en el embarcadero de las cabañas; tuvimos una charla introductoria donde tratamos de interiorizarnos sobre el estado del pique, y la conformación de río que íbamos a encontrar ya que era nuestra primera vez en Bella Vista, y de esta forma podíamos darnos una idea de por dónde empezar.

Decidimos navegar aguas abajo y dirigirnos por unos riachos muy cerca del Paraná; empezamos a pescar dejándonos llevar por la corriente y casteando hacia la costa; insistimos en que siempre la embarcación tenía que estar a no más de 20 metros del lugar donde pretendían pasar nuestras moscas.

Los hicimos empuñar la pala y remar para intentar restar la fuerza del agua y tener más tiempo en los mejores sitios; esta práctica también sirvió para que ellos se dieran cuenta de la importancia de colocar un motor eléctrico para esta función.

Al no conocer muy bien el ámbito decidimos armar dos equipos de mosca más el de bait casting; una de las cañas era para línea 7, con una línea cortalnd de 200 grains; la otra era para línea 8, armada con un shooting airflo de hundimiento VII; este último equipo estaba pensado en caso de que los dorados estuvieran realmente abajo.

PRIMER PIQUE

Comenzamos pescando con la 7 y a los 5 minutos ya teníamos el primer dorado prendido; seguimos hasta cerca del mediodía con un pique aceptable de doradillos medianos y chicos. Cada vez que se clavaba uno les pasábamos el equipo a los guías para que vivieran la experiencia, no podían creer como se doblaba la caña con un pescadito de sólo tres kilos.

Antes del almuerzo nos llevaron a un lugar sobre el Paraná, donde caen unos barrancos espectaculares; hay mucha piedra, y el agua pasa rapidísimo formando remolinos y boilers parecidos a los del Limay; son cuatro puntas bien marcadas. Pedimos que no se apuraran para dar varias pasadas en cada una de ellas.

Eera imposible anclarse y no se molestaba estar en ese lugar con el motor prendido haciendo ruido, así que la única manera de pescar palmo a palmo este sector era repitiendo la pasada tantas veces como se quisiera.

Al finalizar el segundo garete dejamos a varios integrantes en tierra firme ya que iban a empezar a preparar el asado, e iniciamos la tercera pasada sin haber tenido ni un toque; habíamos cambiado de mosca, de caña y nada, estudiábamos la fuerza del agua, y teníamos la sensación como de querer hacer salir de la cueva al león cebándolo con ratones.

BAIT CAST

Cambiamos a la caña de bait casting y pusimos un señuelo de paleta larga, color plateado con vetas negras y cuando ya nos estaban apurando para irnos a comer se dio el pique buscado; fuerte y muy firme tomó el señuelo, y en vez de saltar, al instante salió a buscar río abierto y recién ahí saltó por completo afuera del agua; era un dorado hermoso, muy gordo y en perfecta forma, que llevó 15 minutos subirlo a la lancha;, la balanza acuso casi 9 kilos, mucha alegría compartida, fotos y de vuelta al agua.

Después del almuerzo y como había que regresar temprano, dimos una ultima pasada por las 4 puntas pero esta vez nuevamente con la caña de mosca; clavamos un par de dorados chicos y Roberto con el señuelo sacó otro medianito; decidimos cambiar de ámbito ya que queríamos ver más de la zona.

Nos llevaron a un pequeño delta donde pescando también a la pasada sacamos otros 5 dorados con mosca y Roberto clavo un Pacú chico con señuelo; en un momento encontramos una pasada de mojarra con algunos dorados comiendo, pero el tiempo se había acabado, era hora de regresar a puerto; nos llevamos una excelente impresión de mi primer día de pesca en la zona, pero lo mejor fue las ganas que tenían los guías de aprender.

SEGUNDO DIA

Al día siguiente la salida estaba programada con el carismático Hugo Viccini, y en la otra lancha vendrían el intendente Mario Haberle, con Freddy y Roberto; ellos para pescar con carnada; Patricia, los dos Hugo y nosotros para seguir con mosca y algún señuelo.

Viccini nos aseguró que nos llevaría a donde estaba el pescado, el resto corría por cuenta nuestra y así fue; navegamos río arriba aproximadamente cincuenta minutos antes de empezar a pescar.

El Paraná estaba desbordado y tirábamos bien sobre los palos de la costa; costó encontrar tamaño, muchos chicos y algunos medianos pero el pique fue sostenido hasta la hora de almorzar; las moscas oscuras y la línea de hundimiento resultaron infinitamente superiores y la combinación de negro y violeta se llevó todo los premios.

Luego del almuerzo los dorados estaban totalmente inactivos y tuvimos varias horas de pesca casi nula hasta que ya entrando en la hora mágica, cuando el sol comienza a ponerse en el horizonte, en la salida de una lagunita encontramos nuevamente a los dorados comiendo.

LOS GRANDES

Para ese momento estábamos usando cañas de bait casting con señuelos tipo mojarra blanca y roja que nos dieron el mejor dorado del día: uno de 5 kilos.

Enseguida Patricia, premio al mérito ya que no dejo nunca de castear, sacó otro de 4 kilos. Tuvimos tiempo para sacar cinco más chicos antes de tener que regresar porque la noche se nos venía encima.

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