Todo muy lindo, pero urge ganar
Por MARTÍN MENDINUETA
| 7 de Octubre de 2008 | 00:00

Arañando la mitad del primer torneo realmente decisivo, los hinchas de Gimnasia se debaten entre mantener la calma envuelta en la gruesa frazada del optimismo o reaccionar nerviosos y atormentados por la cruda realidad de ver a su equipo último en la tabla de los centésimos malditos.
Ya pasaron nueve fechas y los jujeños, candidatos al descenso directo para todo el mundo futbolero, todavía alquilan un cuartito en el piso de arriba. Eso no es bueno. Godoy Cruz entra y sale del infierno con una irregularidad asombrosa. Racing parece ser más serio por la sangre hirviendo de sus pibes. Central, que viene en caída libre, todavía está lejos y los tucumanos tienen que sufrir un par de trompadas consecutivas para meterse en la arena movediza. ¡Claro que todavía falta un campeonato y medio!, pero el "Lobo" no puede seguir perdiendo tiempo.
No hay peor ceguera que la del que no quiere ver. La urgencia del caso no aconseja manejarse con eufemismos. Para salir del oscuro laberinto donde se ha metido, Gimnasia debe ganar mucho, seguido y empezar cuanto antes. Invertir minutos de análisis en desmenuzar atenuantes, por más criteriosos que estos sean, no sería otra cosa que maquillar un cuadro por demás preocupante.
EL PUNTITO ENGAÑA
Lo que hizo ante Huracán y los mendocinos tendría que haberlo repetido, por lo menos, frente a Ñuls, Independiente y Argentinos Juniors. Suena ampuloso, hasta exagerado, pero si lo hubiera concretado, otra sería la estabilidad emocional de sus fieles.
Hoy, como tantos martes desde que se inició la competencia oficial, sobran elementos que ayudan a digerir el resultado obtenido. "¡Era River, papá! Con Buonanotte, Salcedo, Ferrari y el resto de la orquesta estable...". No le falta razón a ese hincha, enfrentó a un equipo temible.
"Veníamos de perder el clásico, con el ánimo por el piso, ¿qué pretendías?, ¿acaso esperabas ver al Gimnasia del `96 hecho un violín afinado?" Y sí, es sumamente entendible lo que remarca el señor. No perdamos de vista que ese cachetazo le puso punto final al ciclo de Sanguinetti.
"Madelón llegó hace un rato, más no se le puede pedir. Dirigió dos prácticas; el tipo es director técnico, todavía no se recibió de mago" Absolutamente cierto. El flamante entrenador mens sana eligió once titulares, se encomendó a Dios y le dio para adelante.
Todo lo descripto se escuchó, con lógicos matices, a la salida del estadio, en el café, durante la rueda de mate en la oficina y entre los vecinos del barrio, a la hora de los mandados. Todo muy lindo, entendible y atendible, pero este "Lobo" malherido necesita ganar con carácter de urgente.
La contratación de Leonardo Carol Madelón, que durante las primeras horas generó casi nula aceptación en el pueblo "Tripero", empieza a caer bien. Fundamentalmente, por las muy buenas referencias de sus antiguos dirigidos, por la sensatez de su discurso público y, también, por los cambios realizados durante el debut. Las protestas se han ido apagando. La gente asistió en buen número y el equipo, recién en el segundo tiempo, mostró algo de lo que debería ser.
El receso le vendrá fenómeno. Ahora, Gimnasia necesita tener una nueva identidad; más ambiciosa, que lo transforme en ganador de una buena vez.
Los empates que no están flanqueados por triunfos son aspirinas que le hacen cosquillas a la bacteria tan temida. El objetivo no puede admitir confusiones: Tiene que vencer a Central en Rosario. Si eso ocurre, entonces sí empezará a sentir que el futuro le sonríe.
Ya pasaron nueve fechas y los jujeños, candidatos al descenso directo para todo el mundo futbolero, todavía alquilan un cuartito en el piso de arriba. Eso no es bueno. Godoy Cruz entra y sale del infierno con una irregularidad asombrosa. Racing parece ser más serio por la sangre hirviendo de sus pibes. Central, que viene en caída libre, todavía está lejos y los tucumanos tienen que sufrir un par de trompadas consecutivas para meterse en la arena movediza. ¡Claro que todavía falta un campeonato y medio!, pero el "Lobo" no puede seguir perdiendo tiempo.
No hay peor ceguera que la del que no quiere ver. La urgencia del caso no aconseja manejarse con eufemismos. Para salir del oscuro laberinto donde se ha metido, Gimnasia debe ganar mucho, seguido y empezar cuanto antes. Invertir minutos de análisis en desmenuzar atenuantes, por más criteriosos que estos sean, no sería otra cosa que maquillar un cuadro por demás preocupante.
EL PUNTITO ENGAÑA
Lo que hizo ante Huracán y los mendocinos tendría que haberlo repetido, por lo menos, frente a Ñuls, Independiente y Argentinos Juniors. Suena ampuloso, hasta exagerado, pero si lo hubiera concretado, otra sería la estabilidad emocional de sus fieles.
Hoy, como tantos martes desde que se inició la competencia oficial, sobran elementos que ayudan a digerir el resultado obtenido. "¡Era River, papá! Con Buonanotte, Salcedo, Ferrari y el resto de la orquesta estable...". No le falta razón a ese hincha, enfrentó a un equipo temible.
"Veníamos de perder el clásico, con el ánimo por el piso, ¿qué pretendías?, ¿acaso esperabas ver al Gimnasia del `96 hecho un violín afinado?" Y sí, es sumamente entendible lo que remarca el señor. No perdamos de vista que ese cachetazo le puso punto final al ciclo de Sanguinetti.
"Madelón llegó hace un rato, más no se le puede pedir. Dirigió dos prácticas; el tipo es director técnico, todavía no se recibió de mago" Absolutamente cierto. El flamante entrenador mens sana eligió once titulares, se encomendó a Dios y le dio para adelante.
Todo lo descripto se escuchó, con lógicos matices, a la salida del estadio, en el café, durante la rueda de mate en la oficina y entre los vecinos del barrio, a la hora de los mandados. Todo muy lindo, entendible y atendible, pero este "Lobo" malherido necesita ganar con carácter de urgente.
La contratación de Leonardo Carol Madelón, que durante las primeras horas generó casi nula aceptación en el pueblo "Tripero", empieza a caer bien. Fundamentalmente, por las muy buenas referencias de sus antiguos dirigidos, por la sensatez de su discurso público y, también, por los cambios realizados durante el debut. Las protestas se han ido apagando. La gente asistió en buen número y el equipo, recién en el segundo tiempo, mostró algo de lo que debería ser.
El receso le vendrá fenómeno. Ahora, Gimnasia necesita tener una nueva identidad; más ambiciosa, que lo transforme en ganador de una buena vez.
Los empates que no están flanqueados por triunfos son aspirinas que le hacen cosquillas a la bacteria tan temida. El objetivo no puede admitir confusiones: Tiene que vencer a Central en Rosario. Si eso ocurre, entonces sí empezará a sentir que el futuro le sonríe.
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