Vecinos de barrio Cementerio exigen mejoras en 73 y 139

Una pileta de aguas servidas es el foco de enfermedades que se multiplican en la zona

Un gran piletón de aguas servidas está instalado desde hace años en la esquina de 73 y 139 y los vecinos de esa zona del barrio Cementerio ayer denunciaron que están cansados de convivir con ese foco de insalubridad y de olores nauseabundos. Por su parte, desde Aguas Bonaerenses dijeron que desconocen el problema "porque los vecinos no formularon ningún reclamo a la empresa y hasta que eso no ocurra no se puede actuar", indicaron los voceros consultados.

En ese lugar no hay red cloacal y muchos frentistas tiran sus desperdicios a la calle, lo que sumado a las pérdidas de agua aumenta la concentración de líquido estancado en esa esquina.

"Hace mucho tiempo que venimos pidiendo que nos hagan la obra de cloacas porque por más que muchos tratemos de mantener los cordones de la calle limpios, otros tiran sus desperdicios a la vía pública y esto ya es insoportable", dijo Griselda Campodónico, una vecina que vive en calle 73 entre 138 y 139.

Los frentistas de esa cuadra también señalaron que hay muchos caños de la red de agua que están rotos y eso anega aún más el estado de las calles. "Se termina juntando el agua potable con la que proviene de las cloacas y hay lugares por los que ya es imposible pasar", agregó un vecino.

Un problema similar existe en 139 entre 72 y 73: "estamos cansados de hacer los reclamos a Aguas Bonaerenses; como las pérdidas de agua hace mucho tiempo que están en la red que pasa debajo del pavimento, ya lo fue deteriorando hasta que se formó una gran fisura en ese lugar y un pozo profundo a pocos metros", contó la gente.

DESAGÜES OBSTRUIDOS

Los caños de desagües que se encuentran en esas esquinas también están obstruidos y eso impide que el agua fluya. "Aunque llamamos en reiteradas oportunidades a la delegación para que nos arreglen los desagües nadie hace nada. Los chicos no pueden pasar con sus bicicletas porque se empapan y cuando los pequeños juegan en las veredas también terminan metiéndose en esa laguna de agua contaminada si la pelota se les va a la esquina", contó Paula Rivero, vecina de 73 y 139.

Las zanjas también se encuentran tapadas por la basura y eso desvirtúa su funcionalidad. "Así como están los vecinos que las mantienen limpias, hay otros a los que no les importa que estén tapadas por los desperdicios. La consecuencia la sufrimos todos porque el agua no corre y termina inundando las calles y en particular las esquinas", explicó Mónica Calzadilla.

La falta de arreglos tanto de la Municipalidad como de Aguas Bonaerenses hace que las roturas se agudicen día a día. "Esto cada vez está peor, en verano el aire es irrespirable y para colmo como se pierde mucha agua por la rotura de caños, tenemos poca presión en el servicio", agregó la vecina.

La gente también asoció la insalubridad a la aparición de enfermedades. "Es imposible que los chicos no entren en contacto con el agua contaminada que se junta en las esquinas. Por ejemplo, mi hijo tuvo hepatitis antes de empezar las clases, o sea que se la tiene que haber contagiado en el barrio", afirmó Griselda Campodónico.

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