Sentencia a integrante de banda que mató a policía
Hoy se sabrá el veredicto del juicio por asesinato en 2006
| 7 de Julio de 2008 | 00:00

Un tribunal de San Martín dará a conocer hoy el veredicto del juicio a un hombre acusado de asesinar a un policía durante un tiroteo ocurrido en 2006, en Villa Ballester, donde un grupo de asaltantes disparó con armas militares como un fusil M-16 y un lanzagranadas.
La policía bautizó a estos delincuentes como "La banda de Bin Laden" por el armamento que utilizaron ya que, además del fusil norteamericano y el lanzagranadas de fabricación rusa, se les secuestró un lanzamisiles, granadas de mano, chalecos antibalas y bombas de estruendo, entre otros elementos.
El hecho ocurrió el 13 de enero de 2006, el mismo día en que horas después toda la atención de la policía bonaerense se trasladó al Banco Río de Acassuso, donde una banda montó una falsa toma de rehenes para huir por un túnel con un botín millonario.
Panorama complejo
El imputado que llegó a juicio es Ariel Osvaldo Mollar, de 30 años, quien fue detenido el mismo día del hecho, luego de haber permanecido refugiado varias horas en la casa de un rehén en la localidad de Villa Ballester.
El debate está a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 de San Martín, integrado por los jueces Miguel Angel Bacalhau, María del Carmen Paz y Gustavo Garibaldi y que hoy a las 13.30 dará a conocer su veredicto en el edificio judicial ubicado en avenida Ricardo Balbín 1.753 de esa localidad.
La fiscal del juicio, Laura Pascual, ya pidió para Mollar la pena de prisión perpetua por homicidio criminis causa -asesinar para ocultar otro delito y lograr la impunidad-, entre otros delitos que se le imputaron como la tentativa de homicidio de otro policía que resultó baleado, robo, privación ilegítima de la libertad y tenencia ilegal de arma de guerra.
Poder de fuego
En su alegato, Pascual también destacó el poder de fuego de los delincuentes al asegurar que en los más de 20 años que tiene como fiscal, jamás había visto armamento como el de esta banda.
Por su parte, la defensa de Mollar pidió que se lo condene a una pena menor porque a su criterio quedó probado que quien disparó con el fusil M-16 que uno de los delincuentes sacó de un estuche de guitarra, no fue su cliente sino uno de los otros dos cómplices que ese día lograron escapar.
El policía asesinado fue el oficial Gustavo Adrián Farías, de 36 años, de la comisaría de Villa Concepción, quien integraba uno de los patrulleros que se sumó a la persecución de la banda. Farías murió de un disparo de fusil M-16, calibre 5,56, que no sólo le atravesó el chaleco antibalas "como si fuera una camisa", según declaró en el juicio un médico forense, sino que también le provocó el estallido del corazón.
Máxima violencia
Uno de los policías que declaró en el juicio recordó cómo fue el momento en el que uno de los asaltantes les lanzó una granada que dejó un agujero en el pavimento. "Clavó rodilla en tierra, se puso un tubo al hombro y nos disparó algo que parecía una pelota de tenis, pero era una granada que explotó y me dejó sordo", dijo durante el debate.
El hecho ocurrió a las 11.20 del 13 de enero de 2006 y se inició con el robo en la localidad de Carapachay de una camioneta Sang Yong Musso bordó en la que también privaron de la libertad y asaltaron a su dueño, un abogado a quien le robaron 1.800 pesos.
La policía irradió el alerta y la camioneta robada fue localizada en Villa Ballester, partido de San Martín, donde se inició una persecución y dos tiroteos, uno en el que los ladrones dispararon una granada y otro en el que lo hicieron con el fusil M-16 y asesinaron al oficial Farías e hirieron en el cuello a su compañero Domingo Quintana, quien sobrevivió pero quedó lisiado.
La policía bautizó a estos delincuentes como "La banda de Bin Laden" por el armamento que utilizaron ya que, además del fusil norteamericano y el lanzagranadas de fabricación rusa, se les secuestró un lanzamisiles, granadas de mano, chalecos antibalas y bombas de estruendo, entre otros elementos.
El hecho ocurrió el 13 de enero de 2006, el mismo día en que horas después toda la atención de la policía bonaerense se trasladó al Banco Río de Acassuso, donde una banda montó una falsa toma de rehenes para huir por un túnel con un botín millonario.
Panorama complejo
El imputado que llegó a juicio es Ariel Osvaldo Mollar, de 30 años, quien fue detenido el mismo día del hecho, luego de haber permanecido refugiado varias horas en la casa de un rehén en la localidad de Villa Ballester.
El debate está a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 de San Martín, integrado por los jueces Miguel Angel Bacalhau, María del Carmen Paz y Gustavo Garibaldi y que hoy a las 13.30 dará a conocer su veredicto en el edificio judicial ubicado en avenida Ricardo Balbín 1.753 de esa localidad.
La fiscal del juicio, Laura Pascual, ya pidió para Mollar la pena de prisión perpetua por homicidio criminis causa -asesinar para ocultar otro delito y lograr la impunidad-, entre otros delitos que se le imputaron como la tentativa de homicidio de otro policía que resultó baleado, robo, privación ilegítima de la libertad y tenencia ilegal de arma de guerra.
Poder de fuego
En su alegato, Pascual también destacó el poder de fuego de los delincuentes al asegurar que en los más de 20 años que tiene como fiscal, jamás había visto armamento como el de esta banda.
Por su parte, la defensa de Mollar pidió que se lo condene a una pena menor porque a su criterio quedó probado que quien disparó con el fusil M-16 que uno de los delincuentes sacó de un estuche de guitarra, no fue su cliente sino uno de los otros dos cómplices que ese día lograron escapar.
El policía asesinado fue el oficial Gustavo Adrián Farías, de 36 años, de la comisaría de Villa Concepción, quien integraba uno de los patrulleros que se sumó a la persecución de la banda. Farías murió de un disparo de fusil M-16, calibre 5,56, que no sólo le atravesó el chaleco antibalas "como si fuera una camisa", según declaró en el juicio un médico forense, sino que también le provocó el estallido del corazón.
Máxima violencia
Uno de los policías que declaró en el juicio recordó cómo fue el momento en el que uno de los asaltantes les lanzó una granada que dejó un agujero en el pavimento. "Clavó rodilla en tierra, se puso un tubo al hombro y nos disparó algo que parecía una pelota de tenis, pero era una granada que explotó y me dejó sordo", dijo durante el debate.
El hecho ocurrió a las 11.20 del 13 de enero de 2006 y se inició con el robo en la localidad de Carapachay de una camioneta Sang Yong Musso bordó en la que también privaron de la libertad y asaltaron a su dueño, un abogado a quien le robaron 1.800 pesos.
La policía irradió el alerta y la camioneta robada fue localizada en Villa Ballester, partido de San Martín, donde se inició una persecución y dos tiroteos, uno en el que los ladrones dispararon una granada y otro en el que lo hicieron con el fusil M-16 y asesinaron al oficial Farías e hirieron en el cuello a su compañero Domingo Quintana, quien sobrevivió pero quedó lisiado.
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