Con el cierre de boliches, los pibes ahora "estiran" la noche en la calle
Después de las 5,30, el centro platense luce poblado de chicos dando vueltas
| 22 de Noviembre de 2009 | 00:00

Casi nadie se vuelve a dormir. Tal vez era algo que los legisladores ya lo tenían calculado, pero lo cierto es que con la nueva ley de nocturnidad que obliga a los boliches bailables a cerrar a las 5,30 de la mañana, entre otras medidas, las calles del centro platense se volvieron a partir de esa hora en el nuevo escenario elegido por los chicos para "estirar" la noche.
Una recorrida por la calle 7 de 44 a 60 a las seis de la mañana basta para darse cuenta. Grupos de jóvenes en las plazas, chicos que se juntan en las paradas de micros aunque no esperen ningún micro, parejitas que siguen su historia en las escalinatas de algún edificio público, largas filas de pibes en los puestos de choripanes y hasta kioscos que aprovechan el movimiento juvenil para poder vender alcohol a escondidas, son algunas de las tantas postales que, a pesar de las primeras luces del día, ofrece la "nueva" movida de los chicos con el tope horario en funcionamiento.
"Era algo previsible -resume Atahualpa Arévalo, dueño de El Rincón de los Amigos, uno de los boliches de la Ciudad que a las 5,30 ya tiene sus puertas cerradas-. Nosotros ya lo habíamos planteado hace seis meses desde la Cámara de Bares de La Plata. En nuestro caso el boliche a las 5,30 ya está cerrado, pero en la práctica la noche termina un rato antes. A las cinco se suben las luces para que la gente empiece a retirarse. Lo hacemos para evitar conflictos en la barra, donde muchos clientes todavía no se acostumbran a que a partir de las 4,30 ya no pueden consumir alcohol. La medida se acata desde el primer día, pero es verdad que a la gente le cuesta aceptar el cambio".
Lo que dice Arévalo se hace ejemplo en cualquier esquina del centro de la Ciudad a partir de las 5,30. La noche por ahora no termina, sino que se adapta a los cambios. Ignacio Martínez, titular de Control Urbano, coincide con la mirada de Arévalo y opina que lo que está ocurriendo es "algo lógico por una cuestión de idiosincrasia. Sucede que para lograr verdaderos cambios de hábitos en los jóvenes se necesita tiempo. La ley está bien pensada pero va a lograr resultados a largo plazo, y eso va a ocurrir en tanto y en cuanto se mantengan firmes todas las medidas. En la Provincia las normativas que intentaron limitar la noche fallaron porque no se mantuvieron en el tiempo. Hay que sostenerlo, porque se trata de una cuestión cultural".
La norma, hay que decir, diferencia a los comercios nocturnos en dos rubros: los bares por un lado y los boliches bailables por el otro. Si bien los primeros no están obligados a cerrar sus puertas a las 5,30, todos tienen la obligación de dejar de vender alcohol a partir de las 4,30.
La ley también obliga a los propietarios de locales bailables a colocar cámaras de seguridad en sus accesos y egresos, dentro de los 90 días de promulgada la norma, y a preservar la grabación por 60 días a disposición de cualquier autoridad competente. En los boliches bailables también está prohibida la venta de productos energizantes y el expendio de bebidas alcohólicas en vasos, copas o recipientes similares que superen los 350 mililitros.
También se prohíbe efectuar concursos o competencias cuyo objeto sea el consumo de bebidas alcohólicas y la promoción conocida como "canilla libre", y establece que con la entrada se podrá otorgar sólo una consumición de bebida alcohólica. La norma, quedó establecido, contempla multas de entre 30 mil y 100 mil pesos y clausuras de 30 a 180 días para los que infrinjan esta ley y arresto para quienes vendan bebidas alcohólicas a menores de edad, con agravamiento de las penas en este caso a partir de la promulgación de la ley.
"Hubo que ponerse firmes porque históricamente muchos empresarios de la noche no fueron serios y no cumplieron con nada -sostiene Martínez-. Hace tiempo que ellos vienen trabajando de manera irregular. Y muchos que están habilitados simplemente como bares, sabemos bien que arman pistas de baile y trabajan en la práctica como si fueran una discoteca. Por eso la ley apunta a cambiar los hábitos de los jóvenes, pero también a que los bolicheros cumplan de una buena vez con lo que se les exige".
Opiniones al margen, por el momento la normativa generó en nuestra ciudad algo que seguramente buscaba evitar: la presencia casi multitudinaria de chicos dando vueltas por la calle durante las primeras horas del día. También, claro, que muchos comerciantes aprovechen esta modalidad para vender el alcohol que no se puede vender en los boliches. Ayer a las seis de la mañana, por ejemplo, era cosa común ver a decenas de chicos con botellas de cerveza en la mano. No eran bebidas que se llevaban de los boliches, sino envases que compraban a escondidas en varios de los kioscos que a esa hora tienen sus puertas abiertas en el centro de la Ciudad.
Fotos: Alex Meckert y Pablo Busti
Una recorrida por la calle 7 de 44 a 60 a las seis de la mañana basta para darse cuenta. Grupos de jóvenes en las plazas, chicos que se juntan en las paradas de micros aunque no esperen ningún micro, parejitas que siguen su historia en las escalinatas de algún edificio público, largas filas de pibes en los puestos de choripanes y hasta kioscos que aprovechan el movimiento juvenil para poder vender alcohol a escondidas, son algunas de las tantas postales que, a pesar de las primeras luces del día, ofrece la "nueva" movida de los chicos con el tope horario en funcionamiento.
"Era algo previsible -resume Atahualpa Arévalo, dueño de El Rincón de los Amigos, uno de los boliches de la Ciudad que a las 5,30 ya tiene sus puertas cerradas-. Nosotros ya lo habíamos planteado hace seis meses desde la Cámara de Bares de La Plata. En nuestro caso el boliche a las 5,30 ya está cerrado, pero en la práctica la noche termina un rato antes. A las cinco se suben las luces para que la gente empiece a retirarse. Lo hacemos para evitar conflictos en la barra, donde muchos clientes todavía no se acostumbran a que a partir de las 4,30 ya no pueden consumir alcohol. La medida se acata desde el primer día, pero es verdad que a la gente le cuesta aceptar el cambio".
La norma, hay que decir, diferencia a los comercios nocturnos en dos rubros: los bares por un lado y los boliches bailables por el otro. Si bien los primeros no están obligados a cerrar sus puertas a las 5,30, todos tienen la obligación de dejar de vender alcohol a partir de las 4,30.
También se prohíbe efectuar concursos o competencias cuyo objeto sea el consumo de bebidas alcohólicas y la promoción conocida como "canilla libre", y establece que con la entrada se podrá otorgar sólo una consumición de bebida alcohólica. La norma, quedó establecido, contempla multas de entre 30 mil y 100 mil pesos y clausuras de 30 a 180 días para los que infrinjan esta ley y arresto para quienes vendan bebidas alcohólicas a menores de edad, con agravamiento de las penas en este caso a partir de la promulgación de la ley.
"Hubo que ponerse firmes porque históricamente muchos empresarios de la noche no fueron serios y no cumplieron con nada -sostiene Martínez-. Hace tiempo que ellos vienen trabajando de manera irregular. Y muchos que están habilitados simplemente como bares, sabemos bien que arman pistas de baile y trabajan en la práctica como si fueran una discoteca. Por eso la ley apunta a cambiar los hábitos de los jóvenes, pero también a que los bolicheros cumplan de una buena vez con lo que se les exige".
Fotos: Alex Meckert y Pablo Busti
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